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El destino es como un río y es mucho más fácil fluir con él. Los hermanos César (Mompía, 1999) y Victoria (Santander, 2002) Alonso se criaron rodeados de caballos, pero decidieron apostar por el fútbol y la gimnasia rítmica antes de consagrarse a las carreras de caballos cuando ambos se adentraban en la adolescencia.
Lo cierto es que no tenían que ir muy lejos para encontrar esa pasión y adrenalina que sienten aquellos que montan a lomos de un purasangre. Su padre, César Alonso, fue jockey y ahora preparador de caballos de carreras en Cevimar, un centro de entrenamiento y recuperación de caballos de alto rendimiento en Laredo.
El mayor de los hijos de César Alonso y Marián Vidal de la Peña heredó el nombre de su progenitor y su pasión por los caballos. «Mi padre montaba y yo desde muy pequeño estuve ligado a este mundo». La primera vez que subió a un equino «fue en San Sebastián y en uno de los caballos de mi padre», recuerda César, que no quiso quedarse con las ganas de probarse en el fútbol. Tampoco tendría por qué haberle ido mal, ya que también cuenta con una estrella de este deporte en la familia. Su abuelo paterno es Marcos Alonso 'Marquitos', el defensa del Real Madrid de la década de los 50 que celebró cinco títulos de Copa de Europa con los merengues.
Al final, a César le pudo más la hípica y «con diez u once años comencé a competir en salto hasta que a los 16 lo cambié por las carreras de caballos», explica el jockey cántabro. No se le daba nada mal. Alonso se proclamó campeón de España en categoría infantil en Valencia y acumuló varios títulos regionales durante su periplo en esta especialidad, pero el infierno de las lesiones se cruzó en su camino. «A los 15 años tuve una fractura de tibia y peroné. Tardé seis meses en volver a montar y cuando lo hice no acababa de encontrarme del todo cómodo». En ese momento decidió subirse a un caballo de carreras.
Las diferencias entre ambas modalidades de la equitación son muchas, pero la principal es que el binomio -jinete y equino- no es siempre el mismo. «En la hípica siempre montas tu caballo todos los días, mientras que en las carreras, además de montar el tuyo, un propietario o entrenador puede llamarte para que corras determinada carrera con su ejemplar», cuenta César. «Así que tienes muchísimas más posibilidades de competir y acceder a un calendario más amplio».
Tras superar las pruebas tanto teóricas como prácticas para ser jockey, Alonso ya conoce la adrenalina de cruzar la línea de meta en primer lugar a lomos de un purasangre. Después de varios triunfos nacionales, el santanderino cruzó la frontera para seguir acumulando buenos resultados gracias a su triunfo en la localidad francesa de Chantilly y la última en la ciudad alemana de Baden-Baden. Su próximo reto será el 8 de noviembre en Roma, donde correrá una de las pruebas de la Copa del Mundo de la Fegentri, la federación de gentlemen y amazonas.
Ahora, César Alonso está afincado en Madrid y todos los días, «sobre las cinco de la mañana», pone rumbo al Hipódromo de La Zarzuela para «montar cuatro caballos. Acabo sobre las 12.30 horas y, por la tarde, cuando puedo, me centro en la preparación física». Una rutina muy similar, pero en Cantabria, lleva su hermana Victoria Alonso. Vicky comenzó «haciendo gimnasia rítmica en Santander. Estuve en el equipo de competición hasta 2012 y lo compaginaba con la hípica».
La pequeña de los Alonso Vidal de la Peña comenzó con los ponis «a los seis o siete años», apunta. Con el tiempo, «el nivel de exigencia fue subiendo y cuando volvía de gimnasia tenía que ponerme a estudiar. Me gustaba mucho montar, pero no tenía tiempo. Veía los caballos que teníamos en casa cada día y, al final, me centré solo en los saltos», explica la amazona.
Campeona de Cantabria y con varias Ligas a sus espaldas, Vicky dejó «el salto con quince años». Tras un par de años sin subirse a un caballo, «hace dos veranos mi padre tenía unos caballos de carreras, probé y ya me quedé con esta especialidad», explica sobre su regreso a la equitación. En la temporada de verano «había carreras en San Sebastián, fui un día y comencé a montar poco a poco». Al igual que su hermano César tuvo que adaptarse a las diferencias y después llegó el examen para amazona.
Vicky Alonso debutó en mayo de 2019 y su primera victoria «fue este año, el 21 de agosto en San Sebastián». Ese día su hermano terminó tercero, así que hubo mucho que celebrar en el hogar de los Alonso Vidal de la Peña. Ella suele entrenar junto a su padre. «Nos levantamos a las seis de la mañana y vamos a Laredo. Allí monto unos tres o cuatro caballos al día. Después, vuelta a Santander y hago lo que tenga pendiente de clase».
La santanderina ya acumula más de doce carreras y sumó su segundo triunfo en La Zarzuela el pasado mes de septiembre. En el caso de las carreras, tras el parón que supuso la crisis sanitaria, los calendarios se han reestructurado y se habilitó un protocolo de seguridad para evitar contagios. «Ahora mismo montamos con mascarilla», comenta Vicky. En su agenda no dejan de señalarse fechas. «Este año parece que se harán más carreras, ya que todas se están agrupando. En Madrid, por ejemplo, hay dos días a la semana».
Tanto César como Vicky trabajan cada día para confirmar unas trayectorias ascendentes con un futuro prometedor.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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