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La temporada bolística 2020, por fin, ya está aquí. 105 días más tarde de lo previsto y después de mucha incertidumbre, reuniones y discusiones ... la Liga arranca este sábado para dar inicio a un año diferente y extraño. Si del título se trata, todas las miradas enfocan a Cañas. Los capitaneados por Jesús Salmón suman ya dos títulos consecutivos. Que no salen las cosas de tiro, se arregla en el birle. Si el rival coloca emboque fácil, Víctor abre con la jugada máxima o, si hay que modificar el cuarteto inicial, tienen a Sebi Iturbe.
Peñacastillo se llevó el año pasado todos los títulos en liza a nivel colectivo para completar una temporada de ensueño rematada con los títulos individuales de Víctor y el Regional de Parejas que el mayor de los González se adjudicó con Salmón. Solo se escapó el Nacional de dúos gracias a que Óscar González y Lolo Lavid realizaron un torneo casi perfecto.
Pese a todo, este año será diferente, al menos en cuanto al desarrollo de la competición. Las catorce peñas de División de Honor acordaron en Cerrazo que no iba a haber descensos y eso condiciona una Liga en la que, sin presión, los equipos de la parte baja pueden soltar el brazo en cualquier momento y dar más de una sorpresa. Además de la pelea por el título el principal aliciente del campeonato será la clasificación para la Copa FEB, que se decidirá al finalizar la primera vuelta. Una vez definidas las peñas que disputarán ese torneo la tensión será todavía menor, y eso se notará en ese chico de catorce metros y raya al medio en el que antes los 40 eran una cifra generosa y que ahora, sin los nervios de tener el agua al cuello, tiene los 50 palos como objetivo.
La ausencia de presión no solo puede afectar a los conjuntos de abajo. Peñas como Riotuerto, que pese a contar con una cuadrilla solvente en 2019 sufrió mucho, Torrelavega, Casa Sampedro y J. Cuesta pueden convertirse en jueces y quitar puntos a los principales aspirantes a poner en jaque a Peñacastillo: El Pendo Bahía Real y Hermanos Borbolla.
Los camargueses fueron líderes durante buena parte de 2019, aunque una semana para olvidar en la que perdieron liga y copa les apartó de cualquier opción. Para este año han cambiado a tres de sus cinco jugadores para conformar una partida equilibrada y de garantías en la que Rubén Rodríguez, Carlos Gandarillas y Gabi Cagigas ya saben lo que es ganar la Liga. En Noja han reunido a los hermanos De Juana para completar una peña repleta de jugadores de partida en la que Óscar González tiene que marcar las diferencias.
Lo apretado del calendario y el cambio de fechas de la liga hacer prever un torneo en el que los quintos hombres tendrán más protagonismo que nunca y en el que los veinte metros pasarán a un segundo plano. La defensa dejará paso al ataque y el refuerzo de las virtudes propias primará sobre el hacer daño al juego del rival. Menos emoción, mejor juego. Eso sobre el papel, porque el parón también influirá y hasta que los jugadores no afinen del todo la puntería los partidos podrían alargarse. Y es que por mucho que el calor ayude, la pretemporada apenas ha contado con partidos amistoso.
Serán 26 jornadas en las que las ganas de bolos harán el resto. El curso supone una oportunidad para que los más jóvenes se fogueen sin la presión de los puntos. El de menor edad será Ángel Pellón, que se estrena en La Rasilla con apenas 18 años, aunque los focos estarán también puesto en Sobarzo, donde debuta en la máxima categoría Marcos Saro, cuarto en el último Campeonato de España, y busca consolidarse Luis Vallines. Será también el año de los quintos, que tendrán más oportunidades de reivindicarse y demostrar que tienen un lugar sobre el corro.
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