Víctor recupera la sonrisa en Colindres

Acostumbrados a saltar al corro con la competición más avanzada, los dos favoritos abrieron la tarde con un desempate en el que se jugaban dos plazas entre los ocho mejores con Álvaro Laso. Fueron Óscar González y Víctor los que se llevaron el gato al agua, los encargados de iniciar los cuartos de final y, además, marcar dos registros que les dejaban prácticamente en semifinales. La madera se arrastraba en las dos primeras rondas antes de jugar la final a corro libre y dentro de los premios del torneo estaban tres bonitos, dos para las dos mayores boladas de la tarde y otro para el primer emboque, y un cuadro de Santiago Fernández. El de Peñacastillo, con 143, se postulaba para llevarse el regalo después de derribar cinco palos más que el de Andros.

Fue una ronda de cuartos cara, de alto nivel, en la que Pedro Gutiérrez y Manolín Domínguez igualaron a 138 palos para colarse también en la siguiente eliminatoria. El de Meruelo jugaba cerca de casa y tras una bola queda fue de menos a más para, desde la cuarta mano, pisar el acelerador y lograr un buen registro. La situación se repitió en semifinales, en las que el jugador de Ribamontán empezó tímido y creció hasta derribar 22 en la cuarta y cerrar con 146, lo que obligaba a sus rivales a no perder bola para disputar la resolución final y le daba el premio del cuadro. Pedro no pudo seguir su ritmo y se quedó en 131. En la segunda semifinal Óscar perdió el pulso del duelo al dejar una en la última mano a raya alta (solo hizo tres bolos), mientras que Víctor, con El Junco tocado, solo tuvo que superar al de Camargo para llegar a la final.

En la misma hubo poco color. El de Guarnizo apretó desde las primeras bolas para cerrar en el primero, hacer lo propio con emboque en el segundo y sentenciar en las dos tiradas del tercero sin apenas dar opciones a la gran tarde de Domínguez, que se tuvo que conformar con la segunda plaza del torneo.