Los remeros de Zierbena celebran la victoria Juanjo Santamaría

Astillero pesca en medio del caos

La mala organización provoca un enorme retraso en la Bandera Caixabank, segunda prueba cántabra de la ACT, y obliga a disputar la regata castreña en formato contrarreloj

Rafa González

Castro urdiales

Domingo, 14 de julio 2019, 17:55 | Actualizado 20:33h.

Cuatro puntos para Astillero, que sale así de la última plaza de la ACT y por lo tanto del descenso directo. Fue casi lo único salvable de la regata de este domingo en Castro Urdiales. Eso y, desde una perspectiva más amplia, ... la victoria de Zierbena, que da un poco de emoción a la ACT (tampoco mucha, porque Orio sigue con diez puntos de renta) y coloca a los galipos en segunda posición en la general. Todo en medio del caos organizativo, que retrasó enormemente la celebración de la regata, obligó a disputarle en la modalidad de contrarreloj y provocó el enfado del público. Y en medio también de una gran actuación de Iván Gómez, decisivo a la popa de la 'San José XV'. Tanto que fue elegido el mejor patrón de la jornada.

Mientras Zierbena se adaptaba mejor a las difíciles condiciones de mar para imponerse ante Urdaibai y relegar a los aguiluchos al tercer puesto, los azules salían beneficiados del quehacer de los botes de la segunda tanda, al marcar mejor tiempo que Ondarroa que se clasificó entre los cántabros y SanPedro, permitiendo así que la renta sobre los de Pasajes fuera mayor.

La chapuza en que se convirtió la regata se perpetró sobre un campo de regateo complicado y muy técnico. Mientras que en la ensenada de Brazomar, al abrigo del muelle de Don Luis, las embarcaciones no sufrían la fuerza del viento del oeste, al salir hacia las balizas exteriores les pegaba de babor en los largos impares –en especial en las balizas–, lo que obligaba a sujetar mucho la embarcación para no perder tiempo en las viradas. En la parte exterior del campo de regateo el viento rompía la ola, aunque no era muy favorable para coger empopadas y dificultaba la boga de los remeros tanto proa a la ola como a popa.

Con todos estos condicionantes y en una contrareloj que no siguió el habitual sistema de calles la Bandera Caixabank amenazaba con convertirse en una lotería.Y de hecho su desenlace fue caprichoso. Dos traineras del segundo grupo –no se podía hablar estrictamente de tandas– como Ondarroa y Kaiku quedaron por detrás de la 'San José XV', una situación que hasta la fecha no se había producido y que pone de manifiesto las condiciones variables de viento y mar que sufrieron los distintos barcos.

Por su parte, la 'San José XV' presentó una formación con seis cambios. Miguel Ángel Ruiz Camus, técnico de los azules, dio entrada hasta seis remeros tres en la banda de estribor y tres en babor. Daniel González fue el marca de estribor en una bancada en la que le acompañaron de popa a proa Roberto Pérez como dos, Víctor Manuel Fernández como tres, David Pérez como cuatro, Sergio Corrales como cinco y Rubén Alvarez Pedrosa como espalda. En babor Manuel Crespo remó como marca, Pablo Hernando como dos, Miguel Ángel Ruiz como tres, Alexandro Tacu de cuatro, Sergio Alonso de cinco y David Pérez Iglesias de espalda.

Orden inverso en la Concha

En la proa de la 'San José XV' Arrantz Villar se mantuvo como proel y en la popa Iván Gómez fue el encargado de patronear el bote en una fantástica jornada para el capitán azul, que guió a los suyos a un gran resultado en medio de las difíciles condiciones que, como el resto de participantes, tuvo que afrontar.

En la primera de las tandas las traineras salieron de acuerdo al orden de la prueba del día anterior en La Concha. El primero en partir fue San Pedro y un minuto después lo hizo Astillero, seguido por Cabo Cruz y, en último lugar, por Lekittarra. La igualdad fue el denominador común del quehacer de los botes.En la primera ciaboga los de Ruiz Camus eran proa de regata, pero con tan solo un segundo de ventaja sobre el resto de los botes. En el segundo tramo se mantuvo la igualdad, ninguno de las traineras daba un respiro a sus rivales y se preveía un final muy igualado. No hubo cambios en el tercer y cuarto tramo y las diferencias en la meta así lo ponen de manifiesto, el más rápido en el último tramo el barco de los gallegos que cruzó la baliza de meta con dos segundos sobre Lekittarra, tres sobre Astillero y seis a San Pedro.

