Víctor González se mantiene líder en el Bahía de Cádiz

Las lluvias caídas durante la noche y buena parte de la mañana obligaron a la gente de la Casa de Cantabria a un esfuerzo extra, a un trabajo de minería, fuego y Badillo que permitiera sacar adelante un torneo que, en caso de no terminarse las tiradas, se aplazaría para otra fecha. Y es que en juego, además de la última competición del curso, había puntos jugosos de cara al próximo Campeonato de España.

El líder, después de las tiradas del jueves, era Víctor González, que con 126 bolos mandaba por delante de Jonathan García y Carlos García, que derribaron uno menos. La sesión matinal no puedo disputarse y fue ya por la tarde cuando saltaron al corro los hermanos Ángel y Mario Pellón, que estrenaron el trabajo de ajuste de bolera con dos registros de diferente tono. Fue Mario, el hermano pequeño, el que lideró la sesión con 124 bolos, una cifra que le dejaba con un pie y medio en la fase final.

Uno de los favoritos que tenía turno de tirada ayer era Manuel Domínguez, que a nivel individual ha ido de más a menos en el final de curso y que no pudo llegar a la media y se quedó en 116. Cántabro afincado en Madrid, Javier del Rivero derribó tres bolos más y se acercó a las primeras plazas de una clasificación en la que el número de palos no fue demasiado alto. El ex de Hermanos Borbolla o Ribamontán acabó la jornada en la octava plaza, lo que le obligará a estar pendiente de lo que pase hoy para clasificarse. El resto de la tarde fue de resultados discretos. Otro de los que aspiraba a meterse entre los mejores, Néstor Viar, no pasó de los 93 con una bola queda. Más allá de ellos, Ángel Pellón derribó 94 bolos, Javi Miranda, 110, Rubén Túñez, 113 o Javier Vierna, 99. Más allá de las cifras, lo importante es que la madera sonase en la bolera.

En la jornada de hoy, siempre con permiso de la lluvia, se disputarán las últimas tiradas y la fase final, que se celebrará sin semifinales y que cerrará, de manera oficial, el curso bolístico 2024 en Primera Categoría.

Un torneo que sirve para que la madera suene en la Tacita de Plata y que supone, además, la culminación, junto al Trofeo Ciudad de El Puerto, de la presencia del bolo palma en la provincia. Ya sería mala suerte que el tiempo andaluz estropease la fiesta.