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Si esto fuera una película, no faltaría el calendario hecho con cuatro rayitas verticales y una horizontal que cruza al resto. Y así repetido seis veces. El resultado es 30. Los días que le restan a la campeona mundial de kárate, Carlota Fernández, para volver a pisar un tatami en modo competición.No es el calendario de una cárcel, pero la cántabra sí ha tenido que pasar meses de parón obligado, y justo después de ganar el oro con la selección Española en el Mundial que se celebró en Budapest el pasado octubre. Todo a causa de una lesión de Bakart y Hill Sachs en el hombro izquierdo que la obligó a pasar por quirófano el pasado mes de noviembre. Desde entonces, nada más salir de quirófano, se fijo una meta: regresar. Y hacerlo más fuerte y preparada si cabe.
Para eso trabaja duro sobre cinco pilares. Rehabilitación, fisioterapia, nutrición, entrenamiento específico de kárate y seguimiento psicológico. La primera competición a la que se enfrenta es la Premier League de El Cairo (29 de abril), una prueba del circuito mundial. «Pensamos que igual podía volver antes, al Campeonato de España, que es la primera semana de abril, pero hemos decidido que aunque pudiese llegar no merece la pena arriesgarse», comenta Carlota mientras se prepara para comenzar su rutina de ejercicios en el gimnasio donde entrena. «Sería saltarse muchos pasos. El día que me operé me dieron un plazo de seis meses para volver y voy tratar de hacerlo en cuatro. Es muchísima diferencia como para jugármela por una semana más o menos», explica.
A decir verdad, la lesión no llegó tras el Mundial, sino en el Mundial. Carlota compitió tocada. En las fases previas se le salió el hombro mientras ejecutaba una técnica de puños y esa luxación le provocó la rotura de la cápsula. «Nadie sabe cómo se me salió. Me tocaba un combate decisivo, si yo me retiraba todo el equipo se hubiese tenido que retirar. Entonces me lo recoloqué yo sola y cuando vinieron los médicos les dije que estaba perfecta», cuenta. Siguió peleando con un vendaje y en la final tuvo que hacer una hora previa de fortalecimiento con el fisioterapeuta para que no se le saliese de nuevo.
«Me hicieron un vendaje súper fuerte. De hecho, se ve que casi no utilizó el brazo para vencer a Ayaka Saito». Tenía claro que ese oro era para España y no iba dejar que nada se lo arrebatase. Eso sí, después hubo que pasar por quirófano para fijar el hombro porque tenía mucha inestabilidad y eso significaba que cada vez que volviese a hacer deporte se le saldría de nuevo. «Era inviable practicar kárate con el esfuerzo que conlleva y con mi edad, por eso he tenido que operarme para hacerme cuatro fijaciones», explica señalando la zona.
Desde ejercicios con gomas, con pesas muy ligera y con su propio cuerpo. Se trata de recuperar la confianza para volver a hacer una flexión, aguantar una posición de plancha. Empezó con la movilidad activa, que suele costar más porque es dolorosa, pero ella la ha introducido desde el inicio.
Los masajes y el tratamiento específico de la zona son fundamentales para ir recuperando la movilidad. Cristian Peña es su fisioterapeuta y con sus sesiones ayuda a restablecer la función, recuperar la movilidad articular y evitar posibles problemas o recaídas posteriores.
Carlota mantiene sesiones periódicas con su psicóloga, normalmente cada quince días. Esto la ayuda a centrarse, controlar el estrés y también con el manejo de las emociones y pensamientos negativos. Además de preparar a fondo la vuelta a la competición.
Ha pasado por varias fases.En la primera no ha seguido ningún tipo de dieta ni restricción. Después su nutricionista le pautó una dieta de adaptación y ahora, desde hace dos semanas, ha vuelto con las rutinas alimenticias estrictas que exige la competición y que seguía antes de lesionarse.
Eso fue a finales de noviembre y desde entonces ha ido poco a poco readaptándose. «Tuve una primera fase de un mes con el cabestrillo y con el brazo no podía hacer nada más que movimiento pasivo, me lo tenía que mover el fisio», comenta bajo la atenta mirada de Cristian Peña, que es su entrenador de kárate y también su fisioterapeuta. Después encaró una segunda fase para ganar algo de movilidad y en la tercera se dedicó a los ejercicios de fuerza controlada. Desde ese mes también ha introducido partes de kárate usando el brazo bastante despacio y ahora está inmersa de lleno en la fase cuatro, la vuelta a la competición. «Tenemos que retomar esos ejercicios con la misma explosividad que tenía, la misma velocidad... todavía estoy en esa fase de recuperar la confianza y quitar el dolor, porque aún no tengo la movilidad completa», admite. Pero eso no la detiene.
Tiene un horario que sigue a rajatabla. Entrenamiento físico de 7.00 a 9.00 horas. Luego comienza su jornada laboral en el Ayuntamiento de Noja, donde es concejala de Deportes desde que arrancó la legislatura, y cuando termina, vuelta al gimnasio. De 18.00 a 19.00 horas toca ejercicios de rehabilitación y de 19.00 a 21.00 horas entrenamiento específico de kárate. Sin descuidar su plan de nutrición y el seguimiento de su psicóloga. Todo con tal de alcanzar la meta que se ha propuesto a nivel individual este año: una medalla en el Europeo que se celebrará en Zadar (Croacia) entre el 8 y el 12 de mayo. Es su cuenta pendiente, porque ya sabe lo que es ganar en Europa, lo hizo en 2022, cuando se colgó un bronce por equipos, pero ahora quiere una para ella sola, y si es de oro, mejor. «Me falta la individual, que es la que tenemos un poco la espinita clavada».
«Me veo fuerte físicamente. He mejorado cosas de kárate que de otra forma no había conseguido», comenta con seguridad. Desde la semana siguiente a la operación ya estaba entrenando. «Sentadillas sin peso, bici estática... a veces ha sido muy duro, pero siempre he intentado tener un objetivo semanal. He mejorado muchísimo la pierna de kárate porque no podría hacer otra cosa. Lo he visto como una oportunidad para entrenar aspectos que durante la temporada no se ejercitan tanto», dice.
En el plano mental también ha tenido que trabajar mucho. «Ha habido momentos duros. He tenido sesiones periódicas con mi psicóloga para hablar de cómo estoy, cómo me encuentro conmigo misma». Frenar su progresión después de ganar un Mundial no ha sido fácil. «Veía cómo mis rivales y mis compañeros viajaban a competiciones y yo no, así que hemos trabajado el no prestarle tanta atención. Estar tranquila con mi trabajo, centrada en lo que estoy haciendo y no en lo que está pasando ahí fuera». Con la nutrición también ha pasado por varias fases. Una libre, donde ha podido disfrutar de tarta de queso y hamburguesas, y luego se ha readaptado a sus necesidades. Vuelta a la báscula. A una dieta más estricta. «Hace dos semanas me pesé para ver cómo estaba, tomar índice de grasa... Hemos vuelto a tope con todo». Palabra de campeona.
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