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El Campeonato de Cantabria puso ayer rumbo a Liérganes. Óscar González fue el mejor del acto de apertura del torneo y, con 290 palos, aventaja ... en veinte bolos a Mario Ríos y Adrián Díaz, sus perseguidores. Tras un mal estreno Víctor González pasó el corte en octava plaza, con 252 bolos.
El primer día de un gran campeonato siempre es complicado. El miedo a una bola queda, a una que se cierra y va blanca o a no arreglar lo suficiente y tener que birlar desde el fondo de la Cundi Ceballos sacuden los pantalones de unos jugadores que se juegan parte de la próxima temporada en las dos tardes del Regional. Por ejemplo, su clasificación para el torneo del Banco Santander, con lo que eso conlleva a nivel económico. A la capacidad mental de superar la responsabilidad se unía la dificultad de enfrentarse a dos boleras de muy diferente condición. La de Los Corrales es nueva, larga, cubierta y de las que piden el carné. La de Gedío, en Somahoz, pese a estar recién reformada por la peña local de aficionados, desprende aroma clásico, cuenta con un birle más corto y no tiene techo, lo que siempre influye a la hora de variar el piso de la caja. Y, a eso, hay que saber adaptarse.
Antes del aterrizaje sobre el albero de los favoritos el torneo ya tenía el primer gran registro. Mario Ríos, el único debutante entre los dieciséis participantes, se fue hasta los 146 bolos en un primer aviso de que lo suyo este año no es casualidad. A sus casi 36 años el de Entrambasaguas vive uno de sus mejores cursos a nivel individual y se postulaba como el mejor de los mortales a la hora de avanzar a los cuartos de final. Federico Díaz, con 139; Carlos García, con 136; Iván Gómez, con 132; o Adrián Díaz con 130 –con un emboque– decidieron que el ritmo de la competición tenía que ser alto.
El liderato de Ríos duró poco, lo que tardó Óscar en derribar 150 bolos. El aviso de que había llegado a tiempo lo dio en el Rucecan, y ayer convirtió en realidad una amenaza que se tradujo en su firme candidatura al título. Junto a él tiró Jesús Salmón, que con 124 prácticamente quedaba descartado para el título. A la vez que El Junco y el camargués jugaban en Gedío, Víctor González y David Gandarillas lo hacían en la Cundi Ceballos. La primera vuelta del de Peñacastillo fue una de las sorpresas del torneo, en este caso negativa. El gran favorito se quedó en 119 palos, 31 menos que su gran rival, lo que suponía un lastre en sus aspiraciones al título.
En la segunda vuelta el miedo aumenta. Los que se han estrado bien saben que no pueden fallar para no caer en sus aspiraciones, mientras que los que arrastran déficit de bolos necesitan un concurso perfecto para recuperar lo dejado atrás. Cumplió Mario Ríos, que con 124 palos sumó 270 para poner pie y medio en los cuartos. Cumplió, y algo más, Carlos García, que siempre se le espera, siempre está y rara vez falla. El zurdo de Andros es, a veces, poco espectacular, pero su efectividad está fuera de toda duda.
En el tramo final las dudas eran dos: comprobar la ventaja que podía acumular Óscar en cabeza y si Víctor y Salmón iban a pasar el corte. El de Andros, a otro nivel durante toda la jornada, se fue hasta otros 140. Junto a él Salmón volvió por su fueros mientras en Gedío Víctor sufría para, con 133, lograr superar el corte para hoy. Al menos, todavía tiene oportunidad de podio.
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