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Manuel Domínguez, de Pendo Bahía Real, lanza en la bolera de Maliaño con sus compañeros Jaime García y Rubén Rodríguez fuera del terreno de juego.

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Manuel Domínguez, de Pendo Bahía Real, lanza en la bolera de Maliaño con sus compañeros Jaime García y Rubén Rodríguez fuera del terreno de juego. Albero Aja | Luis Palomeque
Bolos

Las peñas de División de Honor se ponen en marcha

Siete de los catorce equipos de la máxima categoría comenzaron ayer a entrenar de manera colectiva y en boleras cubiertas

Borja Cavia

Santander

Miércoles, 27 de mayo 2020, 09:00

«Parece que no, pero dos meses parados y esto se olvida». Y si eso le pasa a Jesús Salmón, es que la vuelta a los entrenamientos bolísticos está siendo dura. Para paliarlo, desde ayer los bolistas ya vuelven a trabajar juntos. No mezclados ni revueltos, ni siquiera cerca uno de otro, pero en el mismo recinto. La llegada de la Fase 2 de la denominada 'desescalada' ha traído consigo que las peñas pueden volver a ejercitarse de manera colectiva, con restricciones, pero con la vista puesta en el comienzo de Liga. Que, eso sí, todavía no está claro sí será el último fin de semana de junio o el primero de julio.

En la Mateo Grijuela se puso en marcha el campeón, Peñacastillo. Los jugadores tiraron por parejas, con solo uno a la vez sobre el albero, y con otros esperando su turno. Mientras su presidente, Nel González, distribuía botes de gel hidroalcohólico por el recinto. Hasta ahora los jugadores habían podido ejercitarse en solitario o en parejas, con ayuda de un pinche. Ahora, aunque pueden estar todos los miembros de la plantilla sobre el corro, las tiradas siguen siendo individuales, ya que solo un bolista puede permanecer dentro del terreno de juego.

La mayor diferencia con los entrenamientos habituales llega en el birle, donde cada jugador tiene que lanzar sus bolas, por lo que tienen que desplazarlas hasta la posición desde la que quieren ejecutar la jugada. En Maliaño, los jugadores del Pendo Bahía Real optaron por la solución más sencilla, coger la bola y colocarla en el lugar elegido para tirar. Las tareas de limpieza también eran para el presidente, Gerardo Castanedo, que repartía gel y vigilaba los recipientes con el desinfectante, ya preparado para echar sobre la instalación al acabar la sesión. Se trata de la nueva normalidad.

Mientras un jugador lanzaba sus bolas, el resto debía esperar fuera del terreno de juego

Aunque de una manera diferente, las citas servirán para retornar al punto donde se encontraba la temporada allá por el mes de marzo, al menos en lo táctico. Después de dos semanas de ejercicios en la bolera, los jugadores ya están cerca de poder lanzar de largas distancias y de coger sensaciones para el inicio liguero. Es momento de nuevo de entrenar el emboque previsto o de ajustar con la raya que pone el rival.

Además de Peñacastillo o el Pendo, también se pusieron en marcha ayer Sobarzo, Riotuerto, Comillas, Los Remedios o San Jorge. Los de Muslera lo hicieron en cuadro, por las bajas de Isaac Navarro, lesionado, y de Federico Díaz, que ha sido padre recientemente. Los de Santillana, por su lado, ya sabían lo que era pisar la bolera de El Revolgo, puesto que hasta ahora se habían ejercitado por parejas.

Alberto Aja | Luis Palomeque
Imagen principal - Las peñas de División de Honor se ponen en marcha
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Imagen secundaria 2 - Las peñas de División de Honor se ponen en marcha

El conjunto capitaneado por Víctor de la Torre es el único del entorno de la cuenca del Besaya que comenzó su preparación. Y es que la Bolística, Casa Sampedro o J. Cuesta, de momento, han aplazado su primera sesión grupal. Los de Cerrazo tenían previsto arrancar ayer, pero finalmente han decidido esperar a la reunión que tendrá lugar el jueves entre la Apebol y la Federación Cántabra.

Complicaciones

En Torres, por su parte, tienen programado continuar con los entrenamientos individuales hasta que las fechas del comienzo de la competición sean oficiales. «A nosotros nos han dicho que hasta que no haya nada oficial de que se juegue Liga, cada uno entrene por su cuenta lo que considere. De manera oficial, ni Federación ni Apebol se han dirigido a nosotros. Todo son suposiciones y está en el aire», aclara Alfonso Díaz. Más complicada es la situación en Los Corrales, donde al tener un jugador que reside fuera de la comunidad tendrán que esperar para poder reunir la plantilla al completo, una circunstancia que podría no ocurrir hasta que la competición esté a un paso de su comienzo.

Tampoco es fácil la situación para Mali, cuya bolera sigue cerrada debido a los problemas con la cubierta y que tendrá que esperar a que el Ayuntamiento de Piélagos habilite los corros para su uso. «Nos dejan la bolera de Oruña para jugar la Liga, pero el Ayuntamiento nos ha dicho que de momento las boleras municipales están cerradas. En la normativa pone que los responsables de las instalaciones tienen que desinfectar el corro antes de comenzar y al final de cada día, por lo que, si no lo hacen, oficialmente no podemos ir a entrenar en las boleras municipales», señala Luis Gerardo Saiz.

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