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Hace pocas semanas Abel González, joven piloto pedreñero y promesa del automovilismo cántabro, se proclamó campeón de España júnior de autocross. Pero fue solo por un momento. Tras concluir la prueba y después de que su coche no superara las verificaciones técnicas, se le descalificó. ... El problema, que se habían efectuado modificaciones en el motor cuando la reglamentación lo impide.
Una situación que no solo le ha costado al montañés el título, sino que también se ha prolongado con una nueva reclamación que amenaza con desposeerle de otro entorchado nacional: el Campeonato de España de rallycross. En este caso se sigue a la espera de la decisión final, después de que su victoria en el circuito de Miranda de Ebro confirmara su título. Esta vez ha sido una reclamación del segundo clasificado por la instalación eléctrica del vehículo que sigue pendiente de una resolución definitiva.
El pedreñero se ha visto así desposeído de un campeonato de España y está en riesgo de que ocurra lo propio con el segundo, una situación que ya ha aceptado en el primer caso (después de ser descalificado tras las verificaciones técnicas llevadas a cabo en Mollerussa y no reclamar) y que le mantiene a la expectativa en el segundo.
«Yo tengo la conciencia muy tranquila y solo quiero mirar al futuro y centrarme en la próxima temporada en la que estamos trabajando para disputar el Europeo de autocross y dar los primeros pasos en la especialidad de rallies», señalaba el joven piloto tras tener conocimiento de la decisión y la posterior reclamación añadida.
Según el informe emitido por el director técnico de la Real Federación Española de Automovilismo tras la prueba de Mollerussa, disputada a principios de octubre, «los conductos de admisión del motor están modificados respecto a los originales», mientras que «el reglamento técnico especifica que el motor deberá ser de estricta serie (de origen) y no se permite ninguna modificación, por lo que no lo cumple».
A pesar de no reclamar la decisión, el entorno del piloto sí se ha mostrado públicamente disconforme con ella, como manifiesta César González Raba, padre del piloto. «El preparador que nos hizo el motor pasó una lija fina para quitar la carbonilla y esto dejó en el colector unas pequeñas rayas que para nada varían las medidas del colector, por lo que no hay un mayor rendimiento del motor con ello», señala en referencia a las modificaciones detectadas.
Una vez concluido el certamen de carcross, el joven piloto, de quince años, continuó compitiendo en otro campeonato, en este caso el de rallycross -especialidad también de promoción, pero diferente a la primera-, y el pasado fin de semana se proclamó de nuevo campeón al imponerse en la última prueba, disputada en el circuito de Miranda de Ebro.
Sin embargo, al finalizar la prueba y tras concluir todas las verificaciones técnicas llevadas a cabo por los comisarios federativos, el segundo clasificado, Óscar Fuertes, presentó una reclamación. Es este caso se refiere a la instalación eléctrica del coche del cántabro, lo que deja el título en el aire hasta que la propia Federación Española la supervise y emita el pertinente informe, momento en el cual se sabrá quién de los aspirantes puede celebrar finalmente el título.
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