Peñacastillo no quiere más sorpresas

Si el agua respeta, el escenario está claro, Los Tilares. Si aparece la lluvia, el cuadro local tendrá como corro auxiliar el de La Iglesia de Ruiloba, que al solo tener cubierta por un lado del recinto permitiría la presencia de algunos espectadores. El escenario final del duelo puede marcar las opciones de una y otra peña de cara a llevarse un partido en el que, eso sí, se juegue donde se juegue el favorito es el conjunto capitalino.

Y eso que Peñacastillo viene de sufrir de lo lindo para empatar ante Riotuerto Sobaos Los Pasiegos. En una Mateo Grijuela que complicó las cosas a ambas partidas, los de Cañas perdían 1-3 y necesitaron su mejor versión para rescatar un punto. Fue un frenazo en la progresión de un equipo que empezó mal el curso, que poco a poco había recuperado la sintonía y que la semana pasada retornó a la cara b.

Una de las claves de la remontada fue el ingreso en la bolera de Sebi Iturbe, que tras un 2020 casi inédito por lesión (solo jugó un chico durante la Liga), regresó por la puerta grande y mostró que está preparado para ser de la partida inicial el año que viene. El camargués siempre está cuando su peña le necesita y este viernes estará preparado de nuevo para un partido en el que, a diferencia del anterior, la cuadrilla rival no maneja los veinte metros con tanta solvencia como Riotuerto.

Pese a ello, cuando un equipo cuenta con Alfonso González como capitán siempre infunde respeto. Por Comillas han pasado y caído todos los gallos de la División de Honor en los últimos años y, aunque la peña no ha empezado bien el curso actual, el partido de hoy tiene mucho que jugar.

Los comillanos tendrán que lidiar con el tiro largo y el pulgar, Peñacastillo tendrá que hacerlo con el emboque fácil a la mano y ambas partidas lo harán con la presión de la igualdad que reina en una torneo que ya empieza a poner a las peñas en su sitio.