Quedan solo dos fines de semana para que Marc Márquez inicie una nueva era en MotoGP con su cambio de Honda a Ducati. En realidad, el piloto de Cervera será piloto de la marca nipona hasta el 31 de diciembre, que es cuando expira su ... contrato. De hecho, estará presente en el tradicional 'Honda Thanks Day' del próximo 3 de diciembre. Un evento anual donde la fábrica reúne a todo su elenco de deportistas en su circuito de Motegi, y en el que durante los últimos años el español ha compartido protagonismo con Max Verstappen.
Sin embargo, desde el mismo momento en el que ondee la bandera de cuadros en Valencia, Marc Márquez ya estará pensando en su nuevo prototipo, que probará por primera vez el martes 28 de noviembre, durante el test posterior al GP de Valencia. Ese día suele considerarse el primer día de clase del próximo curso y las marcas acostumbran a hacer concesiones a la hora de permitir a pilotos con contrato probar con la moto que conducirán la temporada siguiente. Aunque no tienen la obligación de hacerlo ni siempre ha sido así.
Honda ya autorizó ese día de pruebas a Marc y el de Cervera se subirá a una moto completamente negra, sin ningún logotipo de Ducati ni en su montura ni en su mono, para respetar en todo momento su contrato vigente. Un gesto por parte de la marca japonesa que el propio Marc reconocía en su día. «Tengo que agradecer a Honda que me deje probar la moto en noviembre, porque no se trata solo de un día de test, son dos meses de test porque hasta febrero no vuelves a subirte a la moto e irme al invierno sin haberla probado no me apetecía mucho», señaló. Y es que durante diciembre y enero el campeonato entra en estado de hibernación y cualquier entrenamiento con una MotoGP está prohibido por reglamento.
Hace ahora un año, Álex Márquez emprendía el mismo camino de Honda a Ducati y en aquel test del Circuit Ricardo Tormo el pequeño de la saga lucía una inmensa sonrisa. Nada más subirse a su nueva montura era consciente de que la vida iba a ser más fácil a partir de ese momento con una moto no solo más competitiva, sino también más fácil de pilotar. Y los resultados no tardaron en llegar. Logró un podio en su segunda carrera de Argentina y en agosto llegó su primera victoria en un sprint, en el circuito de Silverstone. El pasado fin de semana en Malasia, el actual piloto de Gresini era el que más puntos conseguía en el gran premio, gracias a su victoria en el sprint y su segunda posición en carrera.
«Es obvio que verme ganar le dará tranquilidad, porque sabe cómo soy yo, sabe cómo me cuesta un primer año con una moto y ve lo que estoy haciendo», valoraba Álex Márquez sobre la llegada de su hermano al otro lado del box la próxima temporada. Y es que viendo cómo se ha adaptado Álex y lo competitivo que es cualquier piloto que se sube a la moto italiana, pocos dudan en el paddock de que el binomio Marc Márquez-Ducati funcionará desde el primer día. Sin ir más lejos, el vigente campeón y jefe de filas de la marca italiana, Pecco Bagnaia, comentaba que espera que el de Cervera ya lidere la tabla de tiempos de ese test de Valencia.
El sustituto de Márquez en Honda
Mientras Marc mira con esperanza ese 28 de noviembre, su actual equipo debería haber encontrado ya un reemplazo de garantías para dicho test. El pasado viernes, el jefe del Repsol Honda, Alberto Puig, reconocía: «La situación es muy grave. Debemos tener un piloto para el test».
Cuando Márquez y Honda separaron sus caminos, la marca se quedó prácticamente sin margen de maniobra, ya que todos los asientos de la clase reina para 2024 ya estaban confirmados. Honda tocó varias puertas como las del portugués Miguel Oliveria o Maverick Viñales, pero no consiguieron convencerles, entre otras cosas, porque la oferta incluía un solo año de contrato, para tratar de pescar en la temporada 2025 cuando todos los pilotos top queden liberados. También se valoró la opción de subir a un piloto joven de Moto2, el murciano Fermín Aldeguer, aunque el propio Puig lo descartaba porque quería un piloto con experiencia en la categoría para desarrollar la moto. Lo que reducía y mucho las posibilidades.
Después de sonar los nombres de Pol Espargaró, al que la llegada de Pedro Acosta a la clase reina le dejó sin sitio como piloto oficial de KTM y firmó un acuerdo a largo plazo para ser piloto probador de la marca; y Fabio Di Giannantonio, precisamente el piloto que se quedó sin montura en MotoGP por la llegada de Marc Márquez a Gresini, parece que el elegido será Luca Marini, hermano por parte de madre de Valentino Rossi, que ha conseguido un contrato bianual.
El italiano hará el camino inverso al de Márquez, de Ducati a Honda, en busca de salir de su zona de confort en el equipo de su hermano. Pero el reto es mayúsculo para él ya que no solo será el encargado, junto a Joan Mir, de reiniciar desde cero un proyecto fallido. También deberá cubrir el enorme vacío que deja Marc Márquez en la marca.
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