Sampedro no perdona a la Madrileña

El favoritismo era para los locales, que se medían a una partida formada por cuatro cántabros: uno, el capitán, de Laredo, otro de La Cavada (Felipe Gómez), un santanderino, Diego Ortiz, y un cuarto criado en Somo como es Diego Bedia. Un cuarteto de jugadores afincados en la capital que mantiene la afición y que, siempre es capaz de representar dignamente a la entidad.

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En el primer chico los capitaneados por Álvaro Solana se colocaron en los catorce metros y a un paso estuvieron de llegar al cierre. Lo tuvo Felipe Gómez con el último lanzamiento, pero cuando necesitaba llevar tres palos solo arrolló dos para dejar el chico franco para Sampedro, que se gustó superando la cincuentena. Desde los diecinueve metros y con el emboque en la posición más sencilla a la mano los del Besaya no redondearon su tirada, que pese a los 49 del marcador quedaba supeditada al acierto embocador de los madrileños. La subida comenzó y terminó bien, con los emboques de Solana y Ortiz, aunque un caballo de Gómez complicó un birle en el que se quedaron a dos palos de matar la obligación. Una oportunidad que les iba a pesar el resto del partido.

En el tercero parcial se repitieron las condiciones del primero. Esta vez los capitalinos ni siquiera pudieron arrimarse al cierre y Casa Sampedro, que no contaba con Jairo Arozamena, aquejado de una apendicitis, no perdonó para ponerse con una ventaja que era casi definitiva. Tras comenzar con una gran tirada los de Torres fueron de más a menos, especialmente de birle. La caída de rendimiento se notó todavía más en el epílogo, cuando acertaron con dos emboques pero tan solo birlaron dieciséis con las siete bolas que superaron la caldera. Como si fuera un partido casi simétrico mandaron a ganar de nuevo a 50, una obligación imponente a la que no pudieron hacer frente los visitantes.