Peñacastillo aumenta su familia

En la Mateo Grijuela, pese a la época invernal, la actividad no se detiene. Hay arreglos que hacer en la bolera, la lotería de Navidad da sus últimos coletazos y la terraza del bar se llena de parroquianos habituales. La entidad dará en 2021 un salto más en su trayectoria. Y es que Cañas, como decía el anuncio televisivo, tendrá el año que viene chica nueva en la oficina. O, mejor dicho, chicas, las cinco que formarán la plantilla femenina que se estrenará, si todo va bien, en el mes de marzo de manera oficial. Un conjunto formado para aspirar a todo y que 'competirá' con el de División de Honor, veteranos y la escuela de bolos por seguir llenando las vitrinas de los santanderinos.

«Era un proyecto de hace años y por unos motivos u otros no lo habíamos iniciado. Ya el año pasado lo pusimos en marchar para arrancar en 2021, era algo que nos faltaba por muchas cosas, una de ellas la responsabilidad social, y porque nos apetecía teníamos que tenerlo. Luego en el futuro, si es posible, queremos nutrirle con jugadoras que salgan de nuestra escuela, que es nuestra niña bonita», asegura el capitán del transatlántico, Nel González.

Un proyecto que nació con polémica por la salida de Judit Bueno y Naomi Solórzano de El Pendo y en el que además estarán Laura Abascal, Andrea Gómez y Blanca Gandarillas. Un 'dream team' para el que no estrenar su casillero a las primeras de cambio sería una decepción. «Todas las jugadoras que pertenecemos a este equipo el año que viene vamos a apostar por optar a los títulos. Que luego ganemos o no es complicado, porque hay equipos de mucho nivel como Campoo o la Bolística, va a ser una Liga muy igualada, pero esperemos que caiga algún título», afirma Bueno, que será la capitana de nave. «Va a ser elección de todas. Hay una que tiene que llevar el emboque, pero la estrategia la hablaremos entre todas», aclara.

Al igual que ocurre con el resto de partidas de la entidad, el máximo mandatario de los de Cañas es categórico al este respecto. Ganar es bonito, sí, pero no la parte fundamental. «El objetivo principal no es ganar. Vamos a competir por todo, pero no ganar no sería una decepción. Aquí se premia que haya un buen grupo, homogéneo, que se lleve bien, principalmente que disfrute, y que sean espejo de esas niñas que sean el futuro de los bolos para que hagamos convivencias como hicimos el año pasado con el acto de clausura de la escuela al que asistieron los jugadores de División de Honor».

Sin embargo, las féminas son todavía unas recién llegadas (estrenaban ropa hace apenas unos días) y allí siguen mandando los chicos de División de Honor, que se mueven con más soltura en territorio de la Mateo Grijuela. Con más años de bolos a sus espaldas, para alguno como el Jesús Salmón compartir peña con un equipo femenino no es ninguna novedad. «Para nosotros no es nada nuevo, esta situación yo la viví cuando jugaba en Construcciones Rotella y es un equipo que hace nuestra peña para complementar lo que tenemos. Está muy bien y es una forma de cerrar un círculo ya que tenemos veteranos, escuela de bolos y división de honor».

Rubén Haya es el único que rompe el círculo formado por el equipo femenino y se integra en la conversación demostrando que, de momento, no hay una competencia entre ambos que para Nel González es algo poco probable que se produzca. «Todo lo contrario, si uno consigue éxitos deportivos los otros se alegrarían. Esto es un proyecto conjunto y todo lo que sea conseguir buenos resultados para ambos será bienvenido».

Dos plantillas de ensueño construidas para ganar y que ahora abren un debate. ¿Cuál de las dos es mejor libra por libra? Para Nel, lo mejor sería medir fuerzas en un partido amistoso. «Allá le andan, tengo algo de curiosidad por jugar un partido uno contra otro porque estaría bastante disputado. Hay muy buen equipo en ambas categorías, pero luego la bolera dicta sentencia. Los favoritismos y esas cosas pasan a un segundo plano. Comparando un equipo con otro no apostaría por ninguno de los dos de cara a quién ganaría una final».

Tampoco Bueno se atreve a mojarse, aunque sí vaticina que las dos cuadrillas pelearán sus respectivos campeonatos. «Tampoco me voy a mojar, son ligas distintas. Somos dos peñas importantes para ganar el título y creo que las dos vamos a estar ahí con jugadores nivel top». Veterano curtido en mil batallas, Salmón advierte de que juntar talento no siempre es sinónimo de éxito. Él mismo lo ha vivido varias veces en sus carnes, por lo que deja claro que el conjunto de División de Honor tiene parte del camino al éxito andado. «Nosotros estamos muy contentos con la peña que tenemos, en el femenino el presidente ha conformado un gran equipo, ahora se tienen que conjuntar y conocerse y ya veremos cómo sale. Hay que ser prudentes y empezar el camino poco a poco».

