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El partido que el sábado enfrentará en Unquera a Atlético Deva y a Zurdo de Bielva será el que abra la 23ª edición de la Liga Femenina, una competición que este año se denominará Bolos en Femenino y que busca seguir con su crecimiento ... en aras de alcanzar definitivamente la madurez. El torneo estará compuesto por nueve peñas, las mismas que en 2018, con la única novedad de la presencia de Atlético Deva en lugar de Cubas Ribamontán al Monte, que no logró completar su cuadrilla para salir a competir este año.
Tres son las peñas que parten con todas las papeletas para hacerse con la competición, empezando por las vigentes campeonas, Campoo de Yuso. Pese a las advertencias de sus rivales las campurrianas se llevaron la competición partiendo a la sombra de La Carmencita, que se había llevado las dos ligas anteriores, y de Torrelavega Siec, que debutaba aspirando a ganar títulos desde el principio. Hasta el pantano del Ebro ha llegado Miriam Ortiz, procedente de Carandía, para sustituir a Marta López, que finalmente se ha incorporado a La Carmencita.
Diana López, capitana de las campeonas, señala que aparte de ellas, «quizá parten como favoritas Torrelavega, pero los partidos hay que jugarlos y el año pasado nosotras tampoco partíamos como favoritas y acabamos ganando». No es de la misma opinión Sara Liaño, jugadora de la Carmencita, que tiene claro que quiénes son las principales aspirantes. «Nosotras».
Las de El Verdoso han perdido a Iris Cagigas, que ha hecho las maletas rumbo a Torrelavega, pero parten como candidatas a recuperar un título que ya alzaron en 2016 y 2017. Su único fichaje ha sido el de Marta López.
La llegada de Iris a la capital del Besaya ha servido para redondear una cuadrilla ya sobrada de calidad para poder lograr el primer título de la categoría para la peña, aunque su capitana, Laura Abascal, opta por la prudencia. «Creo que no hay favoritos, hay mucha igualdad, aunque preveo una lucha clara entre el actual campeón y La Carmencita». Con respecto a la suyas, apunta que «si estamos a nuestro nivel también tenemos opciones».
Laura Saiz, capitana de Concejón de Ibio, ve a las de la capital del Besaya como máximas candidatas al campeonato. «Tiene la mejor plantilla, desde mi punto de vista, aunque eso no quiere decir que pueda dar la sorpresa otro equipo como pasó la temporada pasada. Además de presentarse como una alternativa a las favoritas, las presididas por Mercedes Irizábal pueden ser juez y parte en la resolución de la competición después de incorporar a su partida desde Carandía a Blanca Gandarillas, lo que a buen seguro le dará un plus a la hora de competir.
Pese a que todas coinciden en que cualquier peña puede dar la sorpresa, Diana y Laura señalan a Ibio como el equipo más peligroso a la hora de poder ganar puntos ante las favoritas. «Creo que ha completado una partida muy competitiva y pueden dar muchas sorpresas a lo largo de la temporada», apunta la de La Cavada.
De la misma opinión es Tamara Santamaría, capitana de San Lorenzo Antoñán Valdés, que ve a Ibio incluso con posibilidades de «meterse entre los tres» equipos candidatos, que para ella son los mismos que para sus compañeros.
Uno de los retos de la competición de cara a los próximos años, será el de lograr que el número de equipos crezca. El mercado es reducido y solo la incorporación de jugadoras garantizaría un futuro tranquilo a la categoría.
¿Cómo afrontar este reto? Para Diana López, la clave está en las escuelas de bolos. «Pienso que los equipos femeninos deberíamos tener una cantera para que las niñas estuviesen unos años en las escuelas de bolos y después pudieran jugar en la categoría nuestra». No es fácil atraer a las más jóvenes a jugar, aunque las jugadoras creen que el trabajo desde Madera de Ser está sentando las bases para una mejora. «Dada la variedad de actividades extraescolares que realizan los niños hoy en día, cada vez es más difícil encontrar alguna que no esté ocupada ya o pueda compatibilizarlo. Creo que la función de Darío e Iris es muy importante y esperemos que dé resultados a corto plazo», apunta Laura Saiz.
Coincide con ella Laura Abascal en cuanto a la buena tarea realizada por la Federación Cántabra, aunque cree que «hay crisis de directivos, es muy difícil encontrar grupos de personas que trabajen altruistamente por los bolos», lo que dificulta la tarea en peñas y escuelas.
Uno de los pasos dados este curso es el patrocinio de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, que además de dar una aportación económica a las peñas, tiene como objetivo aumentar la visibilidad de la competición, teniendo como arranque la presentación de la pasada semana en Renedo. Para Tamara Santamaría, «el patrocinio puede impulsar a la categoría, motivando a las jugadoras, pagando dietas de desplazamiento, aumentando los casos en los que se pagan ficha por temporada. También es importante porque es una forma de incentivar para que se creen más peñas nuevas, sabiendo que hay un soporte económico que cubra gastos básicos como equipaciones, fichas o el lunch».
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