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La División de Honor ya tiene campeón. Nadie, ni el más osado, hubiera descartado a Peñacastillo como poseedor del título a estas alturas. Alguno, quizá sí osado, le ponía por debajo de Andros, una predicción que tenía su lógica. Pero si algo ha demostrado el cuadro de Cañas en este periplo que le ha convertido en la peña más laureada de la última década es su capacidad de resistencia, la necesidad de sobrevivir cuando las cosas vienen mal dadas. En 2023 se quedó a las puertas del triunfo en el torneo de la regularidad, pero este año, desde el principio, tomó el mando para, cuando viniesen esos problemas, tener margen para mantenerse en cabeza. Y los ha habido, claro, porque se ha encontrado con un gran Borbolla, con una Bolística de chispazos y de grandes momentos e, incluso, con un Camargo que, más irregular, se ha agarrado hasta el final. Pero sólo les ha valido para hacer la Liga Tektia más bonita.
El título es para Peñacastillo, que ayer se impuso a Riotuerto se aprovechó del tropiezo de Borbolla en Loredo. Y lo hizo con los argumentos que le han traído hasta aquí, es decir, el liderazgo de Víctor González, la astucia de Rubén Haya, que además de gran jugador tiene esa veteranía que da una visión más amplia de lo que pasa en la bolera, y de la eficaz aportación en momentos puntuales de los chavales, de José Manuel González y Mario Pellón, más irregulares y nerviosos, pero, a la postre, cumplidores.
El duelo a orillas del Miera fue de los de picar piedra, de fajarse, de zapa y contrazapa. Tiros largos, emboques asomando y un equipo local que vendió cara su derrota. Riotuerto fue siempre por delante y, mientras Borbolla se dejaba la Liga y el alma en Loredo, los santanderinos sabían que un punto les daba su octava Liga. Llegó en el sexto, el chico de la resistencia. Los locales cerraron, pero la solvencia visitantes les permitió matar la jugada y, con ello, estallar de júbilo.
Una Liga de nivel irregular y de emoción superlativa gracias a la buena temporada de Borbolla, Bolística y Camargo, partidas que a priori partían un paso por debajo de las dos favoritas y que al final han competido hasta el final. Con más altibajos el vigente campeón, con la regularidad por bandera los costeros y con chispazos de genio y días más tontos los del Besaya, han sido más que dignos rivales del campeón.
El otro caballo de batalla estaba en la pelea por la Copa Federación, una convención de peñas en busca de la séptima plaza que contaba con las que han estado todo el año en esa lucha, como Comillas o J. Cuesta, y con otras que se han unido a la batalla en el esfuerzo final, como Ribamontán al Mar y, especialmente, La Rasilla, que era la que iniciaba la tarde en el lugar de privilegio.
Los corraliegos no fallaron ante Casa Sampedro y llegan al epílogo liguero con dos puntos de margen sobre Comillas. Los Remedios y Ribamontán, después de que los dos primeros empatasen entre sí.
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