La nieve de Montecarlo aguarda a Dani Sordo y Surhayen Pernía

Para Sordo, Montecarlo tiene un significado especial, ya que se cumplen diez años desde que tomase la salida como piloto oficial en el equipo Citroën, logrando en 2007 un segundo puesto por detrás de Sébastian Loeb. En 2012 repitió esa posición y terminó tercero en 2013. En la pasada temporada, Sordo ocupó la sexta plaza en las carreteras monegascas, en un rally que ganó el francés Sébastien Ogier.

Para esta edición, Hyundai estrena coche nuevo, al igual que las otras tres marcas inscritas en el Mundial, Ford, Citroën y Toyota. Es una incógnita el rendimiento de los nuevos coches, aunque con la previsión de nieve que hay para las especiales, las diferencias entre ellos se verán reducidas. Será quizás más decisivo el pilotaje y no cometer ningún fallo de conducción para poder luchar por el triunfo.

«Terminar, una victoria»

Los cántabros también estarán muy atentos a la participación de Surhayen Pernía, que compite en Montecarlo con un Renault Clio R3T como premio por haberse impuesto en el Trofeo Clio R3T Iberia la pasada temporada. Pernía estará integrado en el equipo Renault Sport Racing y formará con los ganadores de este mismo trofeo organizado en Francia, Italia y Suiza.

Surhayen Pernía afronta su primera prueba mundialista fuera de España, por lo que el joven piloto cántabro (27 años) intentará adquirir toda la experiencia posible en esta difícil prueba que abre el Mundial 2017.

«Estar en la llegada será una victoria para mí porque es una prueba muy selectiva», señaló el cántabro antes de partir hacia Montecarlo. «Tener la oportunidad de conducir de forma oficial para Renault es un sueño para mí. La prueba requerirá encontrar un compromiso entre velocidad y precaución. No sabemos con qué condiciones nos encontraremos pero vamos a tratar de aprender lo más rápido posible».

La prueba monegasca comienza hoy con la ceremonia de salida que se realizará en la Plaza del Casino de Montecarlo, para posteriormente afrontar las dos primeras especiales, Entrevaux (21,25 kilómetros) y Bayons (25,49 kilómetros), con la noche como protagonista.

Mañana viernes se disputará la etapa más larga y complicada, con dos pasadas a las especiales de Agnières (24,63 kilómetros), Aspres les Corps (38,94 kilómetros) y Léger les Mélèzes (16,83 kilómetros), totalizando 160 kilómetros contra el cronómetro.

Para la jornada del sábado los equipos que sigan en carrera se desplazarán al sur de Gap para disputar dos pasadas por las especiales de Lardier et Valença (31,17 kilómetros) y La Bâtie Monsaléon (16,78 kilómetros), antes de afrontar una única vez el tramo cronometrado de Bayons (25,49 kilómetros), el más largo de la jornada y último antes de llegar a Mónaco.

En la última etapa, que se disputará el domingo, sólo competirán los primeros 60 clasificados, y se disputarán las especiales de Lucéram (5,50 kilómetros) y La Bollène Vésubie (21,36 kilómetros) en dos ocasiones, para completar las 17 especiales que suman 382,65 kilómetros cronometrados.

La elección de neumáticos será una de las asignaturas más complicada de esta prueba, ya que los equipos se enfrentan a condiciones meteorológicas impredecibles, con cambios continuos en el asfalto donde se pueden encontrar nieve, hielo o asfalto seco, todo esto dentro de la misma especial. Por este motivo, será muy importante el trabajo que realizan los ouvreur de los diferentes equipos. Estos pasan por los tramos cronometrados antes de que lo hagan los pilotos, anunciándoles cómo se encuentra la especial y dónde pueden encontrar nieve o hielo.