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Álex y Marc Márquez, en el podio del GP de Tailandia. Lillian Suwanrumpha / AFP
Los Márquez reescriben la historia de MotoGP
Análisis

Los Márquez reescriben la historia de MotoGP

Por primera vez dos hermanos terminan al frente en una carrera de la categoría reina del Mundial de motociclismo

Jesús Gutiérrez

Lunes, 3 de marzo 2025, 15:55

Más de 12.000 kilómetros separan el circuito de Buriram, en Tailandia, de la localidad leridana de Cervera, cuna de los Márquez y nueva capital del planeta MotoGP. Este pueblo monumental de la comarca de la Segarra ya podía presumir de tener entre sus vecinos a la única pareja de hermanos que habían sido campeones del mundo. El mayor, Marc, cuenta con ocho títulos repartidos en las tres cilindradas (seis de ellos en la mayor); y el pequeño, Álex, tiene dos en su palmarés, en Moto3 y Moto2, ganados en 2014 y 2019 respectivamente, años donde ambos compartieron corona.

Desde que compiten juntos en la categoría reina, y este es su sexto año compartiendo parrilla, siempre habían soñado con vivir un día como el pasado domingo en Tailandia. Un resultado que ponía la guinda a un fin de semana histórico para la familia Márquez Alentà. Doblete de Marc con victorias al sprint y en carrera; además de lograr la pole y la vuelta rápida. Y además escoltado en todo momento por Álex, segundo en la parrilla, segundo el sábado y también segundo el domingo.

No era la primera vez que compartían un podio. El año pasado en Alemania terminaron segundo y tercero, uniéndose a una reducidísima lista de hermanos que habían terminado en esas mismas posiciones: Juan y Eduardo Salatino en el GP de Argentina de 1962 y Nobuatsu y Takuma Aoki en el GP de Imola en 1997. El pasado domingo los hermanos Márquez hicieron cima en el deporte de las dos ruedas y la euforia inicial se transformó en emoción cuando Marc rememoraba la hazaña en rueda de prensa. «Este fin de semana es un sueño, es algo increíble. No puedo pedir más. Si le preguntas a Álex te dirá que puede pedir cambiar los puestos. Puede que pase este año, porque está yendo muy rápido y seguro que le va a llegar alguna victoria, y por qué no luchar por un Mundial. Pero la familia Márquez Alentá no va a olvidar nunca este fin de semana porque no hay nada más. Estamos en MotoGP, donde están los mejores pilotos del mundo, en un fin de semana normal, en seco, y hemos sido los más rápidos. Esto ya no nos lo quita nadie», valoró el ocho veces campeón del mundo.

Nunca se había visto un hito igual en los 75 años historia del Mundial de motociclismo y tampoco hay muchas más similitudes de parejas de hermanos al más alto nivel en el deporte. Los Márquez se pueden comparar con los Gasol o las Williams. Y donde hay una similitud mayor es en el otro gran campeonato del motosport, la Fórmula 1, donde Michael y Ralf Schumacher consiguieron acabar hasta en cuatro ocasiones primero y segundo en una carrera.

Marc, arrollador

Más allá del histórico resultado del domingo, la victoria de Marc Márquez en Tailandia dejó un regusto muy dulce por la sensación de superioridad del español. Ganó sin despeinarse, cuando quiso y como quiso, después de que un problema de baja presión en su neumático delantero le obligase a tirar de calculadora para no ser sancionado. Seguramente, sin ese percance habría rodado toda la carrera en solitario, en lugar de tener que pasar la mayor parte de la misma a la estela de la Ducati de su hermano Álex para que le subiera la presión y estar dentro del reglamento.

Para su principal rival, Pecco Bagnaia, «Marc había estado jugando con nosotros porque cuando decidió atacar nos metió dos segundos». El italiano se sentía uno de los derrotados del fin de semana. «No estoy aquí para hacer terceros puestos», decía en rueda de prensa. Pero más que por el resultado fue por la forma en que su compañero de box le había batido a las primeras de cambio. Y podría ser peor para su moral ya que ahora vienen dos circuitos que tradicionalmente se la han dado muy bien al español, Argentina y Texas, uno de sus jardines de recreo.

Imposible imaginar un escenario mejor para Marc Márquez en su estreno con la moto roja de Ducati. Desde 2014 el piloto de Cervera no ganaba la cita inaugural de la temporada y hacía también mucho tiempo que no sentía una conexión con su moto como la que vivió en Tailandia. «La había tenido en el pasado, pero hacía cinco años que no me pasaba. Aquí lo he tenido y lo he aprovechado. Cuando no lo tenga tengo que saber entenderlo. Estamos en MotoGP y es imposible tener esta sensación y esta manera de gestionar las situaciones todos los fines de semana. Así que tenemos que seguir con los pies en el suelo», valoró.

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