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«Esta situación es surrealista», «Nos han dejado planchados», «Nos hemos quedado... A ver si al final dejan jugar a los chavales». Estas eran algunas ... de las frases que más se repetían ayer en la puerta trasera de La Ballena, la que da al parque de Las Llamas, en Santander. Eran corrillos de padres, monitores y jugadores llegados de distintos puntos del país y convocados para disputar el Campeonato de España de Bádminton sub 15, que para su sorpresa estaba en el aire. Murmullos, manos cruzadas en la espalda, paseos nerviosos y también pasmo y estupefacción al enterarse en la misma puerta de que la prueba podía no celebrarse. Salud Pública aún no había emitido la autorización necesaria para que se pudiese disputar. Es más, las pistas ni siquiera estaban montadas. La incredulidad de los monitores y padres se palpaba. Al fin y al cabo más de un centenar de jóvenes se había desplazado hasta Santander desde varios lugares de España. Y junto a ellos, monitores y algunos padres.
El Nacional, que ya debía haberse celebrado en mayo, del 15 al 17 según la web de la Española de Bádminton, iba a organizarse en Liencres, pero se optó por un cambio de escenario y se propuso una instalación más espaciosa, como la del Palacio de los Deportes, que permitiese una mejor adaptación al protocolo sanitario. El evento ya contaba con una autorización de Sanidad, expedida el 7 de octubre, pero era específicamente para la ubicación en Liencres. Al cambiar de escenario perdía su validez. Hacía falta una nueva, y en el marco de la segunda ola en Cantabria y el confinamiento perimetral decretado por el Ejecutivo regional. «Era el único requisito que exigíamos para que se pudieran utilizar las instalaciones. Hablamos de una competición nacional, que contaba con todos los parabienes del CSD y de la Española, pero la última palabra es siempre de Sanidad», explicaba más tarde el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Santander, Felipe Pérez Manso.
Dentro de la instalación miembros de la Federación Cántabra de Bádminton y del IMD valoraban la situación y esperaban el visto bueno de Sanidad. Sin él no se podía dar un paso. Mientras tanto fuera se iba agolpando cada vez más gente a medida que avanzaba la mañana. Algunos jóvenes aprovechaban para preparar el material y ajustaban cinta adhesiva al mango de su raqueta. Otros llegaban en furgonetas o en coches y se les congelaba la sonrisa en la cara cuando recibían la noticia. «Mi reacción ha sido decir: 'No me lo puedo creer'», comentaba un jugador llegado desde Ibiza. «Porque perder clase es lo de menos, pero trasladarse desde Ibiza hasta aquí quieras o no... Además, que se cancele este torneo que para nosotros es importante y de esta manera, no es lo más adecuado», se quejaba.
Los jugadores de la Federación ibicenca, 10 en total, llegaron a Santander el jueves. «La Federación Cántabra nos confirmó que viajásemos, que se iba a celebrar y que todo estaba en orden, pero al llegar aquí nos han dicho que ni saquemos las cosas», comentaban. Ayer se habían desplazado hasta el Palacio de los Deportes unos 20 minutos antes del horario marcado para la competición -las 11.00 horas- con la intención de entrenar un poco, pero no fue posible. «Nos han dicho que no hay autorización, que están pendientes de que llegue. Primera noticia de que tal vez no se celebre», contaban resignados. Mientras, los chicos ya barajaban todas las posibilidades, hasta la de volver a la isla. «Supongo que miraremos si tenemos opciones de marcharnos porque aquí tampoco podemos hacer mucho», decía uno de los jugadores. Y es que la expedición tiene el viaje programado hasta mañana domingo, cuando termina la competición.
No eran lo únicos. Un matrimonio, que prefirió no identificarse, había viajado desde León para acompañar a sus hijos. «Si es que están ya aquí todos desplazados. ¡Con la ilusión con la que vienen los chicos!», argüían. «Lo hemos estado mirando y preparando todo desde el lunes. Espero que se pueda hacer por los chavales», explicaba el marido. Y es que los trámites a los que se han tenido que enfrentar no son pocos. «Hemos pedido días libres en el trabajo, reservado hoteles, tenemos todos los permisos de las autoridades competentes para viajar y los papeles en regla, nuestros y de los chicos. Con el deporte base que no es fútbol no hay empatía», señalaba la mujer. Otra pareja llegada desde Alicante corroboraba su palabras. «Hemos hecho un viaje de 900 kilómetros para que ahora nos digan que igual no se juega. Es vergonzoso que nos lo comuniquen en el momento y no con antelación».
El trajín en la puerta iba en aumento. Al fin se hizo un llamado a los delegados de las federaciones para efectuar una toma de temperatura. Fueron entrando a La Ballena en fila y al salir sus caras denotaban decepción. Tocaba esperar un rato más. Pasada otra hora, a eso de la 13.00 horas, un segundo llamado. Uno de ellos salió del edificio con el brazo en alto en señal de triunfo. Ahora las perspectivas eran más halagüeñas. «Va para delante. ¡Ya pensaba que no! Es una alegría, así que aprovechadlo», les decía el monitor de Bádminton Zamora a sus chicos. Y es que tras más de cuatro horas de espera y deliberaciones, la Consejería de Sanidad expidió la autorización para celebrar el Campeonato. «Hemos procedido a autorizar el uso del Palacio de los Deportes para la celebración del Nacional de bádminton cuando hemos recibido el 'ok' de Salud Pública», explicaban desde el Ayuntamiento.
A pesar de tener ya vía libre todavía faltaba mucho para que la competición echase a andar. Había que acabar de montar las pistas y las gradas para poder separar a los chavales por clubes y que no se mezclasen. ¿La hora de inicio? ¿La nueva hoja de ruta? Una incógnita, ya que la Cántabra de Bádminton que preside María Luisa Pérez de la Torre y Calvo no quiso atender a El Diario Montañés.
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