![«Topuria es un referente para todos en las artes marciales mixtas»](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/07/18/85654656-kvBD--1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Las artes marciales mixtas (o más comúnmente conocidas como MMA, por sus siglas en inglés) son una modalidad de combate que comprende todas las artes marciales que se practican tanto en pie (como el boxeo o el muay thai) como en el suelo (el jiu ... jitsu brasileño o el grappling, entre otros) y se ponen en práctica dentro de un recinto -que puede ser un cuadrilátero o un octógono- en combates donde varía la cantidad de asaltos y el tiempo de cada uno dependiendo de la competición. Una modalidad deportiva que ha ido ganando popularidad desde el año 2014, con el irlandés Conor McGregor y su desempeño en la famosa promotora norteamericana UFC, y que ahora ha cuajado en España gracias a un peleador muy eléctrico que acumula (también en esta promotora) un récord de 14-0: el español-georgiano Ilia Topuria.
El auge de la MMA ha propiciado la aparición de gimnasios especializados en el territorio nacional, donde cada vez más gente se anima a probar alguna de las múltiples disciplinas que engloban esas siglas. Es el caso del cántabro Javier Otaduy (Santander, 2000). Un luchador amateur que ha desarrollado verdadera pasión por la disciplina y ya da sus primeros pasos hacia un futuro profesional en esta industria emergente.
«Mi referente, como el de mucha gente que practica este deporte, es Conor McGregor, por su forma tan vistosa de pelear, por cómo se hizo a sí mismo y porque es zurdo, igual que yo. También me fijo mucho en Ilia Topuria, que está dando mucho de qué hablar y es un referente para todos los que practicamos el deporte en España». Otaduy empezó en boxeo, pero se cambió a MMA por petición de un amigo y desde el principio, relata, «no podía parar de practicarlo».
Al tratarse de un deporte tan completo, la semana se divide entre entrenamientos puramente técnicos, en los que perfecciona los movimientos y practica situaciones que podrían darse en un combate, y entrenamientos más físicos, en los que «levantamos hierro, pero es un acondicionamiento muy enfocado a MMA». Este entrenamiento de fuerza se intercala entre semana con los de técnica, reservando los sábados a un trabajo fuera de la rutina del gimnasio, como puede ser ir a la playa a hacer ejercicios de resistencia. Los viernes se dedican generalmente al trabajo con el sparring. Las «piñas» que hay en esos combates simulados, añade Otaduy con una sonrisa.
Actualmente en Cantabria hay varios gimnasios en los que se pueden practicar algunas de las disciplinas de combate dentro del amplio abanico existente, pero solo dos preparan a sus pupilos en todas las disciplinas. Y es que España aún dista mucho de los Estados Unidos en este aspecto, partiendo del hecho que aún no existe una federación dedicada a este deporte. El interés por producir luchadores es mayor allí al contar con la promotora más grande del mundo, la UFC.
«Este deporte no deja de ser violento. Entras en el octógono y durante el tiempo que estás ahí haces un cambio de mentalidad que mucha gente no entiende». relata Javier Otaduy. «Yo entro a competir, sabiendo lo que eso significa, pero no por ello odio al otro luchador, sino todo lo contrario. Nos respetamos porque sabemos el trabajo que hay detrás, por la ética de trabajo y la disciplina que ambos demostramos. Sé que es algo que mucha gente no entiende pero es muy bonito medirse con alguien y aprender de cada combate, porque no hay dos iguales» afirma Otaduy.
Llegar a casa con un ojo morado o con puntos en la cara no le gusta a nadie. «Al principio cuesta. Estoy operado de los dos meniscos y mis padres me preguntaban si me compensaba. Como digo, al principio les costaba verme con el ojo morado pero ya me apoyan, aunque todavía me dicen que tenga cuidado», resalta el cántabro. «Entreno tres o cuatro horas al día porque tengo que compaginarlo con mis estudios universitarios, que se me están alargando un poco, pero no dudo en terminar la carrera (Ciencias de la Actividad Física y el Deporte)».
Mirar al futuro en las MMA es algo comprensible. Dar el salto a profesional implicará «trabajar mucho, seguir peleando para tener un buen récord y para que tu estilo sea atractivo para el público», señala el cántabro. Pero Otaduy prefiere no fijarse metas a largo plazo. «Creo que el secreto está en no mirar más allá de la siguiente pelea. El récord que llevo está bien (dos victorias, ambas por KO en el primer asalto, y una derrota), pero hay que seguir trabajando. Ahora mismo estoy disfrutando del proceso, aprendiendo y dándolo todo en cada entrenamiento. No me gusta mirar muy lejos hacia el futuro porque nunca sabes qué va a pasar», concluye.
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