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Marta Reñoes
Jueves, 4 de enero 2018, 07:34
José Manuel Riancho (La Cueva, 4 de mayo de 1946) se define como un hombre de bolos. También de fútbol, al que jugó en su ... juventud «como muchos otros niños», puntualiza. Pero, de una u otra forma, su carrera en los deportes siempre ha estado relacionada con la modalidad autóctona por excelencia. Tras muchos años trabajando desde diversas administraciones, como las concejalías de Alfoz de Lloredo, Santander y Castañeda, así como en las federaciones de bolos –tanto regional como nacional– hoy será investido como nuevo presidente de la Asociación de Peñas de Bolos (Apebol) en un acto que tendrá lugar a partir de las 19.00 horas en el Aula Madera de Ser de la Federación Cántabra de Bolos.
–Su nombramiento como nuevo presidente de la Apebol no ha sido una elección al uso, sino que ha sido propuesto tras el consenso del mundo bolístico. ¿Cómo evolucionó todo ese proceso?
–En primer lugar me ofrecieron ser presidente de la Federación Cántabra pero entendí que yo, a mi edad, ya soy de otra época para estar en el día a día de la federación. Posteriormente, me pidieron que presidiera la Apebol y esa labor sí que podía realizarla, así que accedí.
–¿Por qué la Apebol sí y la Federación Cántabra no?
–La Federación trae consigo un trabajo constante, al cien por cien de dedicación, y yo tengo una familia que ahora me necesita. En cambio, la dedicación en la Apebol va a ser menor en cuanto al tiempo, aunque no en cuanto a las responsabilidades. Es una labor con la que puedo cumplir tranquilamente.
–El hecho de ser un presidente de consenso, ¿es una responsabilidad o un orgullo?
–Me lo tomo con responsabilidad, desde luego. He estado en todas las juntas directivas de la Federación Cántabra de los últimos cuarenta años, desde que entré con Guillermo Gómez Martínez-Conde en 1974. En los bolos tengo una trayectoria. Unos dirán que más positiva y otros que menos, pero existe y es real. Por mi parte, voy a poner toda la dedicación para que las cosas dentro de la Apebol se desarrollen de acuerdo a los estatutos y designado por la junta directiva y la asamblea general.
–En esa larga trayectoria vinculado a los bolos ha vivido mejores y peores etapas en la relación con la Federación Española. ¿Se puede decir que las discrepancias han quedado atrás?
–La ruptura de las relaciones con la Federación Española se produjo porque llegó un momento en el que no estábamos de acuerdo en cómo se estaban llevando las cosas y los resultados posteriores han demostrado que estábamos en lo cierto. Afortunadamente ha entrado un nuevo presidente que conoce los antecedentes y las relaciones actuales son muy buenas. Ahora es posible sumar, que es lo que siempre hemos intentado.
–Con tanto cambio en los altos mandos de los distintos organismos, ¿está clara la línea de trabajo a seguir?
–Intentamos que los proyectos sean comunes y fomentar las relaciones. La unión hace la fuerza y la suma es muy positiva. La situación económica no es la mejor, pero en los bolos siempre que se ha ido de la mano se han conseguido buenos resultados.
–Lejos quedan sus inicios en los bolos. ¿Cómo llegó a introducirse en este deporte?
–Puedo decir con orgullo que la persona que me metió en los bolos fue Manuel Martínez Pelayo, maestro en Villacarriedo, entre muchos otros sitios. A partir de los años setenta nos fue buscando a distintos maestros de las zonas rurales y nos introdujo en la dinámica de los juegos escolares, así como en la liga infantil. Él nos encarriló hacia los bolos y fue quien influyó, no sólo en mí, sino en todos los maestros que nos hemos dedicado a ello.
–¿Cómo ve el nivel deportivo actual en Cantabria?
–Es muy bueno gracias, fundamentalmente, a la contribución de las escuelas. Dentro de cada categoría hay ciertas diferencias pero se ve la calidad y se disfruta de tiradas muy buenas en todas ellas.
–¿Hay cantera bolística
–En cuanto a juego sí, pero falta cantera de espectador. La mayoría de aficionados a los bolos pasan de los cincuenta años y debemos poner el foco en atraer a los más jóvenes. Para ello, la anterior junta directiva de la Federación Cántabra creó el proyecto educativo Madera de ser, en el que también participé como concejal de Deportes del Ayuntamiento de Santander. Pretendemos que los niños no solamente conozcan el deporte sino que, además, vayan a ver partidos. Es cierto que hay muchos deportes y, sobre todo, el fútbol, que apasiona más, pero nuestro objetivo es que la gente acuda a las boleras más de lo habitual.
–¿Se ha notado la crisis?
–En su momento sí. No tanto en cuanto a peñas, sino en que algunos jugadores que en determinados momentos tuvieron gratificaciones importantes, han reducido sus ingresos. Aún así hay bastantes que llegan a cubrir sus gastos, incluso con dinero de su propio bolsillo para practicar su deporte. Además hay subvenciones regionales y los ayuntamientos también apoyan, pero hablamos de cantidades bajas.
–¿Qué hay del patrocinio? ¿Se ve interés en los bolos?
–Anteriormente hubo más interés y ahora cuesta, pero siempre hay alguno que está dispuesto a echar una mano. No suelen ser patrocinios muy grandes, pero cumplen unas expectativas. En general, todas las peñas cuentan con algún tipo de apoyo de tipo privado.
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