Lo que el gol ha unido

Facundo Pumpido y Dioni se conocen desde hace poco más de dos meses. Dicen que las primeras citas son lo más bonito de una relación. En ese pequeño periodo de tiempo se han convertido en pareja de hecho. Bien avenidos. Labia argentina y gracejo andaluz. «Son totalmente complementarios», valoró Pedro Munitis recientemente al hablar de la nueva sociedad racinguista dedicada a la manufactura e importación de goles. Esos goles que son amores, puntos y éxitos. El malagueño ya empastó bien junto a Coulibaly durante un tramo de la temporada, pero la irrupción del de Olivos ha aportado cosas diferentes a la dupla atacante: el remate. En su rendimiento futuro se sostienen muchas de las esperanzas verdiblancas por el ascenso a Segunda División. Estos idilios hay que cuidarlos. El siguiente capítulo de este romance, este domingo, a partir de las 12.00, en el José Zorrilla. Con el Valladolid B como carabina.

Valladolid B

Julio Biyarri, Ángel, Nacho Porcar, Iván Casado, Arroyo, Anuar, R. Zambrano, Mayoral, Jorge Julia, José y Caye Quintana.

Racing

Óscar Santiago, Migeu García, Mikel Santamaría, César Caneda, Fede San Emeterio, Borja Granero, D. Rodríguez, Dioni, Álvaro Peña, Artiles y Pumpido.

Por ellos pasa, además, el objetivo más inmediato del equipo cántabro: romper la maldición a domicilio. Hacer diana para sumar los tres puntos en juego. Son cinco encuentros sin ganar lejos de los Campos de Sport de El Sardinero. En 2016 aún no ha ganado el Racing como visitante y eso lleva a que las victorias encadenadas no llegan. Por eso el líder está tan lejos. Perder solo un partido de los últimos 17 no es suficiente. Para dar el salto de vuelta a la élite del fútbol nacional hace falta bastante más.

Previsiblemente, Pedro Munitis no hará excesivos cambios en el once inicial para el encuentro de hoy. Lo más probable es que la única novedad sea la entrada de Fede San Emeterio en sustitución de Alain, que ocupó esa posición frente al Somozas el pasado domingo. La nueva recaída de su hermano gemelo, Borja, está llevando al técnico verdiblanco a buscar recambios cada semana. Y Fede, el más polivalente de la plantilla -esta temporada ha jugado ya de lateral, central, mediocentro e interior-, es siempre un seguro para estas vicisitudes. El de Sierra de Ibio, que anda haciendo de funambulista para no pasar por el quirófano a causa de una subluxación en el hombro, dio el susto en el entrenamiento del miércoles, pero, finalmente, entró en la convocatoria. Es duro. Está hecho de otra pasta. César Caneda y Mikel Santamaría serán el dúo de centrales y Migue García volverá a tener el carril zurdo para él solo. Borja Docal, con problemas de espalda, no se subió este sábado al autobús.

También se recuperó a tiempo Óscar Fernández, aunque las circunstancias, las precauciones y el trabajo perdido a lo largo de la semana llevan a pensar que en Zorrilla será suplente. Una nueva oportunidad para un Artiles que, después de una pobre actuación en el último compromiso racinguista, intentará dejar patente la calidad que argumentaba en su curriculum y que, hasta ahora, ha mostrado a cuentagotas. Junto al canario, Álvaro Peña, Borja Granero y Dani Rodríguez completarán la línea medular.

Todos ellos -y el meta Óscar Santiago- escoltando a los hombres gol, sobre los que caerá la responsabilidad de llevar al Racing hacia la victoria; a apurar las escasas opciones de quedar campeones -«Si ganamos y el Racing de Ferrol pierde en Burgos, quizá se pongan un poco nerviosos», comentó Pedro Munitis en la previa- y a hacerse fuertes en las plazas que dan acceso al play off de ascenso. Pumpido se encuentra en estado de gracia. Dos goles en tres partidos de titular -Sporting B y Pontevedra- y en el que no vio puerta, dispuso de un par de buenas ocasiones. A pesar de sus evidentes limitaciones, tiene olfato y eso está muy cotizado.

Y a su lado un Dioni que atraviesa un gran momento de forma que no se está viendo refrendado con goles. Lleva cuatro encuentros con la pólvora mojada, pero no está preocupado. Los tantos llegarán. Mientras tanto aporta al equipo en otras facetas del juego. Es un anfibio del ataque. Su hábitat es el área, pero sabe sobrevivir fuera de ella.

Escenario de lujo

Para un buen día de fútbol, mejor un escenario de los de relumbrón. El José Zorrilla de Valladolid se abre este domingo, exclusivamente, para recibir a un Racing que antes lo visitaba con asiduidad. Otros tiempos. La grada no lucirá como entonces, pero a los aficionados racinguistas que se desplacen hasta Pucela -solo se han vendido 190 entradas en Santander, pero se espera cerca de medio millar- les gusta recordar un pasado mejor.

Además, a priori, el cambio beneficia a los de Pedro Munitis. Lo habitual es que el filial blanquivioleta dispute sus encuentros en el campo Anexo, de hierba artificial, con un césped muy viejo y desgastado. Allí, hace dos semanas sufrió para ganar el Racing de Ferrol. Por eso, y aunque el césped no está en muy buen estado en el estadio de 'La Pulmonía', la superficie y las dimensiones son un alivio para los verdiblancos.

Enfrente, un filial típico. «Trabajan un montón. Son buenos individualmente e impetuosos. Pero a veces ese ímpetu les lleva a cometer errores. Habrá que trabajar el partido hasta el final», vaticinó el técnico racinguista. En el partido de ida, en El Sardinero, ya les costó ganar a los montañeses. Solo el tanto de Coulibaly logró desatascar un choque que se encaminaba al empate. Al final, terminó con resultado de 3-1 para los locales.

La clasificación dice que los castellanos tendrán que luchar hasta el último momento por la permanencia. Son decimocuartos, a tres puntos del puesto de promoción de descenso. Pero el Racing ya ha aprendido que eso tiene poco significado. Astorga, Arandina, Peña Sport... Munitis lo sabe: «Confianzas, ninguna».