

Secciones
Servicios
Destacamos
«Todavía no se ha dado de baja, esperaremos que alguien se anime y lo coja, pero tiene mala pinta. Nadie ha preguntado por la ... peña, solo para llevarse la categoría y la peña a otro municipio». Pedro Mazorra, presidente de la peña Renedo es claro. O alguien toma los mandos a tiempo o uno de los equipos históricos del mundo de los bolos dejará de existir.
La competición se quedaría huérfana de una de las entidades que han dado lustre al torneo liguero en el siglo XXI. La única peña que, junto a Borbolla, fue capaz de hacer sombra al Roper más arrollador de la historia. En unos años acumuló cuatro subcampeonatos de la regularidad y adorna su palmarés con una Copa Presidente y tres Copas Federación. El equipo que, incluso cuando ya vivía momentos de dificultad, fue capaz de sacar su gen más competitivo para volver a División de Honor en 2018 y plantarse unos meses más tarde en las semifinales de la Copa Apebol.
Fundación La peña fue fundada en 1983. En 1992 llegó a la Primera Categoría y en 1997 logró ascender a Liga Nacional.
Palmarés En su haber figuran una Copa Presidente de Cantabria, tres Copas Federación y cuatro subcampeonatos de Liga.
Jugadores Por ella han pasado bolistas de la talla de David Ibáñez, Óscar González, Alfonso Díaz o Alfonso González.
Fundada en 1983, los de Piélagos vivieron sus años de esplendor entre 1998 y 2015, antes de descender en 2016 a Primera Categoría. Durante esos años fue pieza fundamental de la partida David Ibáñez, ahora retirado, y que jugó dieciocho años en el equipo. «Desde que ascendió en 1998 ha sido una de las grandes, se ganaron varias Copas y en Liga hubo cuatro subcampeonatos». El de Liérganes compartió quince temporadas con Alfonso González, otro histórico que también es consciente de lo que supondría la desaparición de Renedo. «Es una peña con muchos años y que tuvo una época dorada con la llegada de Funditubo y Jesús Vela. Tuvo unos años gloriosos, era una peña puntera que luchaba por la parte alta de la clasificación y que llegó a ganar Copas y con la que la bolera, sobre todo cuando estaba en la calle, estaba llena de público. La zona vivió los bolos con intensidad».
Un equipo que plantó cara a la Puertas Roper de Tete Rodríguez, Haya, Salmón y compañía y que, en el año 2000, se quedó a las puertas del título liguero cuando lo tenía todo a favor. Dos derrotas en casa, ante Casa Sampedro y Borbolla, lastraron las ilusiones de los de Piélagos. «No sé si fue la presión o la mala suerte. A Casa Sampedro le salió todo, embocaron cuando les hacía falta, y ahí perdimos la Liga, en ese partido. No estábamos acostumbrados a estar ahí y a lo mejor fue eso también», se lamenta Ibáñez, que además de por Alfonso estaba acompañado en esa plantilla por Gerardo Cueto, Pepe Ingelmo, Óscar González y Agustín Fernández.
En esa época el presidente era Antonio Diestro, uno de los impulsores de la peña durante buena parte de su existencia. «Para mí ha sido mucho, no solo a nivel personal, sino con gente como Antonio Diestro, posiblemente el alma máter de la entidad durante muchos años; Jesús Vela, por la capacidad económica que le dio al proyecto, y otros presidentes que han estado. La pena de todo esto es que no haya continuidad», recuerda Mazorra.
Además de para los compañeros de su larga trayectoria, Alfonso también tiene un recuerdo para los culpables de que Renedo se codeara con los grandes. «Recuerdo mucho a los directivos. Antonio Diestro, que era el presidente; Jesús Vela, que era el patrocinador, y otros que desgraciadamente han fallecido, como Ismael Callirgos. Gente muy entrañable que vivía los bolos con intensidad y que nos trataba de maravilla».
La peña del Pas fue una de las primeras que apostó por contar en sus filas con una especie de director deportivo. alguien que desde fuera dictara la estrategia de juego, un aspecto que, para Ibáñez, fue fundamental. «Llegué el primer año, en el que iban a jugar la Liga Nacional. Empezamos empatando contra Rotella, pero luego hubo unos cuantos partidos en los que no jugamos bien. Estuvimos bastante abajo hasta que llegó Pepe Ingelmo, que no jugó mucho, pero nos vino bien en el aspecto táctico, porque nos ordenó bastante y empezamos a jugar mejor. Después esa tarea la hizo Luis Bustamante, en 2005, cuando ganamos la Copa Cantabria».
Tras los años dorados, y pese a que la peña se mantuvo en los puestos altos cada temporada, los síntomas de agotamiento comenzaron a aparecer. Su último título data de 2006, cuando le ganaron la Copa Federación a Hermanos Borbolla en el chico de desempate en Torrelavega. «Fue decayendo el poder económico de la peña e iba cada vez menos gente a la bolera. De ser un corro que llenábamos con facilidad cuando estaba en el parque, poco a poco, ya cuando estaba yo, al final acudían menos espectadores. Los patrocinios también fueron bajando hasta llegar a un punto en el que estábamos en familia los que allí jugábamos a los bolos».
La situación fue empeorando hasta que, en 2015, Pedro Mazorra asumió el reto de mantener viva a una entidad histórica. «Viene gente, pero con la voluntad de cuando pueda venir y económicamente no podemos competir con el dinero que recibimos. Estos años me he sentido solo, no se involucraba nadie a la hora de llevar la iniciativa, era pensar los 365 días del año ideas nuevas y los demás te ayudaban en ellas».
Pese a ello, en el último lustro el trabajo de Mazorra y su equipo ha logrado mantener deportiva y socialmente viva la llama de los bolos en Renedo. «Este año hemos hecho el PRC, que llevábamos cuatro o cinco años; hemos hecho Campeonatos de España, torneo de Maestros, el Torneo Mixto o hemos seguido con el San Antonio».
Ahora la perspectiva es oscura. En octubre Mazorra planteó la situación en la asamblea, aunque nadie ha dado el paso adelante. «He hablado con el concejal de Deportes, Luis Antonio Sañudo, y con la presidenta de la Junta Vecinal de Renedo, Carmen Bedoya. Se lo he dejado claro, si no viene nadie, esto desaparece y seguimos igual que el día 9 de octubre».
Una llamada de auxilio para que una peña histórica no desaparezca y un aviso a navegantes. «Es un reflejo de lo que está pasando en los bolos. Ha bajado la afluencia. Llevar una peña es muy costoso y lleva mucho tiempo. Al final, la gente se cansa y cuando falta el dinero, porque faltan los patrocinadores, todavía falta más la gente. Seguramente va a haber más», advierte David Ibáñez. Ojalá no tenga razón.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.