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Marcos Menocal
Sábado, 27 de febrero 2016, 10:01
No hay nada mejor que sorprenderse a sí mismo. En Pontevedra aún se frotan los ojos mirando la clasificación a estas alturas al comprobar que su equipo es quinto, a tan solo dos puntos del play off de ascenso. Impensable. Tan ambicioso objetivo no entraba ... en los planes de un club recién ascendido y que apostó por mantener la base del conjunto que se alzó campeón en la Tercera División. No obstante, el éxito emite un potente elixir que envenena a todo aquel que lo saborea y por ello, el partido de mañana ante el Racing no es uno más.
Para los granates se presenta como un examen de selectividad. En Pasarón tan solo han ganado el Guijuelo y los dos primeros clasificados, el Racing de Ferrol y el Logroñés, y los cántabros son ahora uno de los rivales a batir. Muchos de los cerca de 2.500 espectadores que suelen acudir a Pasarón se apoyarán en la historia para hacer frente a los verdiblancos; la última victoria del Racing en tan noble escenario data de 1948. Desde entonces, cinco visitas y otras tantas derrotas. Pleno. Aquella vez el resultado fue de 0 a 2 para los visitantes y fue la única vez que no salieron escaldados de Pontevedra. Aún se recuerdan por aquellos lares dos de los últimos choques entre gallegos y cántabros, en 1963 (3-2) y 1965 (2-1), en los que vestido de granate y por una banda de Pasarón corrió a su manera Nando Yosu. El desaparecido entrenador hoy silenciará un minuto el estadio antes de comenzar el partido.
Con estos ingredientes, un estadio inexpugnable históricamente para el Racing; un rival potente como local y la necesidad urgente de ganar para ambos equipos, todo puede ser posible. Los verdiblancos, si quieren dar caza a los ferrolanos, no pueden perder. Al Pontevedra le ocurre lo mismo si desea seguir soñando con el play off. El conjunto local es, probablemente, el equipo que con mas superioridad ha ganado a los de Munitis en lo que va de temporada. El resultado fue de 1 a 2 y aún escuece en la memoria del entrenador cántabro. Precisamente aquel partido sirvió para que el Pontevedra cambiara sin darse cuenta de objetivos y encadenara una racha de diez partidos sin perder en la Liga. Los gallegos se metieron en el play off y se convirtieron en uno de los aspirantes.
Luisito, su entrenador, empezó a creer en algo que en la localidad gallega ni se imaginaban y desde entonces el equipo juega a grande. Su estilo es eminentemente vertical. El Pontevedra toca la pelota, juega por abajo y disfruta si tiene el balón, pero si puede llegar con dos toques a la portería no se complica más. Abusa de los desmarques en ruptura y se exige mucho en la presión. Sin embargo, su escasa altura deja al descubierto su verdadera debilidad; recibe muchos goles de faltas y centros laterales y la estrategia no es su fuerte. A balón parado es del todo un equipo vulnerable, ahora bien, se trata de un conjunto intenso sin la pelota.
Cuatro jugadores franquicia
Su delantero, Borjas, es la referencia en ataque.Fue el máximo goleador durante buena parte del campeonato, aunque últimamente no está tan acertado. A partir de él se construye la columna vertebral del grupo; Edu (portero), Campillo (central) y Kevin (centrocampista). Sobre estos hombres se sustenta el fútbol de los gallegos. En verano apostaron por no fichar a nadie y mantener la plantilla con la que ascendieron y ante la sorpresa de verse tan arriba en la tabla, en el mercado de invierno se reforzaron.Han llegado Antonio Bello (UCAM Murcia) y Hugo Rodríguez (Cádiz). Ninguno de ellos podrá estar mañana en la convocatoria, lo mismo que Jacobo y Adrián, todos ellos por sanción. Además, el segundo delantero, Pablo Cornero, será baja por lesión.
El talón de Aquiles del que el Racing puede sacar partido es la carga de cansancio mental que afecta a los jugadores. En Pontevedra cuentan que la exigencia con la que Luisito se ha tomado el final de Liga está pasando factura a los jugadores, poco acostumbrados a luchar por un objetivo tan ambicioso. Les falta frescura, acierto y los resultados están permitiendo que la duda aparezca. No obstante, al no tener nada que perder serán más peligrosos ante un Racing que lo que no tiene es margen de error.
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