El Racing vuelve al centro de la Política
El Gobierno extrema las cautelas antes de impulsar el convenio de ayuda al club
Jesús Serrera
Lunes, 28 de marzo 2016, 10:04
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Jesús Serrera
Lunes, 28 de marzo 2016, 10:04
El Racing ha vuelto al centro de la actualidad social y política de Cantabria como cada vez que, a lo largo de cuatro décadas, la supervivencia del club ha dependido del dinero público. Entre los hitos más recientes figuran los tiempos turbulentos de Santiago Díaz ... y Dimitri Piterman en 2002/2003, saldados con la intervención del Gobierno regional, al igual que a comienzos de 2011, cuando se implicó en la oscura compraventa a Alí Syed unos meses antes de las elecciones. La ampliación de capital de 2015 tuvo amplio respaldo popular, pero en la campaña electoral de ese año Miguel Ángel Revilla adquirió el compromiso de ayudar al Racing que ahora se pretende traducir en un convenio de patrocinio diez millones de euros en diez años pide el club cuya aprobación por el Parlamento no está asegurada.
Pasan los días y las semanas y el Consejo de Gobierno no ha resuelto todavía el convenio. El proceso está siendo muy laborioso. Primero hubo que buscar la fórmula del patrocinio, porque el aval directo al Racing era muy arriesgado con el antecedente del caso Alí, y luego los regionalistas han tenido que emplearse a fondo para convencer al PSOE de que se implicara de nuevo en el territorio racinguista que, francamente, nunca ha sido el suyo y que le ha dado más disgustos que satisfacciones.
El Gobierno sigue a la espera de que se completen los informes jurídicos que garanticen la legalidad del convenio. Todas las cautelas son pocas, máxime cuando el sindicato Manos Limpias ya ha advertido que llevará el caso a los tribunales. «Nadie quiere ser el nuevo Marcano», reconocen en el Ejecutivo, en alusión a los problemas judiciales que el exconsejero regionalista, y también su compañero socialista en el Gobierno, Ángel Agudo, afrontan todavía por la operación de Zurich. Y el más precavido en este trance es el consejero Francisco Martín, responsable de Turismo y de Cantur, el área que gestionaría el convenio, aunque en el Gobierno se ha valorado también que sean varias las empresas públicas que participen en el patrocinio del Racing.
El Racing se agarra a la ayuda gubernamental como única tabla de salvación. «Es así de sencillo: o convenio o liquidación», ha sentenciado el presidente, Manolo Higuera. El club defiende el convenio como una inversión para Cantabria, que asegura importante retornos económicos y de imagen turística, tal como documentan los informes encargados. El principal de ellos lo firma la profesora de la Universidad de Cantabria Patricia Moreno, coautora con Ángel Agudo del Informe Económico y Social de Cantabria presentado en 2014 por la progresista Fundación Alternativas y la UC.
Por las urgencias financieras y por evitar un trámite incierto, el Racing opina que el convenio no tiene por qué ser sometido a la aprobación del Parlamento, pero el Gobierno quiere también ese aval a una decisión de alto calado político: destinar dinero público de un presupuesto escaso para sostener un equipo de fútbol profesional, por más que el centenario Racing sea uno de los principales emblemas de Cantabria.
Para lograr la bendición del Parlamento de 35 escaños, los 17 diputados que suman los grupos del Ejecutivo, PRC y PSOE, necesitan al menos el apoyo o la abstención de uno de los otros tres partidos, que en estos días evalúan el desgaste de una u otra postura.
Los dos diputados de Ciudadanos han anticipado que votarán en contra del convenio y están pagando por ello un acoso mediático del que también han tomado nota los restantes grupos.
El PP mantiene un perfil bajo en la controversia, a la espera de conocer los detalles del convenio. Hay en el seno de los populares valoraciones de distinto signo sobre cuál debe ser a su debido tiempo el voto en la Cámara, pero predomina la oposición al convenio. Para empezar, por coherencia con la política que el partido aplicó en el poder, cuando se opuso a financiar al Racing y llevó la operación de Zurich ante una comisión de investigación en el Parlamento y ante los tribunales.
O sea, que el convenio puede estar en manos de los tres diputados de Podemos. En el partido conviven distintas sensibilidades, también en lo que respecta al Racing, como se refleja en las andanadas que se lanzan por las redes sociales. A los podemitas, que proclaman la prioridad del gasto social, no les entusiasma la ayuda pública al deporte profesional, pero admiten que la entidad verdiblanca no es una empresa en apuros más entre tantas, sino que representa también un símbolo sentimental e identitario para muchos cántabros.
En esa incertidumbre, Podemos resolverá su posicionamiento sobre el convenio mediante una suerte de plebiscito popular para que la ciudadanía se pronuncie a través de internet. Un alarde de democracia participativa que no juzgó necesario en decisiones de tanta trascendencia como la investidura de Revilla o la aprobación de los Presupuestos 2016 que propiciaron en ambas ocasiones con su abstención.
Naturalmente, el racinguismo más activista ya se hace a la idea de que la consulta telemática que Podemos se propone poner en marcha puede ser decisiva para la supervivencia del club y ya ha empezado a movilizarse para ganar ese partido.
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