Sara Romaña y su equipo tienen la autofinanciación «casi hecha»

Romaña, campeona de España en categorías inferiores, acudirá «ahora ya es seguro» -confiesa- el próximo 30 de marzo a Los Alcázares (Murcia) para disputar el Campeonato de España mixto por clubes. Lo hará junto a otros cuatro compañeros: Hugo Gómez, Eduard Ionut, Mari Luz Peral y Marián Herrería. «Estamos muy ilusionados y ahora muy agradecidos con la gente que nos ha echado una mano para poder ir a este campeonato», explica Romaña. La boxeadora ya acudió en dos ocasiones a la cita nacional y después de un año (2020) tan problemático y con tantas restricciones «no queremos perdernos esta prueba por nada del mundo».

El Campeonato, al ser una cita destinada a los clubes, tiene un carácter privado y no corresponde a la organización de las federaciones, que siempre se ha hecho cargo de los gastos y logística cuando se ha tratado de una cita oficial. Por eso, Romaña y su equipo apostaron por este micromecenazgo. «Sabíamos que iba a ser difícil, pero era una opción que nos podía permitir estar presentes y no lo dudamos». La respuesta al principio fue «un poco tímida», sin embargo poco a poco el entorno de los púgiles y del propio gimnasio, ubicado en Maliaño, han ido solidarizándose con la causa y el objetivo está casi cumplido. «Nos queda muy poco. Si no lo conseguimos lo pondremos nosotros, pero lo vamos a conseguir porque hay gente que nos pregunta y se interesa», señala Romaña.

En cuanto al aspecto deportivo, la púgil cántabra explica que la preparación «está siendo más dura que otras veces». Además de preocuparse de entrenar «andamos pendientes de todo esto». Romaña indica que «la pandemia nos ha afectado a todos, pero también a la forma de entrenar y de trabajar». Aún así, el objetivo no ha cambiado. «Queremos la medalla de oro. A nivel individual cada uno, pero también para el equipo. Estamos muy ilusionados».

Ya queda menos. Lo que empezó como una «aventura» está cumpliendo con los propósitos que un día de entrenamiento surgieron. «Se nos ocurrió y aunque al principio nos parecía un poco locura luego pensamos que había que intentarlo», asegura Romaña, que continúa como sus compañeros con su vida rutinaria; se levanta y acude a la universidad y por la tarde se ajusta los guantes para seguir con esa pasión que un día surgió por prescripción maternal. »Sí, sí. Fue mi madre la que me invitó a que probara y así me ayudaría a defenderme. Y poco a poco me fue gustando. En el gimnasio me enseñaron a disfrutar de este deporte y aquí seguimos». El próximo 30 de marzo, dos coches partirán desde Camargo a Murcia para volver con el oro colgado del cuello.