En busca de un pistón por toda Arabia

Uno de esos equipos modestos es el compuesto por los hermanos Francisco y Rafael Benavente, dos cántabros que acuden a esta prueba por segundo año consecutivo encuadrados en la categoría Classic, reservada para vehículos fabricados antes del año 2000.

Chisco y Rafa llegaban con su Nissan Terrano a Arabia Saudí con el único objetivo de alcanzar la meta el próximo día 14 de enero. Pero las cosas se torcieron camino del campamento, antes de la etapa prólogo, cuando un pistón del motor del Nissan se perforaba. Los últimos 150 kilómetros del recorrido tuvieron que ser remolcados por otro de los participantes.

Una avería gorda, ya que para solucionarlo había que sacar el motor, desmontarlo por completo y encontrar el repuesto necesario para poder continuar en carrera. Quizás lo fácil hubiera sido abandonar y volver a casa, pero quien acude al Dakar lo hace con ese espíritu aventurero que sólo los que participan en esta prueba conocen.

Fue entonces cuando comenzó una aventura realmente apasionante, a la vez que estresante, para los Benavente. Lo primero era encontrar un taller donde poder sacar el motor y ver el alcance de la avería, algo que no tardaron en encontrar gracias a un aficionado al Dakar que les dejó su taller para poder reparar el coche. Una vez vista la avería y sabiendo que era necesario un juego de pistones para poder volver a arrancar el motor, comenzaba una búsqueda de los repuestos necesarios por todos los talleres de la zona. Una tarea complicada, ya que ese vehículo no se fabrica desde hace años y el Dakar se celebra en un país donde conseguir ese recambio es muy complicado.

Es en ese momento cuando comienza la que se ha llamado 'Operación Scarlett'. Un grupo de aficionados madrileños a los clásicos, encabezados por Mariano de la Parte, de 'El Desván de Serrano', se da cuenta de los problemas que tienen los cántabros para encontrar las piezas, y desde España se ponen a buscar el repuesto hasta que el pasado martes lo encuentran.

«Estamos muy agradecidos a Mariano y todo ese grupo de gente que se ha movido para localizar los repuestos que necesitábamos», señala Francisco Benavente. «Por suerte hemos encontrado aquí lo que necesitábamos, pero ya tenían todo preparado por si no lo encontrábamos, hacérnoslo llegar».

Ese intento de hacer llegar los pistones a Arabia no era fácil. En un principio, desde Cantabria se había contactado con un grupo de periodistas que venía el miércoles al Dakar y que estaba dispuestos a colaborar, aunque finalmente esta opción no fue posible por ser un grupo muy grande y porque no dependía de ellos el recorrido que tenían previsto hacer. También se contemplaron otras opciones, incluso que una persona viajara con las piezas hasta Arabia. Pero esa parte de la «Operación Scarlett' se topaba con la dificultad de tramitar el visado de entrada en Arabia y algunas otras cuestiones legales. También se valoró la posibilidad de hacer viajar los pistones con la tripulación de alguno de los vuelos. Para ello se habían hecho gestiones con los responsables de un par de líneas aéreas europeas e incluso se contactó con Saudia, la aerolínea nacional de Arabia Saudí.

Pero finalmente los hermanos Benavente han encontrado las piezas en Arabia y ya están trabajando en montar el motor. Esperan que a última hora de hoy se incorporen ya a la prueba y puedan tomar la salida en la etapa de mañana viernes.

«No olvidéis que vamos a reparar y a reengancharnos a la carrera, que es a lo que hemos venido», concluía Chisco Benavente. El Dakar es una aventura, dentro de la carrera y fuera de ella.