La bolera dictará sentencia. Más allá de los resultados particulares de Peñacastillo, el salto a la arena de su cuadrilla femenina supondrá, además, para Nel González, un estímulo para que las niñas más jóvenes mantengan su afición bolística. «Es bueno que haya más entidades que se animen a sacar categoría femenina. No hay muchas chicas que jueguen a los bolos y el objetivo es trabajar en dos líneas, tener equipos espejo y fomentar la base. Supone que vamos a tirar del carro para que tenga un futuro y se vaya mejorando en números y calidades la categoría».

Un carro que viene escaso de pertrechos para un futuro incierto. Y es que en la actual categoría femenina. cuando la manta tapa la cabeza deja a la intemperie los pies y cuando un equipo nuevo surge otro o sufre para seguir o acaba por no salir a competir. El futuro preocupa, aunque parece que las peñas grandes de División de Honor están asumiendo el relevo de aquellas pioneras como Ibio. Zurdo de Bielva o El Caserío que pusieron las bases de la competición. Torrelavega, El Pendo y ahora Peñacastillo y Los Remedios, que también sacará peña femenina en 2020 ya se han animado a poner su granito de arena. Otras, cuyo trabajo en los últimos años ha sido fundamental, como Campoo de Yuso, Casar o Carandía, siguen al pie del cañón. Y hay que cuidarlas para que no se aburran de remar a contracorriente.

Trabajo hay para que la categoría femenina no se diluya. Antes de eso, en la Mateo Grijuela se preparan para disfrutar.

Terá la encargada de llevar del emboque. Siete veces campeona de España, reconoce que jugar en Peñacastillo es un reto para su carrera. «Ahora mismo es la mejor peña y estar en este proyecto es una ilusión extra. Después de todos los años que llevamos jugando todas nos hemos decidido por la ilusión extra de estar en este proyecto».

Es además, junto a Naomi, la única que ya ha vestido el escudo de los de Cañas en competición oficial, aunque fuera de manera individual. «El año pasado ya sentimos lo que es llevar esa camiseta». A nivel de torneos y campeonatos no fue su mejor temporada, aunque como ella misma reconocía. no estaba al cien por cien.

En los últimos años se ha asentado entre las grandes. Subcampeona regional en las dos últimas temporadas, solo la frialdad de Iris Cagigas en los momentos decisivos le ha impedido aumentar su palmarés, que incluye un campeonato de Cantabria, dos Ligas y tres Copas. Elegante y segura a la mano y al pulgar, después de un 2019 en el que batió el récord de bolos en un concurso individual, este curso ha salido triunfadora en el San Juan de Los Corrales y en el Torneo de las Instituciones en Puente San Miguel, donde se crio bolísticamente a la vera de la afición de sus padres y donde este año, por fin, se quitó la espina de no haber podido triunfar en La Robleda.

La de La Cavada vive una segunda juventud y aterriza en Cañas después de una de las mejores temporadas de su carrera. Nacida para los bolos a orillas del Miera, Laura ha ganado en 2020 en Maliaño, Torrelavega, Molledo oel PRC en Oruña, además de la Liga y la Copa con Torrelavega después de una temporada casi perfecta en la que solo perdieron un partido, ante Campoo en la Población. Tras una dilatada trayectoria en peñas como Mazcuerras, Solcantabria o Campoo se tomó un pequeño descanso para coger impulso y reengancharse al proyecto ganador de Mosquera en la Carmelo Sierra. Su carrera ha estado unida a los éxitos y pasa por ser uno de los referentes de la categoría por trayectoria y comportamiento ejemplar.

Llevaba tiempo llamando a la puerta de las elegidas, un umbral que traspasó en una fría y mágica tarde de octubre en Maliaño. Allí Andrea Gómez se coronó como campeona de España tras un torneo imperial y se quitó, de paso, el mal sabor de boca que le había dejado la tercera plaza en el regional. De Casar de Periedo, en la tierra de la alubia es muy complicado no conocer los bolos y crecer bajo el ala de una histórica como Angélica Ruiz. A nivel de peña Gómez empezó en Monte Corona, otra de las entidades en las que se apostaron por chicas muy jóvenes y dio el salto a la élite con Campoo de Yuso, donde ha ganó cuatro competiciones ligueras antes de fichar por la Bolística.

De familia bolística por los cuatro costados, Blanca se ha forjado un nombre como jugadora a base de constancia y de brillar en todas las peñas en las que has estado. Bolista de partida, segura de tiro y de birle, este año no ha jugado la Liga, pero en 2019 fue clave en la gran temporada de Concejón de Ibio.Antes pasó por Suances, Camargo o Carandía, donde militaba antes de poner rumbo a la Sierra de Ibio. En el último lustro compagina su tarea de jugadora con la de árbitro, un aspecto en el que también ha brillado y que le ha llevado a arbitrar partidos de la máxima categoría o torneos de importante como El Millón. Sin duda, un fichaje de muchas garantías.

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