«No estoy triste porque estar en Tokio era mi objetivo desde hace cinco años»

-¿Cómo ha vivido su paso por Tokio?

-La verdad es que la experiencia olímpica la conocía en tercera persona porque he tratado a mucha gente que ha ido a los Juegos, pero aún así ha superado todas las expectativas y ha sido mucho más de lo que yo me imaginaba. La definición más fácil sería decir que ha sido un sueño hecho realidad.

-¿Con qué se queda de toda la experiencia?

-Más que con la experiencia de los Juegos, que también porque he aprendido un montón del resto de deportistas tanto de España como de otros países, me quedo con el camino para llegar hasta aquí. Con todo lo que he aprendido y he llegado a conseguir, y me ha hecho crecer para obtener lo que quería lograr, que era estar ahí, en Tokio.

-¿Se le ha quedado un poso de sabor agridulce?

-Sí, porque realmente pensaba que lo podía hacer mucho mejor. Esperaba mejores tiempos y posiciones, pero aún así estoy convencida de que he dado el cien por cien de lo que tenía ese día, que no siempre es el cien por cien de lo que tú tienes dentro. Estoy por un lado contenta, porque sé que he dado mi máximo, pero por otro un poco frustrada porque sé que tengo mucho más dentro que dar.

-Clasificarse para Tokio ya es en sí una hazaña, no está al alcance de todo el mundo.

-No estoy triste para nada porque estar allí es el objetivo que estaba buscando desde hace más de cinco años. Es un trabajo que ya tiene lo suyo y estoy muy orgullosa de mí por haber conseguido llegar hasta ahí.

-¿Cómo le picó el gusanillo de la natación?

-Por mi hermana mayor. Empecé a nadar porque ella nadaba a nivel federativo cuando éramos más pequeñas y el hecho de ir a verla siempre a las competiciones y verlo desde arriba, un día me dije ¿por qué no pruebo yo también? Como siempre las hermanas pequeñas queremos superar a las mayores y seguir su camino y me picó un poco el gusanillo por ahí.

-Además de dedicarse profesionalmente a la natación toca el piano, la guitarra, escribe...

-Me gustaría hacer más cosas, la verdad (risas). La natación ocupa gran parte de mi día a día por todas las horas de entreno que tenemos, pero en el poco tiempo libre que tengo me gusta hacer un poco de todo. Sigo siendo una chica de 24 años que tiene sus hobbies, entre ellos la música y escribir, pero también jugar videojuegos, leer, salir con amigos... Hay muchas cosas que hago y otras que me faltan por aprender, pero sobre todo estudiar psicología, que me apasiona.

-¿Cómo se decidió por esa carrera? ¿Tiene pensado aplicarla al deporte?

-Siempre me ha llamado mucho la atención la fuerza que tiene la mente para tirar de las personas. Creo que es un motor más, aparte del físico y yo misma me he dado cuenta de que cuando tienes la cabeza bien amueblada para una competición rindes mucho más que cuando estás un poco plof, como quien dice. La aplico en el deporte en mi día a día, pero no estoy tan segura de si haré un máster deportivo o tiraré más por psicología criminal, que es algo que siempre me ha llamado mucho la atención.

-¿Cómo compagina todo?

-Tienes que ser organizado e intentar organizar bien las pocas horas libres que tengas para tener tu momentillo de descanso y también de centrarte en estudiar. No es fácil, pero se puede hacer. Supongo que los deportistas tenemos esa forma de ser muy comprometida con todo porque es como nos han educado y parte de los valores del deporte.

-¿Tiene París 2024 entre ceja y ceja?

-Sí. En principio antes de ir solo pensaba en Tokio, no pensaba en París ni en nada más. Decía primero Tokio y ya veremos, pero el hecho de ir ha hecho que me pique el gusanillo así que vamos intentar ir a la siguiente. Ya que están a solo tres años y no cuatro ¿por qué no?, pero tampoco voy a vivir solo por y para eso como he hecho hasta ahora.

-Los 800 y los 1.500 metros son distancias muy largas ¿cómo se gestiona y en qué piensa mientras da brazadas?

-Es algo curioso, pero no te das cuenta del tiempo. En el caso de 1.500 son 16 minutos, pero no sientes que sean 16 minutos, se te pasa mucho más rápido y no te da tiempo a pensar tanto en las cosas. Sí que tenemos nuestras estrategias. Vas mirando las calles de al lado, no ves todo, pero te puedes hacer referencias de la gente y tienes tus tácticas: aquí aprieto, aquí no... Se pasa mucho más rápido de lo que la gente se piensa. Aunque yo misma admito que ver una prueba de 1.500 u 800 a veces se hace duro desde fuera del agua.

-¿Cuáles son sus próximos planes? ¿Qué tiene en mente?

-De momento, descansar. Recuperar fuerzas. A veces la gente no se da cuenta, pero con la pandemia no han sido cuatro años de ciclo olímpico sino cinco y eso nos ha desgastado a todos mucho. Necesitamos un tiempo de recuperarnos a nosotros mismos y luego, la temporada que viene hay Mundiales y Europeos, porque con la pandemia se han juntado todas las competiciones que se han ido atrasando. Tenemos de todo este año que viene y hay que intentar acudir a lo máximo posible. Aún no sé muy bien cómo serán los criterios de selección, todavía no han salido, pero hay Europeos y Mundiales de larga y de corta en invierno y en verano durante el año, así que tenemos bastantes oportunidades de competir internacionalmente.