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Sergio Herrero
Miércoles, 11 de mayo 2016, 07:16
Cuando era un ábaco y ahora con la calculadora, el Racing ha sido siempre fiel a su mala fortuna en las últimas jornadas de la temporada. Al menos, en su pasado reciente, la mayoría de las veces los cálculos no salen y la cosa acaba ... en llanto. Suspenso en matemáticas. El domingo la calculadora volverá a ser desempolvada. Para ser campeón, el equipo cántabro necesita ganar y esperar a que el líder, el Racing de Ferrol, pinche ante un Astorga con escasas posibilidades de permanencia. Una ínfima esperanza a la que hay que agarrarse.
El gafe final viene de lejos. En la memoria negra del club queda el descenso a Segunda División B de la campaña 89-90. El equipo verdiblanco, entonces dirigido por Pachín, llegó a la última fecha fuera de los puestos de descenso, con un punto de ventaja sobre el Eibar. En ese compromiso decisivo, el Racing recibía en los Campos de Sport al Betis, que luchaba por mantener la segunda plaza que le daría el billete hacia Primera División. Los sevillanos se impusieron por cero goles a dos en Santander. Ese resultado, unido al triunfo del Eibar, a domicilio, frente a un Espanyol que acabó ascendiendo en la promoción, mandaron a los cántabros al mismísimo infierno.
De vuelta a Segunda, en la temporada 1992-93, el Racing, tercero, tenía la opción de subir directamente a Primera División después de una racha de seis partidos consecutivos ganando. Los de Paquito necesitaban recortar una diferencia de cinco goles en el golaveraje con el Valladolid, que antes de la última jornada era segundo. Y estuvieron a punto de conseguirlo. En los Campos de Sport, los verdiblancos vencieron por 5-1 al Castellón en un encuentro en el que los futbolistas locales se quejaron amargamente de la actuación arbitral, aunque el actual presidente de honor, Tuto Sañudo, le resta importancia:«Es cierto que el árbitro pitó cosas muy raras aquel día, pero estoy convencido de que no hubo nada sospechoso». El Valladolid ganó en Palamós (1-2) y el esfuerzo se fue al traste. De todas formas, el de Serdio hace autocrítica y fecha la pérdida del ascenso en la jornada 37, en Sabadell: «Al descanso teníamos el partido encarrilado con 0-3 y en la segunda parte nos confiamos. Al final, la mayoría de los jugadores estaban muy contentos en el vestuario, pero yo estaba muy cabreado, porque sabía que el golaverage era muy importante y acabábamos de tirar el ascenso directo en Sabadell». Por suerte, la fase de ascenso ante el Español premió al Racing con el salto de categoría.
Más cerca del momento actual, en concreto en el curso 2008-2009, el equipo cántabro vio como la calculadora le apeaba de su histórica participación en la Copa de la UEFA. Es evidente que las opciones quedaron minimizadas con la derrota frente al Twente holandés, pero en la última jornada pudo salvar la papeleta. El Racing precisaba ganar al Manchester City y esperar a que el Paris Saint-Germain no le superase en el golaverage general. Pese al histórico 3-1 ante el cuadro citizen en El Sardinero, los galos vencieron por 4-0 al Twente y el Racing quedó fuera de las eliminatorias.
En la campaña 2012-2013, el equipo verdiblanco se ganó el descenso a Segunda División B a pulso. Sin embargo y a pesar de todo, tuvo opciones de salvarse hasta el final. De hecho, descendió dos veces. Primero, tras empatar en Ponferrada un choque en el que ganaba por 0-2. Una semana después, el descenso administrativo del Guadalajara daba a los cántabros una segunda oportunidad. El equipo dirigido por Alejandro Menéndez ganó 3-1 al Hércules en la última jornada, pero el triunfo del Murcia ante Las Palmas (1-0) hizo inútil la victoria cántabra.
La más reciente desilusión fue la de la pasada temporada. El Racing viajó a Albacete en la jornada 42 con escasas esperanzas de salvar la categoría. Debía ganar y esperar a que el descendido Sabadell superase a Osasuna. Precisamente, las noticias desde la Nova Creu Alta aumentaron las ilusiones racinguistas que, a falta de escasos minutos para el término de los partidos, se veía salvado. Pero, fiel a su sino, Osasuna empató y el Racing perdió la categoría para trasladarlo al momento actual.
No todo es malo
Por supuesto, no todo han sido malas noticias para el Racing. Alguna vez sí que le salieron las cuentas. Como por ejemplo cuando el equipo dirigido por Marcelino, en la campaña 2007-08, logró su clasificación para la Copa de la UEFA. El conjunto verdiblanco, sexto clasificado, debía lograr, al menos, el mismo resultado que el Mallorca. Los baleares ganaron por 3-2 al Zaragoza y el Racing venció 1-0 a Osasuna, colándose por primera vez en su historia en competiciones europeas.
Si hay alguien que tenía un gran control sobre la calculadora era Nando Yosu. La salvación más destacada del Brujo de Munguía fue la cosechada en la penúltima jornada de la temporada 2005-06. Por aquel entonces, el Racing estaba a un solo punto del descenso que marcaba el Alavés. Pero el triunfo frente a Osasuna en la fecha 37 (2-1) permitió a los cántabros afrontar la última jornada ya con la permanencia asegurada.
Las últimas jornadas de infarto racinguista tienen un espacio para el Pacto de Llanes. Concretamente, el de la temporada 2009-2010. Entonces, el Racing se impuso por dos goles a cero al Sporting de Gijón, dirigido por el cántabro Manolo Preciado, logrando la permanencia un año más en Primera División.
El domingo, a las 17.00 horas después del cambio de horario, los aficionados racinguistas verán a su equipo enfrentarse al Coruxo, pero siempre mirando de reojo a lo que haga el Racing de Ferrol en Astorga. Por lo que pueda pasar. No siempre le va a tocar a los de verde y blanco marcharse a casa con un tremendo disgusto.
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