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El primer asalto del 'combate del siglo' fue para Víctor. El duelo que el jugador de Peñacastillo y Óscar González van a mantener durante tres días en pos del título nacional fue a los puntos para el de casa, que tras arrancar mal se ... recuperó en dos manos primorosas al pulgar. Más irregular de tiro corto, El Junco apretó con 85 de atrás para acercarse los 157 que acabó derribando su rival.
Fue Óscar el encargado de tirar delante y, por ende, de marcar el ritmo de un duelo que arrancó con diecinueve palos frente a los trece de Víctor. La jugada del de Peñacastillo tomó vuelo cuando se apagó la del Junco, que llegó a raya alta con 62 tras derribar solo 26 al pulgar. Con 23 en la tercera el mayor de los hermanos González subió doce en la cuarta, birló dieciséis y cerró el tiro corto con 79 bolos. Diecisiete más que su rival y tras arrancar con 28 a la mano.
JUGADOR/ BOLOS
1 Víctor González/ 157
2 Óscar González/ 147
3 Pedro Gutiérrez/ 143
4 Pablo Lavín/ 142
5 Manuel Domínguez/ 141
6 Jesús Salmón/ 135
7 Carlos García/ 135
8 Ico Núñez/ 133
9 Rubén Haya/ 132
10 Lolo Lavid/ 131
11 Carlos Gandarillas/ 128
12 Jonathan García/ 127
13 Gabi Cagigas/ 126
14 Alberto Díaz125
15 Jairo Arozamena124
16 Fran Rucandio124
17 David Gandarillas123
18 Luis Vallines 121
19 Alfonso Díaz120
20 Mario Herrero117
21 Rubén Túñez 114
22 Mario Pellón112
23 Álvaro Solana110
24 Iván Gómez107
25 Mario Pinta106
26 Felipe Gómez102
27 Bernardo Lombídez101
28 Carlos Torre85
29 Manu DiegoN. P.
El primer cara a cara entre los colosos se cerró con un duelo de francotiradores en el que Óscar apretaba y Víctor respondía. Que El Junco cerraba la mano con 42, su rival llegaba a 39, pese a marrar algún birle cómodo. La sangría no paró hasta que no hubo más bolas que tirar y cuando los marcadores reflejaban ya los 147 de Óscar y los 157 de Víctor. Como si los bolos fueran algo sencillo. Diez bolos de diferencia que sirven para dar un primer golpe, pero que no suponen una diferencia importante dado que todavía quedan otros cuatro concursos hasta llegar a la final. Y eso, en bolos, es demasiado.
Manuel Domínguez, Camargo
Carlos García, Andros La Serna
Pablo Lavín, Andros La Serna
Antes de llegar a la apoteosis final la tarde había sido larga, muy larga, como corresponde a la ronda de la competición. Tras un inicio tímido, a medida que avanzaba el reloj la grada de la Mateo Grijuela mejoró su aspecto y, aunque es cierto que en las boleras se ven siempre las mismas caras, el público respondió a última hora de la tarde.
A la vera de Óscar y Víctor llegaba Rubén Haya. El camargués tuvo un primer tramo de tarde irregular salpicado por una bola queda en la cuarta. Sus 62 palos a raya alta le obligaban a no marrar de atrás para no perder comba, algo que, dado su estado de forma, no se podía permitir. Sus 70 palos de tiro largo, con una octava mano de catorce, fueron la muestra evidente de que, esta vez, el de Peñacastillo es un rival a tener en cuenta pese a no pasar de los 132.
El concurso de Jesús Salmón se gestó en las tres primeras manos, en las que derribó 58 palos. Concentrado como en las mejores tardes, el paso de las tiradas le hizo perder eficacia de tiro y le obligó a birlar más atrás, lo que dejó su cifra final en 135 palos. Al camargués nunca hay que descartarlo mientras tenga una bola en la mano. Muy metido empezó su tirada también Lavid. El de Las Fraguas no pasa por su mejor momento de juego y apostó por bola rasa para arrancar de tiro corto a la mano.
Al pulgar, Lolo se la jugó. Elevó sus lanzamientos al cielo de Cañas para encontrar castigo en la tercera, por centímetros pero la bola fue queda, y premio en la cuarta, cuando ese escaso margen le valió para superar la caldera. 69 a raya alta. Después de dos manos flojas, sexta y séptima, el de Andros necesitaba al menos catorce para no tener que jugársela en el desempate. Lanzar dos bolas perfectas de tiro, que solo llevaron dos palos cada una, le permitió birlar cerca de la caja para, con 20, irse hasta los 131 y salvar con holgura el corte.
El primero de los aspirantes, si no a la victoria sí al menos a subir al podio, en pisar la arena de la Mateo Grijuela había sido Carlos García. No está siendo fácil el curso para el capitalino, que tras superar la lesión que le tuvo apartado al inicio de la campaña ha recuperado sensaciones y ayer se plantó en los 135 bolos.
Más allá de los favoritos, la tarde tuvo a otros actores destacados. Uno de ello fue Manuel Domínguez, que en el concurso que abría la tarde se aseguró plaza para hoy y dio un paso de gigante para colarse en cuartos. El de Meruelo dio una exhibición a la mano, especialmente desde el tiro, con 83 palos, para hacer 141. La jugada no tomó más vuelo por culpa de dos manos de doce al pulgar y por algún birle cercano a la caja que llevó menos bolos de los que debía. Con todo, cerró a raya alta con bajada de seis y el concurso con otra de cinco. Un bolo más derribó Pablo Lavín, que tras un inicio dubitativo recuperó sensaciones en la tercera mano para, además de explotar su mejor faceta, el tiro, acertar de birle. Sin duda, un candidato a pelear el podio.
Con una bolera en la que predominaban los birles fuera, pero en la que había que amarrar para hacerlo de cerca, los 123 de David Gandarillas parecían marcar la frontera del primer corte. Esa cifra la superó Fran Rucandio, que en un concurso algo irregular, especialmente a la mano, y en el que dejó una corta de cinta derribó un palo más que el de Noja. Tras finalizar su concurso el de San Jorge igualaba en la sexta plaza con Jairo Arozamena cuando faltaban doce jugadores por tirar. Por el camino se quedaban Luis Vallines, con 121, o Alfonso Díaz, que pudo levantarse tras dos bolas quedas en la segunda mano, pero superó el estacado al lado contrario de la octava. Mala suerte para el corraliego, que pese a ello logró finalizar el concurso a cero.
Llegaba el descanso, y David Gandarillas cada vez tenía más cerca su pase a octavos. En ese momento era décimo a falta de ocho jugadores por tirar, es decir, necesitaba dos fallos para regresar a Peñacastillo esta tarde. Solo falló uno, el madrileño Felipe Gómez (nacido en La Cavada pero representante de esa territorial), que tras un mal arranque mejoró en el tramo final para, al menos, finalizar por delante de dos de los 'foráneos' del torneo, el asturiano Bernardo Lombídez y Carlos Torre, bolista de Beranga que representa a la Federación Vizcaína.
Finalmente los bolos de Gandarillas pasaron a mejor vida por culpa de Ico Núñez. Tras dos manos dubitativas de tiro corto al pulgar el asturiano embocó en la sexta, un acierto que impulsó un concurso que se fue hasta los 133. Al final, el corte válido fueron los 124 de Rucandio y Jairo Arozamena, que vivieron toda la tarde en el filo de la navaja y que, además, evitaron el desempate. Es un bolo más que el corte de hace dos temporadas en la misma bolera.
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