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La máquina de Peñacastillo empieza a carburar. Después de un partido completo de tiro y de birle los de Cañas ganaron por 4-1 a Torrelavega Siec, que pese a jugar un buen encuentro, sobre todo de tiro, no pudo llevarse ningún punto.
El primer chico cayó del lado de los locales por la vía rápida. Los visitantes arrancaron bien desde el tiro y tras un buen birle se plantaron con 38 bolos a falta de tres bolas y la posibilidad de hacer jugada grande. Sin embargo, el final de la tirada se complicó y entre Pepín y Egusquiza solo derribaron tres palos, lo que les permitía llegar a 40 pero no obligar a mucho más.
Peñacastillo comenzó de entrada cambiando el orden de los jugadores a la hora de tirar. Víctor fue el encargado de arrancar, seguido de su hermano y con Haya precediendo a Salmón. La estrategia dio sus frutos y el primer parcial subía al marcador de los de casa.
En el segundo los de Cañas mantuvieron la distancia de tiro, optando la Bolística por la raya alta al pulgar con el emboque nada fácil a medio metro en diagonal del último bolo de la fila de fuera. No fue buena la tirada local, que se quedó muy lejos del cierre. Los visitantes se gustaron, especialmente un Pepín que no había arrancado bien el encuentro y que con dos excelsas bolas de tiro dejó el parcial encarrilado.
El partido continuó con la misma estrategia que en el primer juego. Tras una subida algo irregular, Pedrosa y Alonso subieron su primera bola blanca y la segunda de cuatro, y un birle más irregular todavía, en el que las bolas de cinco se combinaron con las de uno. Torrelavega se quedaba a las puertas de los 40, lo que suponía una invitación a su rival para ponerse por delante. Y claro, Peñacastillo no lo desaprovechó, con un Víctor estelar que birló diez bolos en dos bolas similares cruzándose a la fila de la mano.
Tres encuentros de la División de Honor se disputan esta tarde dentro de la cuarta jornada, que arrancó la semana pasada y que finalizará mañana por la mañana. Abrirán a partir de las 17.30 horas los partidos entre Comillas y J. Cuesta en Los Tilares y Los Remedios y Riotuerto, y cerrará la jornada media hora más tarde en Loredo el choque entre Ribamontán y La Rasilla.
Pese a lo tempranero de la competición son varias las peñas que se juegan encuadrarse en la parte alta de la tabla, quedar en tierra de nadie o tener que pelear por la permanencia. Uno de los encuentros que puede marcar la tendencia de dos cuadrillas es el de Muslera que dirimen Los Remedios y Riotuerto. Igualados a dos puntos, son dos partidas cuyo objetivo es acabar lo más arriba posible y disputar la Copa Federación, un objetivo cada vez más caro.
Comillas, después de ver cómo se le escapó al menos un punto de entre los dedos en Noja, recibe a J. Cuesta, que solo tiene un punto en su casillero. Ambos han tenido bajas importantes en las primeras jornadas, aunque los que más la han pagado han sido los de Cerrazo.
Cierra la jornada un partido entre dos cuadrillas con sensaciones opuestas. A Ribamontán le ha tocado bailar con dos de las más feas, Roper y Borbolla, y solo ha podido sumar un punto. La Rasilla por su parte se mantiene imbatido pese a haberse medido a los dos primeros del curso pasado y a Riotuerto.
En la Liga femenina el partido de la jornada mide a Campoo de Yuso con Concejón de Ibio. Además, Carandía recibe al colíder, Atlético Deva y Zurdo de Bielva hace lo propio con Casar.
No quiso la peña local repetir los dieciocho metros y se bajó hasta los dieciséis en busca de evitar que los torrelaveguenses tuvieran más facilidad para encontrar el emboque. La máquina empezó a carburar de verdad y después de una subida de 22 la Bolística tuvo que ir a ganar hasta los 49 palos. Tras una tirada emocionante en la que Pepín dejó la primera bola por milímetros y embocó con la otra por el mismo margen, el birle se quedó corto y no pudieron llegar hasta la cifra requerida para igualar el encuentro.
Para la que podía ser su última bala en la recámara los de la capital del Besaya optaron por irse un metro más atrás, hasta los 19, una distancia que Peñacastillo había colocado la pasada semana en La Cavada. Tras una buena subida, una bola de tres de Egusquiza desde el tablón de fondo y al medio, lo que se dice un cañonazo puro y duro, dejó la tirada en 40. No es lo mismo tirar con la obligación de llegar al cierre que sin ella, aunque con los derroteros que llevaba el encuentro cualquier obligación parecía poca para los de la peña de Cañas.
La subida de diecisiete dejaba el partido a tiro de tres por bola. No aprovecharon del todo los birles más cercanos a la caja, pese a lo que llegaron a las tres últimas con margen suficiente para lograr la cifra requerida, algo que logró Salmón derribando los dos palos necesarios con la última de las bolas.
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