El Textil pone a prueba su nuevo proyecto

Un resultado que conviene repetir para empezar con buen pie la Liga y poner tierra de por medio con la zona baja de la tabla cuanto antes. Más vale prevenir. Sobre manera en una Superliga que se antoja este curso de lo más exigente, con catorce equipos en la batalla y la amenaza de los cuatro descensos impuesta por el coronavirus, ya que 'el bicho' obligó a dar por terminada de forma abrupta la anterior temporada y ahora hay que pagar los platos rotos: la medida trajo aparejada la decisión de aumentar los equipos con pérdida de la categoría en el nuevo curso.

Tras la marcha de José Ignacio Marcos es el entrenador hispano-argentino Marcelo de Stefano (Buenos Aires, 1968) quién ocupa el banquillo de Cabezón de la Sal. El reto que tiene por delante es el de dar con la tecla que acople a la perfección todas las nuevas piezas de la plantilla y así, permanecer un año más en la élite del voleibol español. Aunque el Textil lleva ya la friolera de siete años en Superliga, y eso transmite seguridad. Ahora toca que el trabajo de pretemporada en pista y en gimnasio salga a relucir. El técnico ha tratado de que sus hombres funcionen con la precisión de un reloj suizo a pesar de los meses de parón competitivo. También de que asimilen su estilo de juego, que viene avalado por una exitosa andadura en la Superliga masculina tanto en Ibiza como en UBE L´Illa Grau de Castellón.

Calzón y Bárcena son los únicos supervivientes de cursos anteriores. El resto, caras nuevas que combinan experiencia con hambre para hacerse notar en Superliga. Aunque uno de ellos sí que conoce la casa: el cabezonense Aurelio Rodríguez, que regresa más maduro y curtido. El resto del equipo lo conforman Luis Martín, Adrián García, Martin Dimitrov, Chema Hernández y Unai Larrañaga como jóvenes jugadores nacionales. A ellos se unen los brasileños Felipe Hernández, con experiencia en Superliga, así como Renan Levandoski, Gabriel França y Leo Cardoso, jugadores cariocas que han avanzado con celeridad en el proceso de adaptación a un nuevo equipo y un nuevo país.