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Desde su creación en el año 1984, el Sardinero Hockey Club ha cumplido los objetivos del olimpismo. Fue puntero en Cantabria en tener secciones masculina y femenina desde prácticamente los primeros entrenamientos y hasta el día de hoy, donde hombres y mujeres de todas ... las edades tienen un equipo federado en el que poder competir temporada tras temporada.
El club que preside Chani Galán, miembro de la Familia Olímpica Española, tiene en la actualidad treinta equipos, desde prebenjamines a veteranos. En total unos 400 jugadores, la mitad de ellos chicas. Su equipo sénior, de hecho, es líder en Primera División femenina y tiene todas las opciones, si no sucede nada anormal, de ascender a la máxima categoría antes de que finalice la Liga regular.
Los chicos, sin embargo, militan en Primera, lo que viene a ser la Tercera División, aunque también tiene todas las papeletas para subir a División de Honor B.
Esa paridad por la que siempre apostó este club, surgido de un grupo de amigos y que en su día aunó a jugadores de varios equipos ahora desaparecidos, entre ellos La Pasiega y el Colegio Calasanz, se puede comprobar en las temporadas que, en la máxima categoría sénior, han militado los equipos de El Sardinero: 17 los chicos y 18 las chicas. Y también en el número de olímpicos nacidos en Cantabria que han surgido de sus filas. Tres y tres.
En chicas, destacan Elena Carrión (Santander 1970), guardameta que se inició en el Colegio Las Esclavas para después estar vinculada hasta su retirada, en 2002, a El Sardinero. Fue dos veces olímpica, en 1996 en Atlanta, y en 2000, en Sidney, con un octavo y un cuarto puesto en su haber. Amanda González (Santander, 1979) formó equipo con Carrión en los Juegos de Australia. Ella se inició en el Colegio La Enseñanza para pasar después al conjunto santanderino, en el cual sigue militando con 39 años. Es uno de los baluartes de este equipo que combina jóvenes promesas y jugadoras veteranas. Elena Carrión es también jugadora de este conjunto de Primera División, si bien como suplente.
Ha hecho ya historia la última jugadora internacional sénior surgida de las filas de El Sardinero. Se trata de Beatriz Pérez (Santander, 1991), desde hace varias temporadas acumula títulos en División de Honor con el Club de Campo y con la selección española, con la cual logró este mismo año la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo, el mejor puesto logrado por las 'redsticks'. En el año 2016 disputó los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en los que logró un octavo puesto. Esta temporada va a sumar un nuevo campeonato liguero.
En cuanto a los olímpicos masculinos, Bernardino Herrera (Santander, 1977), portero, ha disputado dos Juegos. Fue titular en los de Sidney (2000) y Atenas (2004). Hoy forma parte del cuerpo técnico de la selección española.
Antonio González (Santander, 1969) logró con España la medalla de plata en los Juegos de Atlanta. Hoy se dedica en Cataluña a entrenar a distintos equipos de hockey. Siempre, como jugador y también en sus inicios como técnico, estuvo ligado al Sardinero HC.
Óscar Barrera es otro de los jugadores importantes surgidos de la cantera del club santanderino. Aunque nacido en Alemania en 1966, desde niño ha residido en la capital cántabra. Formó equipo en Atlanta con Antonio González y por lo tanto es poseedor de la distinción que se le otorgó en el segundo cajón del podio olímpico. Continúa jugando al hockey con su club de siempre.
En el actual conjunto sénior femenino que entrena Ángel Laso figuran además las tres veces olímpicas Mar Feito, madrileña vinculada familiarmente a Cantabria (Atlanta 1996, Sidney 2000 y Atenas 2004) y Rocío Ibarra, bilbaína (Atenas 2004, Pekín 2008 y Río de Janeiro 2016).
Ningún equipo en Cantabria puede presumir de haber tenido a seis jugadores formados en sus filas que participaran en una máxima competición mundial como son los Juegos Olímpicos. Barrena, Carrión y Amanda González son además entrenadores de los equipos de las categorías inferiores de El Sardinero.
Chani Galán destaca el gran papel de la cantera del club. Los equipos juveniles, infantiles y cadetes se han clasificado en los últimos años para disputar los distintos Campeonatos de España. Los últimos, este fin de semana en Marina D'or, donde chicos y chicas de la categoría cadete han quedado entre los ocho mejores equipos de hockey sala del país.
El Sardinero cuenta en sus filas, esta temporada, con varios jugadores internacionales en las categorías inferiores. Rodrigo Gómez, en sub-21; Claudia Alegre, en sub-18; Carmen Álvarez y María Cisneros, en sub-15, al igual que Ángel Sainz de Santamaría, y en sub-13, está Pablo González Ojea.
Es una de las veteranas del equipo senior que puede ascender a División de Honor y, además, una de las jugadoras olímpicas (Sidney 2000) del Sardinero. Amanda González también entrena, en concreto a las niñas del equipo cadete.
–Juega en el primer equipo que puede ascender esta temporada a la máxima categoría ¿cómo ve ese reto?
–La verdad es que no he podido jugar mucho en la primera vuelta por una rotura del pulgar. Ahora ya estoy entrenando bien para disputar la sala y volver después a la hierba. En cuanto al equipo, le veo con muchas ganas por mantener la primera posición en la tabla y de hacer algo importante.
–El equipo está compuesto de jugadoras veteranas y de chicas muy jóvenes ¿Es ésta una buena fórmula?
–No del todo. Yo creo que necesitamos gente de edades intermedias. Estamos las muy veteranas y luego niñas juveniles o cadetes. Hay mucha diferencia de edad. Muchas de estas crías empiezan a surgir cuando comienzan a estudiar en la universidad y tienen que dejar de jugar. Nosotras aportamos veteranía y experiencia, pero necesitamos jugadoras de entre 20 y 30 años.
–Disputó los Juegos Olímpicos de Sidney en el años 2000 ¿Qué recuerdos tiene?
–Hace ya mucho tiempo de eso. Desde muy joven, mi ilusión era participar en unos juegos. Fui con 21 años a Sidney, y con un equipo con veteranía y también jugadoras jóvenes. Gracias a la que llamamos 'fuerza española' quedamos cuartas, a las puertas de una medalla y a pesar de no ser favoritas. Perdimos el bronce con Holanda –siempre Holanda– por 2-0, pero antes habíamos ganado a Argentina y empatado con Australia, que luego resultó ser la campeona. La experiencia de estar en la villa olímpica con deportistas todos muy conocidos es algo impresionante.
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