El último pesaje del Niño

Ayer, a las 18.30 horas, se abrieron las puertas del Gardencafe Casino Solvay (Barreda) para celebrar el pesaje oficial de los púgiles que compartirán cartel con el maestro de ceremonias; diez chavales con hambre, con la misma con la que hace quince años entró por primera vez aquel joven con cara de niño «a probar con el boxeo» en un gimnasio de Torrelavega. Ellos serán los que abran la noche con los combates amateurs. Posteriormente llegarán los duelos profesionales, otros cinco, entre los que se encuentran los prometedores Jesús Laso y Mohamed Zouaki, así como los invictos Albert Villa y Elián Guerrero.

El plato fuerte, reservado para el final, comenzará sobre las 23.00 horas, dependiendo del transcurso del resto de enfrentamientos. Alrededor de 2.000 aficionados no han esperado a la venta de entradas en las taquillas, donde tan solo quedan 250 con un incremento de cinco euros en el precio original. Hoy es un día de cariños, apretones y nostalgia en las puertas del Vicente Trueba. Se sorteará una cesta valorada en más de 3.000 euros y se venderán camisetas para el recuerdo con el rostro del Niño estampado.

Torrelavega vivió estos días con especial nerviosismo el evento, Quiere estar a la altura como ha hecho tantas veces. Lo hizo por primera vez -con permiso de otras tantas- en septiembre de 2018, cuando el Niño hizo historia al derrotar al Maxime Beaussire. Ese día, ante más de 3.000 aficionados, derrotó al francés en un combate en el que dejó su huella. Golpe a golpe, asalto a asalto. Fue su primer cinturón continental del superwelter. Después lo defendería hasta en tres ocasiones más, dos de ellas en el mismo escenario, ante Siarhei Rabchanka, un bielorruso que ya sabía lo que era ser campeón europeo y que le complicó la vida al torrelaveguense. La otra, ante el francés Fouad El Massoudi, en diciembre de 2019. Por el medio, el chaval de Torrelavega se doctoró en el O2 de Londres frente Ted Cheeseman y ante más de 30.000 espectadores. Aquella fue su primera aventura en el extranjero y también su carta de presentación ante el mundo. La pelea fue una auténtica batalla, por primera vez con el público en contra, y de la que salió más reforzado que nunca.

Ayer, cuando Sergio García, a las 20.00 horas -aproximadamente-, se subió a la báscula para dar el peso, fue inevitable que le rondaran estos pensamientos por la cabeza. Ha sido tanto en tan poco tiempo... Porque el protagonista principal de esta historia de boxeo que puede terminar hoy tiene 32 años y entre los que entienden hay unanimidad: es demasiado pronto para una retirada.

Más reciente que las tardes del Vicente Trueba están sus capítulos en América. Su aún incierta derrota en Los Ángeles ante el hoy campeón del mundo, Sebastián Fundora; el siguiente pinchazo en Las Vegas, frente a Tony Harrison, un campeón del mundo que venía de vuelta, o la más dolorosa, la de Yoenis Tellez, un cubano que se inventó una mano en el tercer asalto, de nuevo en la ciudad del juego, para poner un punto y aparte.

Laso, que ha sido quien ha compartido los últimos días de la preparación del Niño' es probable que se sepa mejor que nadie todas estas anécdotas. El de Suances ha podido disfrutar de los últimos días de guantes -si se confirma la despedida- de quien ha marcado una época en el boxeo autonómico y, por qué no, también del panorama nacional.

«Ha sido una buena preparación. Ya está todo hecho. Quiero que disfruten todos. Se lo debo», sentenció el púgil. Delante tendrá a Luis Enrique Romero (12-7-1, 8 KO). Un rival peligroso, que será el antagonista del espectáculo. Un boxeador que viene de ganar a púgiles de la calidad de Jonathan 'Maravilla' Alonso y Maxim Prodan y que es el muro por el que debe saltar el Niño.