Una temporada, diez imágenes

Emoción, sorpresas y jugadas para el recuerdo. El curso bolístico ha dejado imágenes que nunca serán olvidadas por sus protagonistas

Por emotividad, el momento del año. Iris Cagigas había perdido a su tío unas horas antes del Campeonato Regional y, pese a ello, sacó fuerzas de flaqueza para superar a todas sus rivales y ganar el título en la bolera de Quintana de Toranzo. La de Cubas comenzó la jornada con dos concursos discretos, pero ya en cuartos superó los 150 palos para acercarse la cabeza y superar en la final a Naomi Solórzano. Tras la última bola la jugadora de la Bolística miró al cielo y dedico el triunfo al que había sido su más fiel seguidor, Santi. Al podio también se subió Andrea Gómez, que se redimió en Maliaño al ganar el Campeonato de España.

La gran tarde del año volvió a ser para Óscar González. Cuando alguno había dado la primera palada de su tumba bolística el Junco se reivindicó, aunque nunca lo ha necesitado, para llevarse su octavo título de España en una Severino Prieto que, pese a tener solo 300 espectadores, rugió como en sus mejores tardes. El de Liérganes hizo seis concursos casi perfectos y en la final remató la faena con 160 palos. Dos orejas, puerta grande y demostración de que Óscar sigue siendo mucho Óscar y que, especialmente en El Malecón, es favorito a todo. El de Borbolla remató su semana fantástica con el Torneo de Maestros dos días más tarde.

El propio Gerardo Castanedo, presidente de la entidad, le pone un dos a la nota de los suyos en Liga, pero el 2020 de El Pendo Bahía Real será recordado por un título de Copa Presidente que sirvió para romper la racha de Peñacastillo Anievas Mayba y para que los camargueses lograsen su primero título con la nueva denominación. El partido, disputado en Puente San Miguel, tuvo de todo, especialmente emoción, y un último parcial en el que Gabi Cagigas se vistió de héroe para con un emboque y una última al panojo certificar el título de los camargueses. Los tiempos han cambiado, pero la sombra de Roper sigue viva.

Tras un 2019 en el que no tuvo rival, Víctor González ha demostrado en 2020 que es humano. Pese a ello, el astillerense logró en La Cavada su tercer Campeonato Regional consecutivo después de ser capaz de resistir la lección de juego, inteligencia y coraje de un Jesús Salmón al que una mano maldita condenó al subcampeonato. En una campaña quizá menos exitosa a nivel individual, Víctor demostró en La Encina la madurez que necesitaba para sufrir en una final que no se decantó hasta la última bola del tiro. Para completar su temporada, campeón y finalista se llevaron los títulos de parejas en juego al ganar el regional y el nacional.

A priori poco tiene que ver un emboque con el éxito de una temporada, pero el logrado por Jesús Salmón con la última bola de tiro del partido ante Ribamontán al Mar en Loredo sirvió para que Peñacastillo acabase la Liga imbatido. Los locales dominaban por 3-2 y en el parcial definitivo mandaron a ganar a 55. La jugada parecía imposible, más si cabe con el emboque escondido junto al tablón a la mano. Sin embargo, mientras a Salmón le queda una bola en la mano todo es posible. El camargués lo buscó, lo encontró y salvó un punto y la imbatibilidad para los suyos.

Lo venía anunciando durante todo el curso, pero no fue hasta el epílogo cuando Andrea Gómez hizo su irrupción entre la élite de los bolos femeninos. La de Casar de Periedo ganó en Maliaño un Campeonato de España que, organizado por el Ayuntamiento de Polanco, se jugó a finales de octubre. La de la Bolística se puso el torneo de cara en cuartos de final, en los que derribó 166 palos, aunque tuvo que resistir los ataques de Iris Cagigas hasta las últimas manos de la final. Una bola queda en la cuarta tirada fue el único momento de debilidad de una jugadora que supo mantener su concentración para colarse, por derecho propio, entre las grandes.

Después de dos temporadas en las que se les había resistido el asalto a la Liga, la Bolística por fin se resarció y se llevó un título liguero que se decidió en los duelos directos entre las del Besaya y Campoo. Con el pequeño borrón de un final de liga convulso por culpa del Covid, las de Mosquera han sido las mejores sin paliativos y solo se dejaron puntos en La Población, donde nadie gana desde hace años. Además de ganar el torneo de la regularidad se llevaron la Copa Presidente al doblegar en Puente San Miguel de nuevo a Campoo. Fue un partido con poco brillo en el que la clave estuvo en la adaptación al corro de las torrelaveguenses.

Sierrapando, Cueto, Beranga, Cerrazo y Molledo han sido las boleras en las que Mario Pellón ha sumado algún campeonato este curso. Los cinco grandes que ha disputado (regionales de segunda individual, de parejas y juvenil y nacionales de segunda y juvenil) han ido a parar a su ya nutrido palmarés en un año en el que el torrelaveguense debutó además en División de Honor con J. Cuesta. Y lo hizo, además, acertando con el emboque, como los grandes. Otro año repleto de éxitos para un bolista que el año que viene dará el salto a su peña de toda la vida, la Bolística, y a la Primera categoría para medirse con los grandes.

Pese a su juventud, Laura Abascal es una de las bolistas más veteranas de la categoría y este año ha ejercido como tal para llevarse seis de los concursos en juego. Solo Naomi Solórzano, ganadora en Los Corrales y Las Instituciones, ha sido capaz de hacer sombra a la de La Bolística la mejor en Campoo de Yuso, Molledo, Torrelavea, La Cavada, el PRC y Maliaño. En un año sin circuito Abascal ha sido la dominadora absoluta de la categoría, pese a que no ha podido redondear en los grandes campeonatos su gran año. Tras un parón para coger impulso, Laura además ha ganado Liga y Copa a nivel colectivo y el año que viene jugará en Peñacastillo.

En una liga con seis equipos, el calendario deparó que en la última jornada de la Liga cadete se midieran en La Cavada el líder, Borsal Textil, y el segundo clasificado, los locales de la Escuela Manuel García. La ventaja era de un punto para los de Cabezón, que lograron el punto necesario para el alirón después de matar el cierre cañonero desde catorce metros con dos grandes birles de Álvaro Mier. Antes, el choque había demostrado que, pese a su corta edad, algunos de los bolistas poseen la madurez para aspirar a cotas mayores. El futuro, al meno en cuanto a calidad, parece garantizado.