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El Voleibol Torrelavega resurge con un nuevo proyecto

El Voleibol Torrelavega resurge con un nuevo proyecto

Superliga 2 ·

Con José Ignacio Marcos como nuevo presidente y entrenador, el club del Besaya inaugura, meses después de estar al borde de la desaparición, una etapa de crecimiento desde la modestia

Aser Falagán

Santander

Viernes, 8 de octubre 2021, 07:18

Hace más de medio siglo, en 1966, para más señas, el Instituto Marqués de Santillana vio nacer un equipo de voleibol. El mismo que la Habana Vieja ha estado a punto de ver morir la pasada primavera. Ahora sin patrocinador, pasea el nombre de Voleibol Torrelavega, pero no es otro que el gran Sniace y Froxá de finales de los setenta y principios de los ochenta. El campeón de Liga de 1979 y de Copa de 1979 y 1980; el primer club cántabro en disputar competición europea. La falta de patrocinios le fue relegando a la modestia y el año pasado, pese al gran esfuerzo de su equipo humano y su cantera, la reestructuración de la Superliga 2, que pasaba de tres a dos grupos, le condenó al descenso. La directiva dimitió y el club estuvo al borde de la disolución, pero un equipo comandado por José Ignacio Marcos, exentrenador del Textil, se hizo cargo de él. Tuvo además la fortuna que la reestructuración al final no se produjo, de modo que el Voleibol Torrelavega ha podido mantener la categoría.

Marcos y los suyos construyen ahora un proyecto de crecimiento en el que buscan captar patrocinadores privados que se unan al Ayuntamiento de Torrelavega (que aporta algo más de 50.000 euros) y el Gobierno de Cantabria (supera los 20.000), siempre según datos del club. Alguna firma se ha mostrado interesada y son moderadamente optimistas, aunque les falta uno de los pilares: un gran espónsor privado. De momento afrontan la Liga con ilusión. Ayer partieron hacia Canarias, donde mañana a las 17.00 abren la competición ante el Cuesta Priedra.

«Entramos porque se iba la anterior directiva y el club corría riesgo de desaparecer», explica Marcos, así que se hicieron con el mando con un «proyecto que revitalice el club para que en el caso de que faltemos no haya ese riesgo». Lo han hecho en plena economía de guerra: «He asumido la presidencia porque era el que más tiempo y experiencia tenía, y a partir de ahí soy también el entrenador porque era nuestra mejor opción -la única con experiencia-, pero el que mucho abarca poco aprieta. En cuanto pueda intentaré desvincularme de los despachos para dedicarme a la parte deportiva», añade.

Esa captación de socios y firmas privadas, para lo que el pequeño nuevo equipo está llevando a cabo una labor comercial, busca profesionalizar el club -para el propio Marcos supone una apuesta y sacrificio personal-, reforzar las escuelas para mejorar la cantera y crear unas secciones, la masculina y la de voley playa, que puedan dar más repercusión al equipo e implicar a más deportistas y, en general, a la ciudad. Han contado para ello con la complicidad de unas jugadoras, extremadamente jóvenes en su mayoría, que juegan por afición y compromiso por el club. Porque de dinero, nada.

«En pretemporada hablamos con las jugadoras para buscar la continuidad del equipo del año pasado y nos han apoyado. Alguna ha tenido dificultades por el trabajo, pero el grueso sigue», señala Marcos. Ese equipo tiene un año más y buscará la permanencia. Un reto complejo, pero la pretemporada invita al optimismo. «Hemos jugado torneos en Valladolid, Gijón, Sestao y el de Torrelavega, y la preparación ha ido muy bien, con bastantes partidos y una sensación de crecimiento. La mala noticia ha sido la lesión María Segovia, capitana, veterana y con mucha ascendencia en el grupo, por una lesión de rodilla que le puede hacer perder toda la temporada», reflexiona un entrenador que es consciente de cómo están las cosas. «Nos va a tocar sufrir. Hay mucho nivel y tenemos jugadoras muy jóvenes. Por presupuesto nos corresponde la zona media-baja, porque en esta categoría hay jugadoras profesionales y jugamos con gente de la casa y muy joven. A ver dónde podemos llegar», dice.

En lo económico, siguen «buscando recursos. Los desplazamiento se llevan mucho dinero y estamos haciendo llamamiento a las empresas pidiendo patrocinio. No solo dinero, sino que sean compañeras de viaje con todo el retorno que las podamos dar al nivel de nuestras posibilidades», explica Marcos. La buena noticia, que «ya están incorporándose empresas, pero nos haría falta una que pueda asumir cierta responsabilidades una forma potente».

El futuro dependerá del dinero. Por mucho y bien que se trabaje, es imprescindible. «Nuestra intención es formar la cantera y, si hay el apoyo económico, intentar subir en la pista. Somos conscientes de que para eso hay que trabajar muy bien con la base y que no es fácil, más aún porque económicamente la liga femenina más cara que femenina», concluye.

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