Riego muge sobre seis metros de ola

El viento de suroeste se invitó él solito a la fiesta. No es que no se esperase que soplara, pero quizás no con tanta virulencia. Vino con prisa, con la misma con la que se tuvo que activar la llamada y posterior celebración de la IX edición de la Vaca Gigante en las Canteras de Cueto. Los 24 riders, en guardia desde hace semanas, acudieron a la cita a la carrera para aprovechar ese momento preciso que la mar ofrece para un evento de estas circunstancias. Las previsiones apuntaban que las condiciones perfectas serían a las 14.00 horas y la organización sabe que con eso no se puede negociar; si la naturaleza se pone caprichosa hay que dejarle hablar. Con la llegada de la primavera se van limitando las opciones y Cantabria no se quiso arriesgar a quedarse sin su evento… Así que, al lío.

De Ecuador, Brasil, Perú, Portugal... En La Maruca y sus proximidades emergió una pequeña torre de Babel con competidores de muchas partes del planeta. Tablas, trajes y furgonetas. La música alta y la mirada perdida en el horizonte. En la orilla impone el ruido que hacen las olas al romper. Banda sonora natural.

La cita arrancó con una fase previa de siete participantes entre los que había cinco cántabros, un peruano y un brasileño. En juego, una plaza para acceder al campeonato oficial que se disputaría después en tres mangas de seis riders cada una. A esa hora más de mil aficionados aguardaban con sus cámaras de fotos, móviles y mochilas agolpados en las rocas que circundan la playa de las Canteras de Cueto. Los había con experiencia, con más ediciones a cuestas y los hubo que se estrenaron. Aparcamientos, bares y tres carpas. La Vaca Gigante transforma esa zona tan simbólica que desde hace años se ha convertido en el cuartel general de uno de los campeonatos de olas gigantes más importantes de Europa, que además este año, con lo peculiar que ha sido el invierno, ha sido hasta el momento el único que se ha celebrado.

El viento les retó a todos los surfistas. Les obligó a esforzarse más que nunca y a cambiar las estrategias iniciales. De entrada, propició que las olas rompieran mucho más cerca de la orilla, con la consiguiente peligrosidad que eso implicaba, dado que las rocas aparecen amenazantes.

En la fase previa, las olas emergieron hasta algo más de los cuatro metros y fue Daniel Rangel el que mejor supo adaptarse a las condiciones. El ecuatoriano se llevó el premio de compartir agua con algunos de los mejores surfistas del continente. Eso sería más tarde, porque el espectáculo se prolongó hasta más de las 19.00 horas.

El viento se dio un respiro y también las olas. En la primera de las mangas oficiales saltaron al agua Nico García, Nano Riego, Juan Fernández, Guille Gutiérrez, Vinicius dos Santos y Alberto García. Se produjo un parón inesperado y la mar empezó a bailar a su manera. Los competidores tardaron en crestear las olas, no encontraban el lugar ni el modo de subirse a una de ellas. Se volvieron remolonas un rato, pero fue eso, un rato. No más. El cántabro Nano Riego y el brasileño Vinicius dos Santos tomaron la cabeza pronto con una buena serie al principio de la manga. Supieron aprovechar su momento, porque luego costó mucho dar con una serie correcta con la que superarles. Los dos pasaron el corte y se colaron en la gran final.

Sin respiro y con la mirada puesta en las olas aguardaban los seis integrantes de la segunda manga en la orilla esperando a que las motos les remolcaran para llegar a las olas. Más limpio y con menos viento se encontraron el ruedo Juan Merodio, Juan Díaz Terán, Miguel Welsh, Michel Velasco, Ale Morales y Jean Pierre Ballesteros. Se animó la mar y les brindó olas de más de cuatro metros y medio, o entre doce y quince pies, como dicta el idioma surfista. Ninguno de los seis quiso conceder nada a sus rivales. Mientras los riders aguardaban sobre su tabla, la marea crecía un poco, lo suficiente para alertar a algún valiente que se había acomodado demasiado cerca de la orilla para seguir en primera línea el show. A la mar no se la puede subestimar.

La calidad de los participantes ofreció al público un espectáculo para disfrutar, al tiempo que le complicó la tarea a los jueces, que tuvieron que tirar del VAR, como en el fútbol, para poder enjuiciar y puntuar las acciones. En la carpa de los 'jefes' se instala un monitor en el que comprobar tantas veces sean necesarias las diferentes maniobras de los 'artistas' para acertar. Cada manga dura 45 minutos;ese es el tiempo que tiene cada rider para elegir cuándo y cómo interviene. Con olas tan grandes, ya no es una proeza hacerlo bien, sino que lo es hacerlo. Y la sorpresa saltó. En una caída de Míchel Velasco, que lideraba la manga, se encendieron las alarmas. La contundencia de la ola le rompió la tabla y tuvo que ser remolcado a costa. Quedó en un susto. Al final, los cántabros fueron profetas en su tierra y los dos mejores fueron de casa. Nadie pudo con Míchel Velasco, que vio los últimos quince minutos de la manga desde los acantilados, y le acompañó en segunda posición su paisano Miguel Gutiérrez Welsh, quien apuró hasta el final y casi sobre la bocina sacó el pase.

