Sergio García vence y ya pide paso al destino

El primer asalto fue de tanteo. Con el argentino en el centro del ring y Sergio García bailando y buscando conectar su directo de izquierda mientras mantenía la distancia. El torrelaveguense no paraba, su ritmo era alto, pero sin llegar claro al rostro de Cabaña. El público le animaba, pero 'El Niño' no se deslizaba de su guion: bien protegido bajo su guardia y a sumar golpes. En el segundo round el púgil de casa dio un paso más; apretó, se acercó más y tuvo dos combinaciones que sintió el argentino. Un gancho al rostro de Cabaña en el tercero hizo saltar al Trueba, pero el argentino no perdió las piernas y encajó perfectamente. Cabaña, bien perfilado y con arrojo, se empeñaba en dominar el centro del cuadrilátero, al tiempo que Sergio García continuaba con su repertorio de golpes, pero sin llegar claro. El público no dejaba de arengar a su vecino, que en el cuarto asalto le quitó el centro del ring a su oponente y sacó su derecha, más potente y precisa. Sin embargo, Cabaña le seguía incomodando con su guardia baja. La diferencia de estatura permitía a Sergio García ver la pelea desde arriba, pero ese mismo privilegio le otorgaba a su rival cierta facilidad para llegar al cuerpo del torrelaveguense por abajo. El quinto estuvo muy igualado; la izquierda del de casa marcaba el ritmo, con la derecha preparada para buscar un sitio donde llegar y hacer daño. El asalto fue de Sergio García, pero en ese momento se dio cuenta de que la pelea iba a tener que trabajársela.

Una vez superado el ecuador del combate, Cabaña empezó a acusar el ritmo alto de la pelea impuesto por Sergio García. Otra combinación suya en la esquina puso en aprietos a Cabaña, pero el argentino también tiró de oficio para salir adelante.

En el último tramo de la pelea el miedo a que una mano perdida pudiera acabar con todo hizo que se notase en el Trueba un respeto. En el séptimo el directo de derecha de 'El Niño' impactó en el rostro de su rival varias veces . Fue el asalto que mejor ganó el cántabro y donde más evidenció que era el dueño de la pelea. Pero aún con todo, Cabaña no le perdía la cara; seguía hacia delante sin flojear. Pegar y protegerse. Buscó el cuerpo a cuerpo, se acercó un poco más y allí encontró fisuras en el argentino. Pero seguía de pie. No doblaba. Encajaba los puños del cántabro, certeros, pero sin la potencia necesaria.

Llegó el noveno asalto y la experiencia de 'El Niño' le impedía dar un paso en falso. Su corazón se lo pedía, pero prefirió seguir la misma práctica que le ha caracterizado siempre, puntuar y puntuar. Volvió a ser suyo el round, pero esta vez no asumió riesgos.

Y por fin el último. El décimo. Los gritos de '¡Sergio, Sergio!' no le cegaron. Frío y calculador siguió sumando y eso que el argentino arriesgó, bajó la guardia por completo buscando forzar el error de su rival. 'El Niño' bailó como si no llevase media hora a mil pulsaciones, conectó desde lejos y... Repitió otro asalto más. La pelea terminó y se le pudo leer en los labios su lamento. Sergio García quería haber acabado antes del límite, pero Cabaña respondió. Para este fue un éxito, de ahí que se le viera emocionado por haber resistido al campeón torrelaveguense. El argentino fue aplaudido por el público del Vicente Trueba antes de que los jueces dieran el veredicto: victoria unánime para Sergio García.

El Vicente Trueba no tiene manual de instrucciones de funcionamiento. Actúa por estímulos. Su corazón late como el de un niño ladrón porque a los suyos les siente cerca. Nunca fallan. La de anoche fue otra fiesta con Sergio García de anfitrión. Y 'El Niño' tampoco falló. Desempolvó su mejor boxeo para volver a firmar un contrato con el destino un año después de su última pelea. Su carrera ha vuelto a relanzarse con un triunfo que ahora espera seguir con su regreso al circuito americano.

Hubo mucha velada

Más de 3.000 aficionados en un Vicente Trueba que nunca defrauda disfrutaron de un espectáculo inédito en Cantabria. Una velada con cuatro combates profesionales es difícil encontrar y el público lo agradeció. Primero rompieron el hielo los chavales, con siete peleas amateurs con las semifinales del Campeonato de Cantabria en juego como aperitivo del colofón final. Torrelavega se volcó y en los aledaños del pabellón era imposible encontrar un lugar donde aparcar. Nadie quiso perdérselo.

La primera de las pelea estuvo dividida, pero Mohammed Zouaki (Santander) convenció más a los jueces que su rival, Khalid Bouragba (Valencia), y se llevó la victoria a los puntos. El segundo de los combates enfrentó a Oscar Ahlin (Suecia) frente a Vicente Martín Rodríguez (Argentina), a ocho asaltos en el peso superligero. Hubo intercambio de golpes sin que ninguno de los dos se impusiera con autoridad. Sin embargo, la victoria fue unánime para Óscar Ahlin a los puntos. El tercer combate, en el peso medio, puso en duelo al eslovaco Edgar Kemsky y al cántabro Jairo Díaz, que debutaba en el boxeo profesional después de una larga trayectoria en los deportes de contacto. El torrelaveguense supo dejarse llevar por su gente en su primer comparecencia pugilística pese a que Kemsky, más veterano y con tablas, maniobró bien sobre el ring. Pelea muy táctica en la que Jairo debutó por la puerta grande con un triunfo prometedor. El último de los combates antes de la pelea estelar trajo la victoria más clara con un Jesús Laso atrevido que superó al veterano nicaragüense Lester Cantillano, un rival que apareció dos días antes tras la renuncia de Sandro Hernández. No le supuso problemas al suancino, que sumó su tercer triunfo como profesional en otros tantos combates.

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