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El alba despuntaba con un cielo que auguraba un día excelente. Nada de las aguadas que ha soportado Cantabria en ese otoño transmutado en invierno. A cambio de ese cielo azul, tocaba aguantar algo de frío. Un grado a eso de las ocho de la ... mañana. Pero el regreso a Cantabria de una prueba ya casi olvidada, la Carrera de Campeones, merecía la pena. Y para desanimar a los fieles aficionados al motor hace falta algo más que un poco de 'rasca' mañanera. Casi 2.000 de ellos se dieron cita en el circuito de La Roca. El catalán Nil Solans, uno de los pilotos más destacados del WRC2 durante la presente temporada, fue el ganador. Aunque eso no fue lo más importante, sino la fiesta que vivió el automovilismo cántabro para despedir un gran 2019.
Ataviados con todo tipo de prendas para combatir el frío, los aficionados fueron cogiendo posiciones a lo largo de las zonas habilitadas para ellos. Un frío que pronto desapareció cuando los pilotos comenzaron a salir a pista. Pablo Diego, un joven aficionado cántabro que por su corta edad (17 años) no había conocido este tipo de carreras cuando se disputaban en el aparcamiento del Mercado Nacional de Ganados de Torrelavega, señalaba que «ya era hora de que este tipo de pruebas volviera a Cantabria». Desde Asturias vino Jaime Rodríguez. «No sabéis el lujo que tenéis en esta tierra con el automovilismo. Este tipo de pruebas son especialmente atractivas para nosotros, ya que sin moverte del sitio puedes disfrutar de varias horas de competición de la forma más cómoda», Mientras, el vasco Jokin Etxebarria confesaba que él venia a Quijas para seguir a Txus Jaio. «Soy aficionado de muchos años y siempre que puedo sigo a Jaio en las carreras en las que participa. Aquí hay mucho nivel, pero para mi Jaio es un grandísimo piloto que ha estado a un buen nivel tras tener que cambiar de coche al averiarse el Mitsubishi al principio».
El nivel de participantes presentes fue muy alto para esta primera edición, ya que había pilotos con títulos mundiales como Jan Solans, europeos como Efrén Llarena y nacionales como Domingo Estrada, Surhayen Pernía o Iván Ares. Calidad acompañada de vehículos que también aportaron espectáculo. Aunque también hubo ausencias, como las de los pilotos mundialistas Kris Meeke y Craig Breen, a los que la organización intentó traer hasta última hora. A ellas se unía en la jornada de ayer la baja de Pepe López, campeón de España de Rallies y que el viernes sufría una caída mientras esquiaba y se lesionaba en una muñeca.
El ganador de la prueba demostró que es uno de los pilotos más rápidos del WRC2. Nil Solans aseguró estar «encantado con la victoria. Me lo he pasado muy bien y tuve la posibilidad de luchar con grandes pilotos de mucho nivel. No fue fácil, pero al final me llevo la satisfacción del triunfo y un fin de semana espectacular de competición y disfrutando de unas excelentes instalaciones y muchos amigos».
Con la dirección deportiva de la escudería Motor Racing Cantabria –con Jesús Aragón al frente–, y la colaboración de varias escuderías cántabras, la prueba se desarrollo con gran agilidad y en ningún momento dejaron de rodar coches por la pista. Las eliminatorias se disputaban y poco a poco se conocían los pilotos que llegaban a los cuartos de final, donde Nils Solans eliminaba a José Ángel Allende, piloto que era uno de los más espectaculares de la prueba al volante del Subaru WRC. Los aficionados disfrutaron una barbaridad con un coche que ha escrito muchas páginas en el Campeonato del Mundo de Rallies. Mientras, Víctor Senra superaba al Porsche de Marcos Diego, al vencerle en la primera manga y aprovechar el abandono de Diego en la segunda tras dar un ligero golpe en la parte trasera de su Porsche con una de las protecciones. Otra de las eliminatorias se disputaba entre el campeón de Cantabria de slalom en la categoría de propulsión, Manuel Rodríguez Misioner, y el andaluz Delbin García con un Peugeot 208. Fue este último el que pasó a la semifinal.
Pero sin duda el enfrentamiento más emocionante en esta fase de la prueba fue protagonizado entre los cántabros Surhayen Pernía y Enrique García Ojeda, piloto que regresaba a la competición y que después de varios años de inactividad demostraba estar en plena forma. Los dos cántabros ganaban una manga cada uno, por lo que tenían que ir a disputar una tercera en la que Pernía ganaba por muy poco al que fue ganador del Campeonato de Europa y varias veces de España de Rallies.
Surhayen Pernía, que abandonó en la última semifinal, reconoció que «fue una pena la avería mecánica que hemos sufrido en la semifinal. Me hubiera gustado luchar con Nil en la final en esta prueba tan especial para mí. Este circuito es como mi casa, ya que pasé muchas horas aquí entrenando con los kart. Así todo, estoy muy satisfecho con mi participación y con que se recuperen este tipo de pruebas».
Entre manga y manga salían a rodar los car cros, que si bien no luchaban contra el crono sí existían piques sanos entre pilotos como Dani Sordo, el pequeño de los Solans o Iván Ares, con los que ponían a los aficionados en pie con una manera de rodar espectacular. En una de las mangas de los car cross salían a rodar juntos los hermanos Solans, recibiendo una gran ovación de los aficionados en reconocimiento a la excelente temporada que ambos han realizado y el espectáculo que estaban dando en Quijas.
En las semifinales Nils Solans se deshacía del campeón de Galicia de Rallies, Víctor Senra, pasando a una final que disputaría con Delbin García, piloto que se veía beneficiado con el abandono de Surhayen Pernía tras la avería de motor en su Hyundai.
Con todo preparado para la final, esta perdía algo de interés al competir Solans con un vehículo de tracción total y García con uno de tracción delantera. Pero este último, lejos de tirar la toalla, luchó hasta el último metro para intentar reducir la diferencia mecánica. Al final se tuvo que conformar con la segunda plaza ante un Solans imbatible.
Una vez conocido el ganador, Dani Sordo retaba a Solans a disputar una eliminatoria entre ellos dos, a cinco mangas y ambos con vehículos car cross para igualar las mecánicas. Una manga realmente espectacular ya que Solans, que había rodado durante todo el día con el Polo R5, daba un par de vueltas al circuito para coger el ritmo al car cross, plantando cara al anfitrión al ganarle en una de las tres mangas disputadas, lo que no le servía para superar al cántabro.
Para el piloto mundialista, esta prueba ha sido un «sueño que tenía mi padre y que a base de mucho trabajo ha sacado adelante. Yo me lo he pasado muy bien y es un orgullo para mí y mi familia el contar con pilotos de la calidad que hemos visto hoy (por ayer) aquí».
«Nadie sabe las ganas que tenía de ver una carrera como esta en mi casa. Nos ha costado sacarlo adelante, pero creo que hoy (por ayer) hemos podido devolver a los aficionados parte de ese apoyo que llevan tanto tiempo dando a mi hijo en las carreras», señalaba Dani Sordo Cayuso, propietario del circuito. Y auguró que en 2020 habrá otra edición de esta Carrera de Campeones. «Seguro que sí. El año que viene el circuito cumple 20 años desde que se abrió, y si este año hemos estado a punto de traer a dos pilotos del WRC, el año que viene podríamos montar una gran fiesta», concluyó.
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