Y llegó la tercera y última manga, justo cuando el suroeste le dio el testigo al viento gallego, más incómodo, frío y molesto. El peor aire para las Canteras de Cueto, tan expuesta y a la intemperie. Esta condición redujo las posibilidades a los surfistas que esperaban su momento. Las olas se acercaron a la playa y todo se volvió más peligroso. Finalmente, Willyam Santana y Óscar Gómez cogieron el tren de la final a última hora.

Y así, con el cielo plomizo, llegó la manga buena. Y las olas acompañaron, porque con la pleamar casi al límite, la mar prestó momentos para el recuerdo. Nano Riego, el chaval de casa, dio la sorpresa por delante de los dos brasileños. El público agradeció el empeño de los riders y sobre todo la concesión de unas olas que guardaron su mejor esencia para el final. La verdadera Vaca Gigante apareció más que nunca cuando el campeonato se esfumaba.

El surfista cántabro Nano Riego, un habitual de esta playa del Bocal, ha dado la vuelta a la competición y se ha colocado en cabeza a falta de apenas unos minutos para la conclusión de La Vaca Gigante. Los brasileños Vinicius Dos Santos y William Santana tratan de dar el último arreón en busca del triunfo.

A falta de poco más de media hora para el final de la competición, el líder es el brasileño William Santana, seguido de cerca por el surfista del Alto Maliaño Nano Riego. El viento ha amainado, lo que está permitiendo lucir a las olas -que rondan los seis metros- en su máximo esplendor y así, los participantes pueden ofrecer su mejor repertorio. Algo que los espectadores están disfrutando. Lo mejor se ha reservado para el final.

Finalizadas las tres mangas clasificatorias, cuatro cántabros pelearán por el título final en esta Vaca Gigante: Miguel Gutiérrez, Nano Riego, Míchel Velasco y Óscar Gómez. Junto a ellos pelearán por el título definitivo los brasileños Vinicius Dos Santos y William Santana. El viento gallego ha hecho acto de presencia y complicará el desempeño de los participantes.

El cántabro Míchel Velasco lidera la segunda manga y tiene toda la pinta de que va a ser uno de los seis finalistas. Además, Velasco ha dado el susto de la jornada, al romperle una ola la tabla y tener que ser sacado del agua por los servicios de asistencia. Afortunadamente todo ha quedado en eso; en un susto, y ha podido seguir compitiendo con normalidad en un concurso en el que se está reivindicando como uno de los aspirantes al Trofeo Ignacio Echevarría.

Ya se está disputando la segunda manga que da acceso a la final. Los dos mejores clasificados acompañarán a Dos Santos y Riego en la ronda final. Las olas llegan ya a los cinco metros y, ahora sí, hay mucho público en la costa, aunque no como en las ediciones avisadas con tiempo y celebradas en fin de semana.

El brasileño Vinicius Dos Santos y el cántabro Nano Riego han obtenido las mejores puntuaciones y pasan a la final por la Vaca. El viento ha vuelto a rolar, lo que permite que no que las olas sean más grandes, pero sí que presenten mejores condiciones para surfearlas. en breve comenzará la segunda manga con otros seis riders en liza

Concluye la manga clasificatoria con la victoria del ecuatoriano Daniel Rangel, que por lo tanto accede a la fase final con los grandes favoritos al Trofeo Ignacio Echevarría. Acto seguido, y tras las pertinentes verificaciones, comienza la primera manga oficial con seis deportistas en liza de los que se clasificarán los dos primeros. Después otras dos mangas decidirán el resto de finalistas que se disputen el título.

La Vaca Gigante, en imágenesVer 14 fotos

El campeonato ha arrancado a las dos de la tarde con una fase previa de siete competidores con una plaza en juego para entrar en la fase final. Algunos de los surfers de esa manga previa ya están metidos en el agua buscando una buena ola y una buena puntuación que les permita clasificarse para competir con los favoritos. Las condiciones han mejorado, pero no tanto como se esperaba.

Una vez termine la manga clasificatoria los grandes favoritos se echarán al agua. falta por comprobar con qué olas se encontrarán a lo largo de la tarde.

Ya se ha llevado a cabo la reunión con los riders, bendecidos por el párroco Nacho Ortega. Están los 18 surferos anunciados y siete que buscan el pase en la fase previa. Algo más de mil personas siguen las evoluciones en directo en medio de un fuerte viento de nordeste, pero se espera que hacia las dos de la tarde las condiciones mejoren.