Los socios de Astillero eligen a Alfredo Borragán por unanimidad

Los socios de Astillero respaldaron ayer por unanimidad la presencia de Alfredo Borragán al frente de la Junta Gestora de Astillero en la Asamblea celebrada en el Centro Cultural Leonardo Torres Quevedo. Los más de sesenta socios asistentes mostraron su apoyo al nuevo dirigente, que pone así fin de forma oficial –en la práctica había terminado ya hace semanas– a la época de Elisabet Carral al frente del club azul. La presidenta dimisionaria, que había entregado la documentación y las llaves del club al Ayuntamiento de El Astillero (después de que la Federación Cántabra de Remo se negara a recogerla ) no estuvo presente en el que era formalmente su acto de relevo.

El caso es que ese más de medio centenar de socios que se acercó a la convocatoria y que apoyó la nominación de Borragán le convirtió en máximo responsable de una junta gestora. Fue el único que se presentó, pero tampoco hubo ningún socio que pusiese pegas a su presencia. Sin ninguna queja ni protesta y sí con mucha rapidez se formalizó el cambio de responsabilidad de una sociedad que sabía lo mucho que le iba en la reunión. Tanto como para sacarla adelante con el mayor consenso posible, en lo que se puede ver como una primera muestra de apoyo, una forma de arropar a un Borragán, que tiene mucha tarea por delante.

Una vez elegido por los socios, Borragán se dirigió a los asistentes ya como nuevo responsable de Astillero y les comunicó sus intenciones. Muy sencillas; superar la actual crisis. No podían ser otras. Capear el temporal. «Trataremos de saber cómo se encuentra la realidad del club una vez que tengamos los libros que se encuentran en el Ayuntamiento –conviene recordar que no se dispone de la contabilidad de 2019 puesto que no se ha elaborado, como reconoció la propia Carral–. A continuación, en dos o tres meses la intención es convocar elecciones para que haya un presidente elegido por los socios en unas elecciones», puntualizó.

El acto comenzó con la composición de la mesa de la Asamblea, en la que figuraban Fernando López Gutiérrez y Benito Andía en representación de los socios, acompañados por el presidente de la Federación Cántabra, Víctor Canal. Una vez formalizada la presentación de la Asamblea explicado el motivo por el que se había convocado la cita, Canal dio lectura a la carta que había recibido de Elisabet Carral en la que anunciaba su dimisión, así como el acta que se levantó cuando la ya expresidenta entregó los libros en el Ayuntamiento.

Fue en aquel momento cuando dos socios intervinieron para indicar que había que acometer la situación con prisa, ya que el club se encuentra en una situación complicada. De hecho, mostraron su preocupación por lo que podía ser la realidad de la sociedad una vez se conozca el contenido de los libros, que puede ser preocupante.

Sobre el funcionamiento actual del club, los miembros mesa puntualizaron que se mantiene la actividad, una vez concluida la temporada de traineras, con más de cincuenta remeros en categorías inferiores.

Una vez Alfredo Borragán fue investido como presidente de la gestora pidió voluntarios para formar parte de la junta gestora, y los que dieron el paso al frente fueron José María Ramos, Fernando López Gutiérrez y Benito Andía, sin especificar los cargos que ocuparan, aunque el nuevo gestor de Astillero dejó claro que podía incorporar más miembros a su equipo.

Los socios asistentes a la Asamblea mostraron asimismo preocupación por la situación que esta viviendo el club tras el vacío de poder experimentado. Así, Borragán tiene una labor complicada ya que necesita poner al día el esta económico de la entidad.Y si como ya se anunció, durante el año 2019 no se ha contabilizado la gestión será muy complicado llegar a conocer la verdadera realidad de la entidad para empezar a revertirla.