En la segunda de las series no estuvieron finos Kaiku y Ondarroa que realizaron peores tiempos que los astillerenses y estos salieron beneficiados en el caso de la 'Antiguoko Ama'. Tampoco Santurtzi tuvo su mejor día, con una sexta plaza que estuvo a punto de sacarla de la tanda de honro.De hecho, ahora Donostiarra amenaza ese puesto a solo cuatro puntos. A cambio, tanto Zierbena comoUrdaibai ofrecieron su mejor cara. También se encontraron unas condiciones de mar algo más propicias, pero eso no desluce en absoluto su gran rendimiento, que les permitió terminar por delante de los aguiluchos.

Enfado del público por un esperpento ajeno a Castro

Cualquier momento es bueno para ondear una bandera, pero las circunstancias que rodean esa victoria a veces pueden hacer que la conquista pase de puntillas. Eso es poco más o menos lo que le pasó a Zierbena. Porque, la soberbia regata de los galipos en la Bandera CaixaBank, que les permitió sumar en Castro su primer triunfo de la temporada en la ACT, se vio difuminada, por desgracia, por el esperpento organizativo. Y es que la Liga, pese a que ha pasado por situaciones muy comprometidas desde su puesta en marcha –sin ir más lejos la suspensión de la regata de Burdeos en 2011 debido a las fuertes corrientes–, vivió este domingo una de las jornadas más negras de su historia. Perdieron el remo y el espectáculo porque la cita cántabra, con viento del noroeste y una mar bastante complicada, prometía emociones fuertes. Pero todos los astros se alinearon de manera que nada saliese bien desde el punto de vista logístico. A ello se sumó la indecisión y demora en la toma de decisiones lo que obliga a los dirigentes de la Asociación de Clubes de Traineras a realizar una profunda reflexión en los próximos días sobre el modo de gestionar situaciones de este tipo. Las cosas se torcieron desde primera hora.

Problemas con las embarcaciones que utilizan los balizadores para realizar su trabajo retrasaron la colocación del campo de regatas y también de los botes en los que instalan los semáforos de salida por lo que se decidió utilizar el sistema tradicional con bandera. Además, los toblerones publicitarios más próximos a tierra invadían la calle uno cuando debía arrancar la competición femenina (11.40), por lo que el Comité Técnico acordó retrasar su inicio ante el nerviosismo de entrenadores y delegados. Era solo el comienzo de una matinal de locura y cabreo generalizado. Porque cuando las chicas se disponían a partir, surgió un nuevo contratiempo. La baliza dos había garreado y debían alinearla. Nueva demora y primeros silbidos de los numerosos aficionados que llenaban el muelle de San Luis. Solventado el problema se optó por realizar salida rápida –sin que las patronas agarrasen la estacha para evitar nuevas incidencias con las boyas–, pero el fuerte viento de costado –entraba por la amura de babor– impedía a las tripulaciones alinearse y el Comité Técnico, encabezado por Lourdes García, varió el rumbo y decidió lanzar la regata en contrarreloj por la calle tres.

En un primer momento, acordó que la cita masculina se desarrollase también de esa manera, pero tras consultar con los clubes, la mayoría se decantó porque fuera en línea con salida rápida. Y cuando parecía que así iba a ser, la imposibilidad también de alinear a las traineras de la tanda inaugural, sobre todo las que se encontraban en las calles exteriores –Lekittarra y Cabo Cruz–, hizo que el comité variase de nuevo su decisión y acordase disputar también la cita masculina en contrarreloj. La medida generó un cabreo monumental entre los representantes de clubes como San Pedro, que se están jugando la permanencia.

Quedó a salvo la solvencia organizativa del Castro, colaborador en la organización pero siempre supeditado a las directrices que marcan el equipo de infraestructuras de la ACT. Los rojillos no fueron por lo tanto responsables del caos organizativo vivido en Brazomar y un comunicado de la ACT en el que su presidente, Borja Rodríguez, pedía disculpas por lo acontecido lo confirmaban.