Santander proclama reinas a Alba Bautista y Polina Berezina

La Copa de España Masculina fue el punto de partida para la segunda jornada del maratón de gimnasia rítmica que se vive hasta mañana domingo en el Palacio de los Deportes de Santander y que continuó con la Copa de la Reina individual, plato fuerte de la agenda del fin de semana al contar con los dos máximos referentes nacionales: Bautista y Berezina. La gimnasia rítmica española, ausente en Tokio 2020, tendrá el máximo número de representantes en París gracias a la clasificación de un conjunto tras el bronce del Mundial de 2022 y a la brillante actuación de las dos españolas en el Campeonato del Mundo de gimnasia rítmica Valencia 2023.

Carla Menéndez tiene el póster de ambas en la habitación, «son prácticamente perfectas», dice mientras se asoma a las barandillas de la grada intentando retar ella también a las leyes físicas y reducir al máximo el espacio que la separa de ellas. Las selecciones llegadas desde todos los puntos de España no pierden detalle mientras jalean cada una de las dificultades no solo de la olímpicas sino de cualquier gimnasta. «Son muchas horas entrenando», cuentan las gimnastas de la selección gallega, «todas sabemos lo que cuesta conseguirlo y el trabajo que lleva detrás» añaden mientras resuenan las palmas al ritmo de las andaluzas y los tambores de la expedición valenciana.

Mientras las gimnastas que pasaban los controles del equipo español iban sucediéndose en intervalos sobre el tapiz, llegó un regalo para la selección cántabra en forma de medalla. La júnior Martina Pérez subía al tercer escalón del podio con un ejercicio de pelota que no dejó del todo satisfecha a la gimnasta «No me salió tan bien como esperaba y, al salir del tapiz, pensé que no llegaba a la medalla», contaba la gimnasta del Rítmica Santander, «pero al final si lo conseguí», terminó con una gran sonrisa. El metal de Pérez es la muestra de que la nueva estructura de la Copa de la Reina favorece la representación del trabajo de la base. África Álvarez, la presidenta de la Federación Cántabra no podía ocultar la emoción: «Estamos entusiasmados». La máxima dirigente autonómica aseguraba que «si es un lujo organizar un evento de estas características, tener resultados deportivos es el broche de oro. Hoy es un día para celebrar».

Si el bronce de Martina Pérez era un premio al trabajo de la selección cántabra, el regreso a unos Juegos Olímpicos de la gimnasia rítmica española es otra recompensa con la que cerrar un ciclo que Jesús Carballo, presidente de la Federación Española, «en el que hemos disfrutado mucho». Pero no termina ahí, «hemos trabajado mucho y se están viendo los resultados. Este equipo tiene muchísimas ganas y, a falta de pocas semanas, tenemos un calendario de competiciones muy activo». Ese calendario las ha llevado hasta Santander para seguir puliendo al milímetro sus ejercicios –cinta y maza en el caso de Polina Berezina, y pelota, en el de Alba Bautista– en la Copa de la Reina.

Ninguna de las dos gimnastas del equipo olímpico español tuvo rival sobre el tapiz. Berezina y Bautista catapultaron a la selección valenciana, con la que ambas compiten, directas al trono que ocupan por derecho propio como vigentes reinas de la gimnasia rítmica nacional. Valencia se llevó la Copa de la Reina, mientras que Madrid se quedó en propiedad el segundo cajón del podio con Castilla y León cerrando el trío triunfante que dejó a las gradas del Palacio de los Deportes de Santander festejando y aplaudiendo a las dos gimnastas que sueñan con el tapiz de los cinco aros olímpicos.