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Sergio el 'Niño' García vela armas a un paseo de distancia de donde en la madrugada del domingo al lunes -hora española- disputará el combate de su vida -si todo va bien, el primero de ellos- en Los Ángeles. La promotora de la velada en la que el torrelaveguense combatirá por la eliminatoria mundialista de los pesos superwélter ante Sebastian Fundora ha elegido como cuartel general del equipo del Niño un hotel con todo lo necesario para que el púgil y los suyos estén a gusto y, como es de rigor, cumplan con todos los compromisos deportivos y promocionales del evento que ahora concita la atención del mundo boxístico.
Sergio García aterrizó el pasado domingo en la ciudad de las estrellas después de un largo viaje que le llevó de Santander a Madrid y tras hacer escala en Nueva York. El púgil y su entrenador, Víctor Iglesias, se acomodaron en su nueva estancia con el primer objetivo: recuperarse del jet lag cuanto antes. «Ha ido todo bien», explicaba este miércoles el preparador del aspirante a la gloria desde uno de los locales habilitados para rematar la preparación final de cara a la pelea.
Tras un descanso necesario, Sergio García fue requerido para cumplir con los pertinentes reconocimientos médicos y controles exhaustivos que exige un evento deportivo de esta magnitud, y cerrado este primer trámite el púgil ha regresado a la intimidad, donde ultima su preparación.
«Estamos ya entrenando para dar el peso en la báscula», añade Iglesias. El Niño partió de Torrelavega tres kilos por encima de los 69,850 que debe dar el viernes, 48 horas antes de la pelea, como manda el estricto reglamento, de modo que durante esta semana los entrenamientos irán destinados a acomodarse a la báscula sin ninguna prisa ni exigencia extraordinaria que obligue a cambiar los planes y dificulten la puesta a punto. Se trata de una de las fases de preparación más incómodas, anímica y físicamente, para los boxeadores.
La privación de ingesta alimenticia y, sobre todo y en mayor medida, de líquidos obliga a un esfuerzo enorme justo en el momento en que se acumula al trabajo de los últimos meses. «Va todo bien y sobre lo establecido», explica en un mensaje de confianza el entrenador de Sergio García.
El torrelaveguense ha podido comprobar in situ el ritmo de vida de Los Ángeles durante este lunes y martes, ya que ha cumplido con sus salidas a correr en ayunas y su entrenamiento en una de las zonas cercanas a su hotel. Además, el púgil e Iglesias han continuado su trabajo técnico-táctico de cara a superar al boxeador local Sebastian Fundora, al que las apuestas dan como favorito por poco margen, y que a buen seguro tendrá el apoyo unánime del Staples Center. Los deberes ya están hechos: los guanteos exigentes, los más de ochenta asaltos con sparrings de cierto nivel en busca de asemejarse a lo que se encontrará el próximo domingo en el ring es un trabajo que ya llega hecho de casa. Por eso estos días tan solo queda «repetir y repetir una y otra vez, repasar y repasar las técnicas a utilizar en la pelea».
«Cuando ves fotos de Lebron (James); de superatletas como Óscar De la Hoya o Shaq (O'Neal), quieres ser uno de ellos. Es mi primer paso en el que me siento como un verdadero atleta profesional», expresaba Sebastian Fundora a Los Angeles Times estos días. El boxeador californiano busca lo mismo que Sergio García: una victoria que le puede dar la oportunidad de luchar por el cetro mundial. «Si ganamos, ojalá que estemos peleando por un título el próximo año.
Si puede ser el próximo año lo haremos», ha dicho Fundora, a quien en el estado que baña el Océano Pacífico se le conoce por su estatura, 196 centímetros, y sus ochenta pulgadas de alcance. Le llaman también la Torre Infernal y al igual que el Niño llega al combate del domingo en su mejor momento, tras derrotar a Jorge Cota, según los expertos el examen más duro en su carrera.
Desde su nulo en 2019 ante Jamontay Clark, Fundora ha ganado cuatro duelos seguidos, incluyendo tres por la vía del KO. El californiano vive y entrena en Coachella, una ciudad ubicada en el condado de Riverside en el propio estado de California y nunca ha pelado en el Staples Center, por lo que en eso sí está en las mismas condiciones que García.
En la noche de ayer, después de completar con las exigencias, el torrelaveguense y su esquina -además de Iglesias estarán con él las mujeres de ambos y Óscar Zardain- caminaron hasta el pabellón de Los Ángeles Lakers. Juntos pudieron palpar la tensión de los días previos a la velada en uno de los templos del boxeo. Se fotografiaron junto a algunas de las estatuas que rodean los aledaños del emblemático escenario, como son los inolvidables jugadores del los Lakers Magic Johnson y Shaquille O'Neal y uno de los mejores boxeadores de la historia, el Golden Boy, Óscar de la Hoya, quien pasó a la categoría de leyenda con los triunfos de algunos de sus campeonatos en su interior. El púgil califiorniano pidió recientemente que su estatua fuera retirada para alzar en su lugar la de Kobe Bryant, mito del equipo angelino de baloncesto, fallecido en accidente en 2020.
Allí, entre recuerdos a estrellas de cine y deportistas, pasearon en plena confesión personal los miembros de la expedición «modesta, pero no se necesita más», que pretende subir el último peldaño boxístico que falta para meterse entre los mejores.
La velada será retransmitida íntegramente por Eurosport. Comenzará a las 17.00 horas (hora de Los Ángeles), las 2.00 del lunes en España. El combate de Sergio García será el tercero de cuatro, calificado como la pelea coestelar y previa al campeonato del mundo que se jugarán Geronta Davis e Isaac Cruz. Es decir, que quien quiera seguirlo en directo desde España tendrá un domingo muy, muy largo.
El 'showtime', todo ese protocolo que se monta en torno a las veladas y que los estadounidense han convertido en un auténtico espectáculo, también tendrá a Sergiy Derevyanchenko y Carlos Adames en contienda, a diez asaltos. En el otro enfrentamiento, Eduardo Ramírez se verá las caras ante Miguel Marriaga en una pelea también pactada a diez rounds.
Entre compromisos publicitarios, su rutina de entrenamiento, el hambre y la sed por dar el peso, Sergio García cuenta las horas. En primer lugar para que el sábado, 24 horas antes del combate, la báscula refleje lo que tiene que reflejar sin sustos y, segundo, para subirse al ring en la que será la pelea que cambie su vida.
Los Ángeles, una de las capitales del boxeo -con permiso de Las Vegas, Nueva York y Londres-, al alcance un cántabro. Allí donde, como decía Marilyn Monroe, «te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma», Sergio García no tiene en venta la suya. Ni mucho menos. «No voy a por la bolsa; voy a ganar», sentenció en su momento. No hay más que decir.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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