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El Racing gana a cámara lenta
Fútbol

El Racing gana a cámara lenta

Se impuso en los penaltis al Sporting de Gijón | Cerca de 1.000 espectadores estuvieron presentes en la gradas de El Malecón

Marcos Menocal

Sábado, 18 de julio 2015, 19:01

No tiene la voz tan ronca como su padre, pero cada vez que Manu gritaba en el banquillo el corazón de los cerca de 1.000 aficionados que se dieron cita ayer en El Malecón para presenciar el III Memorial Manolo Preciado se alteraba. La huella de Manolín es imborrable. El Racing fue el ganador, después de superar en la tanda de penaltis (2-1) al Sporting de Gijón en la final del cuandrangular, que reunió además al Internacional (Regional Preferente) y a la Gimnástica (Tercera). Primera puesta en escena de una pretemporada a la que apenas le ha dado tiempo a comenzar. Por eso el césped torrelaveguense se le hizo más largo de la cuenta a algún jugador.

El Racing lleva seis días de trabajo, los mismos que el Sporting de Gijón; la Gimnástica, dos, y al Internacional le faltan aún ocho para empezar. Con estos antecedentes era lógico ver un fútbol en cámara lenta y gris. Un aperitivo del mes de julio que casi se le atraganta a más de uno. La tarde de ayer fue un festival de imprecisiones, desmarques contados con los dedos de la mano y carreras peregrinas en formato reducido. Un manual de vacaciones en blanco con un enorme margen de mejora para los cuatro equipos. El estado físico no entiende de categorías y si no has entrenado no corres. No hay más que hablar.

Dicen los que entienden que se juega como se entrena. Qué se lo digan a Pedro Munitis que no desaprovechó un día para mejorar como futbolista. Cada sesión era una competición contra él mismo y por lo visto ayer, como entrenador será igual. Con apenas cinco días de trabajo en La Albericia, sin ritmo en las piernas de sus futbolistas y con cuatro apuntes tácticos probó y exigió lo que pudo a lo que, por el momento, tiene.

El técnico santanderino reservó a los ocho jugadores del primer equipo;Iñaki, Francis, Kamal, Dani Rodríguez, Alain, Hevia, Cerro y Coulibaly para los 45 minutos que le importaban, los de la final, ante el Sporting de Gijón. A los ocho se sumaron Puras en la portería, Camus, en el centro de la zaga, y Paulino Miguélez, como hombre adelantado. Al resto de canteranos les dio la oportunidad de abrir boca ante el modesto Internacional y un solitario gol de Óscar, que les dio el pase a la final, fue de lo poco que se vio. Hicieron de teloneros con un fútbol maniatado y en el que Soberón y Joni fallaron las dos ocasiones a puerta vacía de que dispusieron. Ver para creer. A Munitis no le gustó lo que vio. No dio más de sí el minipartido. Lo mismo que el choque entre el Sporting y la Gimnástica. Los cachorros de Abelardo (técnico de los rojiblancos) no ofrecieron mucho, pero les bastó para pasar a la final un gol de Pablo Pérez tras aprovechar una indecisión del portero, Pablo Herrero. Con los torrelaveguneses jugó Julián Luque, exracinguista, que el año pasado jugó en el Espanyol B. El cántabro entrena con la Gimnástica a la espera de encontrar un nuevo equipo.

Antes de la final, llegó en el tercer y cuarto puesto de lo poco merecedor de aparecer en esta crónica hasta entonces. Merino levantó a los aficionados con un gol de bandera que supuso el 3 a 2 para su equipo, el Internacional. Descaro y calidad.

