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MARCO G. VIDART
Santander
Sábado, 30 de julio 2022, 18:17
«A Hawaii no podré ir. Hay que clasificarse en otra prueba. Así que esto era un reto». El cántabro Juan Ramón González (Reinosa, 1976) ya forma parte de la nómina de deportistas de la región que ha inscrito su nombre para siempre en Roth. La localidad alemana que se ha convertido en una meca para los practicantes de ese triatlón llevado al último extremo llamado Ironman. 3,8 kilómetros a nado, 180 en bici y una maratón, 42 kilómetros y 195 metros, corriendo.
Doce horas, 39 minutos y 24 segundos estuvo el representante del Duatlón Polanco en la prueba alemana. No era su estreno en la locura de la distancia, ya que había participado «en 2013 y en 2015 en Vitoria». En esas ocasiones, en la primera hizo once horas y en la segunda, diez horas y cincuenta minutos. «En Roth tenía pensado hacer menos, pero luego...». La maratón en la prueba alemana se le hizo «muy larga». El dolor en las piernas duró un par de semanas. «El primer día que salí a andar en bici tras el Ironman, iba 'muerto'», señala entre risas.
Entrenar las tres disciplinas de un triatlón, y más para esas distancias, lleva su tiempo. Por suerte, la profesión de 'Juanra' -profesor en el instituto de La Albericia-, le deja libres las tardes para entrenar. «Nado dos o tres días a la semana, tres o tres kilómetros y medio como mucho. En bici, las sesiones son de dos horas o dos horas y media...». Los fines de semana aprovecha para las tiradas largas. O para combinar dos de las disciplinas. «Las tres en un mismo día, no», reconoce. Eso lo deja para algún triatlón de media distancia en el que participa a lo largo del año.
La familia es el gran soporte de cara a entrenar algo que suena a locura. «Aunque al principio tampoco les cuentas toda la verdad», añade entre risas Juanra González, padre de una niña de 12 años y un chaval ya de 21. «Pero sin la ayuda de ellos es imposible». Esta vez, fue a Roth solo, pero para 2024 quiere «volver allí con la familia». De la ciudad alemana se quedó «con el ambiente». Y con algo que los deportistas populares que participan en disciplinas exigentes comprueban muchas veces con agrado. «Los 'gallos', los triatletas de élite, nos tratan con muchísimo respeto. En el box estaba el alemán Jan Frodeno, alguien de élite mundial. Y era muy accesible, haciéndose fotos con todos... Era un compañero más». Hasta que llegue esa oportunidad para volver, habrá que seguir entrenando. Por el momento, «algún triatlón, algún maratón...». Prepararse para esa prueba alemana que suena a lo máximo, si no se puede ir a Hawaii, para alguien al que le guste el triatlón. En los archivos del Ironman de Roth ya está el nombre de Juan Ramón González Revuelta. «No somos legión los cántabros que hemos terminado allí, pero si ya que lo hemos hecho unos cuantos», concluye con orgullo.
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