«Me retiré en paz porque mi objetivo era estar orgulloso de mi trayectoria»

–¿A qué se dedica ahora Javier Fernández?

–Pues a dar seminarios, campamentos de verano... No doy clases diariamente. También realizo exhibiciones alrededor del mundo, ya que me siguen contratando. Y también hay una parte diferente, que es el diseño de pistas de hielo para Navidad. Este año se estrenan dos en Madrid.

–Lleva ya un tiempo retirado. ¿Ya ve con perspectiva y valora todo lo que logró?

–A nivel personal sí se valora. Y esos logros abren puertas para ahora seguir trabajando. Al final el deporte es como una especie de universidad que te abre puertas para una etapa laboral.

–Cuando estaba en activo, ¿se daba cuenta de que era un pionero en esto del patinaje sobre hielo en España?

–De más joven, no. No veía la importancia de lo que estaba haciendo. Pero ya cuando era más mayor sí me daba cuenta. Aunque no pensaba en llegar donde llegué. Esos logros han sido una herramienta para dar visibilidad a este deporte. Que es algo difícil, sí. Pero todas las oportunidades son importantes.

–¿Echa de menos la competición?

–No mucho (risas). Echo de menos los entrenamientos, más que las competiciones. Las rutinas de los entrenamientos. Es que en las competiciones me ponía nervioso, tenía tensión. Incluso al haberlas trabajado bien. Pero confiar en ti mismo... Los nervios es algo absolutamente normal.

–¿Qué faltó en el palmarés de Javier Fernández?

–Me retiré en paz. Nadie me forzó a tomar mi decisión. Claro que se podían haber conseguido más cosas. Pero mi objetivo era retirarme orgulloso de mi trayectoria. Y en ese sentido, no tengo nada que reprocharme.

–¿Patina en hielo, ahora ya retirado?

–Algunas veces sí, como en las exhibiciones. Pero por hobby, no tengo tanto tiempo para hacerlo.

–Ahora que ya no es un deportista de élite, ¿ha podido permitirse cosas que antes no podía?

–Sigo bastante fino (más risas). Pero lo que puedo hacer ahora son otros deportes sin preocuparme de estar cansado al día siguiente. Hago fútbol sala, fútbol siete, pádel, bolos... Y ciclismo de vez en cuando.

–En un deporte como el suyo, sin prácticamente instalaciones en España, ¿hay herederos para Javier Fernández?

–Hay deportistas que se esfuerzan diariamente para obtener un nivel muy alto. Pero al no tener facilidades... Niños va a haber, pero habrá que esperar. Habrá que ver si tienen facilidades.

–Ha visitado la Escuela de Alto Rendimiento Alexmar, donde el patinaje es sobre ruedas. ¿Lo practicó usted antes del hielo? ¿Qué diferencias hay entre ambos?

–De muy, muy pequeño sí tuve patines con ruedas. Pero se puede decir que empecé con el hielo. Son modalidades que son primas hermanas, pero no idénticas. La superficie, los movimientos, el grado de amplitud... Son distintas. Pero muchas cosas sirven. Lo que he enseñado sirve para mejorar y para dar otra perspectiva.

–¿Había estado antes en esta escuela de Bezana?

–Había estado en Santander, en la Semana Grande. Pero en Bezana y en el Alexmar, no. No lo conocía. Es una pista espectacular. Un sitio de entrenamiento muy bueno, una barbaridad. Y para este deporte es ideal. Es como una especie de Centro de Alto Rendimiento. Ideal para seguir mejorando en el patinaje.