La final esperada

De rojo entero, el conjunto asturiano, y de verde, con una equipación elaborada por la firma deportiva Hummel para la ocasión, el Racing. Los gijoneses pusieron en el campo una alineación con nueve futbolistas del filial, todos ellos protagonistas el año pasado del ascenso a Primera. Abelardo sentado y Munitis, de pie. El inicio ya dejó detalles. Formas de ser. La disposición táctica de los cántabros no sorprendió y a falta de delanteros, el del Barrio Pesquero planteó un equipo ofensivo con un sistema 4-1-4-1 y con Kamal como faro en el centro del campo. El joven Paulino, en punta. Entre los dos jugadores situó a Cerro y Coulibaly, en las bandas, y a Dani Rodríguez y Hevia, como medias puntas. Cuatro hombres con vocación ofensiva y con libertad para intentarlo. El Racing quiso el balón desde el principio, pero si lo quería se lo tenía que quitar a un Sporting sobrio, pausado, pero con el control del partido.

Con el riesgo que suponen los juicios prematuros, pronto se vieron las tendencias de cada jugador. Kamal tiene recorrido y guarda la posición con facilidad. A Coulibaly le gusta el desmarque en ruptura y mientras tuvo pilas, lo intentó. De Ismael Cerro y Dani Rodríguez se puede decir lo mismo:con el balón en los pies aportan. Hevia, por su parte, que fue el primero en sacar los aplausos de El Malecón con un cabezazo que obligó a Alberto a estirarse, se le vieron maneras como segundo atacante; protege bien el balón y sabe jugar de espaldas a portería. Fue el más participativo y más incisivo. Aparentemente le sobra algún kilo para ponerse en forma pero ayer, aún así, fue de lo mejor. A Rodríguez, sin embargo, más estilizado, se le vio que se activa cuando tiene el balón. No es jugador de contacto.

De los nuevos, quedaba por analizar a Alain. Al asturiano lo que le sobran son partidos. Al Racing le vendrá bien un jugador así; es ordenado, rápido, domina el juego aéreo y no pierde el sitio nunca. Además, su carácter es probable que le convierta en el jefe. De Francis solo hay buenas noticias. A pesar de su inactividad (más de ocho meses en el dique seco por una lesión) se le vio activo y sin errores de bulto. En el caso de Iñaki, más de lo mismo. El riojano volvió a dejarse llevar en ataque en el carril del zurdo y puso a calidad. Todo este plantel de caras nuevas, Munitis le aderezó con un Paulino, que a medida que pasaban los minutos le fue perdiendo el respeto al partido; es rápido y habilidoso y puede ser de esos jugadores a quienes la necesidad del club le puede venir de perlas. Faltaba Camus. Al chaval le tocó bailar con la más fea y entre Castro y Joni le pusieron en jaque en más de una ocasión. Por ahí el Racing necesita apuntalar su defensa. Con todos estos mimbres el Racing tuteó de largo a un Sporting con poca iniciativa. Los de Munitis ganaron el centro del campo por superioridad numérica e inquietaron a su rival. Cerro y Coulibaly alternaron las bandas en varias ocasiones. Polivalencia.

Por lo visto en El Malecón, el fútbol que quiere Munitis a falta de que le lleguen los delanteros (entre ellos Koné) y pueda utilizar su famoso 4-4-2, contempla una doble vertiente. Por un lado, en defensa, el pivote adelantado, Kamal, se convierte en un zaguero más. Y, por otro lado, en ataque, es el nexo de unión con la línea de cuatro. Doble responsabilidad. Para esa función el equipo tiene más candidatos, comoFede San Emeterio y Granero, que ayer, aún lesionados tuvieron que ver el partido desde la grada. El Racing hizo más que su rival pero ninguno fue capaz de marcar así que los penaltis decidieron. Desde los once metros también se vio la falta de inactividad. Dos de tres marcó el Racing y tan solo uno el Sporting.

La prueba en Torrelavega dejó ver lo que busca Munitis y lo que le falta al equipo. No tiene delanteros y a la defensa le hace falta un retoque. En la portería, a falta de que llegue el portero que buscan, Puras no desentonó. El chaval madura.

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