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José Luis Peña (Santander, 1960) ha completado en Arabia Saudí su segundo Dakar. La prueba más dura y exigente del automovilismo deportivo, que en esta edición cambiaba de continente, ofreciendo un recorrido totalmente novedoso y muy diferente al que José Luis había conocido en 2018 ... en Perú, cuando acudía por primera vez a la salida del rally. Con la experiencia ya adquirida, debía adaptarse de nuevo a las condiciones.
-¿Su planteamiento de carrera en el Dakar es diferente al de los pilotos que buscan la victoria?
-Sí. Yo me tomo esta prueba como un reto personal. No soy profesional y he llegado hace poco a este deporte, por lo que mis objetivos pasan por disfrutar de la prueba, etapa tras etapa y alcanzar la meta, algo que he conseguido en mis dos participaciones y de lo que estoy muy satisfecho. Este año llevábamos un coche nuevo, con el que habíamos competido en un par de carreras el pasado año y con el que creíamos poder estar en tiempos de los coches de cabeza. No superarlos, pero sí estar con ellos en algunas etapas.
-Esta edición, ¿en poco se parecía a la que disputó en el 2018?
-Ha sido completamente diferente, por eso nuestras previsiones no se han cumplido para nada. Este año la carrera ha sido muy rápida y, exceptuando las tres o cuatro primeras etapas, en las que el terreno estaba más roto y eran más lentas, el resto se disputaba por pistas muy rápidas donde nuestra velocidad estaba muy lejos del resto de equipos. Nosotros pensábamos que con David Castera al frente de la prueba, éste Dakar seria más duro y exigente de lo que ha sido. Castera siempre se ha caracterizado, en las carreras que ha organizado, por plantear pruebas duras y exigentes, como la celebrada el pasado año en Marruecos. Sin embargo, la dureza de la carrera ha sido menor a la de otras ediciones del Dakar. Ha quedado demostrado por el importante descenso en el porcentaje de abandonos este año.
-¿Esto quiere decir que los Dakar que se disputen a partir de ahora en Arabia Saudí serán menos duros?
-No tiene por qué. Arabia Saudí tiene un potencial grandísimo para organizar pruebas de raid como quieran: rápido, lento, duro o más liviano. Lo que quieran. Veremos en el futuro cómo plantean las etapas de esta carrera.
-Su carrera no ha resultado sencilla y los problemas les han perseguido desde las primeras jornadas...
-Nuestro problema vino en las primeras etapas, con pequeños contratiempos que no nos han dejado disfrutar de la prueba. Cuando corrimos el año pasado con este coche en el Silk Way Rally, una carrera también larga y muy dura, en las etapas rápidas mantenía perfectamente una velocidad punta de 110 o 115 kilómetros por hora. Sin embargo, entre esa prueba y este Dakar, Polaris sacó nuevas piezas en el Turbo S que incorporamos nosotros para el Dakar y no han funcionado como esperábamos. No podíamos aguantar la velocidad punta mucho tiempo, ya que la correa de variador se calentaba en exceso y teníamos que levantar el pie del acelerador. Así todo, hemos tenido que cambiar la correa en no menos de diez ocasiones, con la correspondiente pérdida de tiempo en las etapas.
-Estos problemas le hacían caer muchos puestos en la general, por lo que sufría otro de los cambios en este Dakar 2020: el orden de salida...
-Efectivamente. Salir muy atrás cada día nos hacía encontrarnos con el terreno mucho más roto y complicado. Hasta este año, los camiones siempre salían los últimos, pero este año salías a la siguiente etapa dependiendo de cómo habías acabado el día anterior. Por ejemplo, en la segunda, que perdimos mucho tiempo, al día siguiente salimos detrás de más de cien coches, camiones y motos, por lo que nos encontrábamos todo mucho más roto que los que salían por delante. El salir por detrás de los camiones es muy complicado. Son auténticos monstruos que por donde pasan dejan unas roderas impresionantes que te complican muchísimo la conducción. Pero así es el Dakar.
-Su resultado ha sido peor que en 2018, cuando acabo cuarto.
-Si se mira así, puede parecerlo, pero ya dije antes de salir en esta edición, que conseguir un cuarto puesto era prácticamente imposible. Este año ha salido en esta categoría casi medio centenar de equipos, entre los que se encontraban muchos oficiales y pilotos profesionales con equipos muy potentes con el único objetivo luchar por la victoria, algo que demuestra que esta categoría es un éxito y que las marcas apuestan por ella. Los 'Side & Side' están ya lejos de cuando comenzaron a participar este tipo de coches, que en su mayoría tenían únicamente el objetivo de terminar un Dakar en una categoría mucho más asequible económicamente que el resto. Hoy en día, hay una competencia muy parecida, o igual, a la que tienen los coches.
-Una de las novedades de este año era la entrega del rutometro de cada etapa poco antes de salir, ¿qué le parece esta medida?
-Es un acierto y se tendría que hacer en todas las etapas, no en algunas, como han hecho en esta edición. Esto iguala mucho a los equipos oficiales con los que no lo somos. Antes, los oficiales tenían gente profesional que se tiraba toda la noche planificando el recorrido de la etapa, viendo por dónde había que ir para ganar tiempo, mientras que el resto nos teníamos que enfrentar a ciegas al recorrido.
-Siempre ha manifestado que para cualquier prueba de este tipo es muy importante el coche y el equipo, pero sobre todo tener gente de casa cerca...
-Quizás eso sea lo más importante, al menos para mí. Y no lo digo por quedar bien. El tener un buen coche y un buen equipo, sin duda es muy importante, pero acabar una etapa en la que has tenido problemas y has sufrido mucho durante horas, el llegar a meta y encontrarte con gente de casa para mí es muy importante. Gente que te cuida y te da esos ánimos que en muchas ocasiones necesitas y que te permite salir al siguiente día con la moral a tope. En carreras como el Dakar, una buena preparación mental es quizá más importante que la física, que también lo es, por lo que yo valoro mucho tener gente de casa en esos momentos que siempre tienes de bajón en una prueba de tantas etapas y tan dura. A mí siempre me acompaña Balbi, mi mujer. Esto es algo que nunca cambiaré, lo tengo clarísimo.
-¿En algún momento de la prueba pensó en que no podrían alcanzar la meta final?
-Quizá en la tercera etapa. Ese día nos dimos cuenta del problema serio que teníamos con las correas del variador y que no había sido un problema puntual, si no que lo arrastraríamos durante toda la prueba. En ese momento decidimos cambiar el planteamiento, ya que no podíamos competir y teníamos que ir etapa tras etapa con el único objetivo de llegar a meta. Lo conseguimos, pero en esta edición no hemos disfrutado como en 2018.
-¿No ha pensado cambiar de especialidad y participar, por ejemplo, en algún rallie?
-A mi lo que me gusta son los raid. Me gusta la improvisación, el no saber lo que viene por delante. En otras especialidades, como rallies, sabes lo que te vas a encontrar en cada curva, sin embargo en los raid, sales a una etapa sin saber a qué te enfrentas, eso es lo que realmente me gusta y me motiva. De circuito, ni hablamos. En la cuarta vuelta ya me he mareado (risas).
-Toca hablar de futuro ¿Estará José Luis Peña en el Dakar 2021?
-El 2021 no sé cómo será, pero sí sé cómo será 2020. De momento no tengo previsto participar este año en ninguna prueba mas. Quiero centrarme en mi trabajo. Se presenta un año complicado y prefiero centrarme en mi empresa. Habrá tiempo para hacer más carreras y, si se da el caso, volver al Dakar.
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