Márquez no se guarda nada

A los pilotos de MotoGP les compensaron con media hora más en el único entrenamiento libre, que además era crucial para el fin de semana. Y es que, teniendo en cuenta la previsión meteorológica, que da lluvia este sábado y sol el domingo, en esta jornada del viernes había que trabajar, por una parte, para poner la moto a punto pensando en la carrera; y por otra, para marcar un tiempo rápido pensando ya en el acceso directo a la Q2 del sábado. Toda la acción se concentró en los últimos minutos de sesión, cuando los pilotos salieron con neumáticos blandos nuevos para buscar ese tiempo que les situara entre los diez mejores y les librara de la repesca de la Q1.

La igualdad fue la tónica de esta jornada vespertina en Motegi, en la que los diez primeros acabaron separados por menos de tres décimas. Lideró la clasificación el australiano Jack Miller, en otra sesión más que se adjudicó una Ducati, y el trío candidatos al título (Fabio Quartararo, Pecco Bagnaia y Aleix Espargaró), se situó a continuación con un escaso margen de 40 milésimas entre los tres. Para todos, el objetivo del día estaba cumplido. Un puesto virtual en la Q2, sin caídas y sin tomar riesgos innecesarios.

Marc Márquez completó su mejor sesión desde que volvió el pasado fin de semana en Aragón. Pero como ya había previsto, el brazo se resintió en el circuito más físico de la temporada. «He notado algo en el hombro. Nada raro, pero las molestias son más y hay que saber frenarlas antes de que aparezcan». Así se justificaba después de retrasar su comparecencia con los medios de comunicación porque debía ponerse hielo en el hombro y en el brazo. Si se cumple la previsión de lluvia del sábado, el tiempo jugará a su favor, porque una MotoGP sobre asfalto mojado es mucho menos exigente. Pero completar una carrera el domingo seguirá siendo un salto al vacío para él, porque desde su vuelta nunca ha rodado tantas vueltas seguidas encima de una moto. Lo más positivo es que en Motegi tiene la velocidad y está al nivel de los mejores. Acabó sexto en la jornada, a una décima del tiempo de Miller. Y reconocía que había salido a pista agresivo, buscando hacer el tiempo cuanto antes.

Las Honda resurgieron en su circuito de casa (Motegi es propiedad de la marca del ala dorada). Su compañero de equipo, Pol Espargaró, terminó séptimo. Hacía mucho tiempo que no veíamos tanta alternativa delante, porque las Ducati se habían acostumbrado a dominar con mano de hierro los entrenamientos. Esta vez solo tres Ducati se colaron entre las diez primeras, donde hubo presencia de las Honda, las Aprilia, las KTM y la Yamaha del líder del campeonato. Solo faltó la Suzuki de Álex Rins, 13º, para hacer pleno de fabricantes en el 'top 10'.

Las categorías pequeñas tuvieron solo 40 minutos de entrenamientos y hubo algunas voces que se quejaban de que, con la lluvia del sábado, no tendrían tiempo material de poner a punto las monturas para el domingo. El más rápido en Moto2 fue el líder Augusto Fernández, Pedro Acosta fue tercero y Ai Ogura (segundo en el campeonato) acabó cuarto. En Moto3 el mejor tiempo del día lo marcó el brasileño Diogo Moreira, con el líder Izan Guevara, que logró un sólido séptimo puesto, mientras que Sergio García se metió en problemas desde el viernes al terminar 17º y con pie y medio en la Q1 el sábado.