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Marcos Menocal
Martes, 17 de mayo 2016, 13:06
Guardar fila en las taquillas de El Sardinero es una mezcla de pasión y paciencia que solo se explica cuando uno es racinguista. «¿Quedarán para nosotros?», bromeaba un grupo de aficionados que cerraba la larga fila que desde las diez de la mañana de ayer ... no dejó de crecer y que hasta las 20.00 horas que se cerraron parecía no avanzar. El primer día para la compra de entradas y abonos para el play off desde que se conoce que el rival del Racing será el Reus superó toda expectativa. «Es una pena que se deje todo para el último día, pero lo importante es que se llene el estadio», señaló Víctor Diego, vicepresidente y portavoz del club, al que ayer las circunstancias le colocaron detrás de la ventanilla como un operario más dispuesto a «echar una mano a la gente porque no dan abasto».
La oleada de aficionados que no quieren perderse el partido del domingo fue muy superior a los medios rudimentarios y escasos que sobreviven en las taquillas de El Sardinero. Las cuatro impresoras operativas trabajaron a destajo para cumplimentar las 2.766 adquisiciones (entre las localidades y abonos). Si la impresoras se quedaron cortas, lo mismo ocurrió con los currantes del club que se turnaron las diez horas para dar cobertura a la primera marea verdiblanca. «Miriam (consejera), José Barba (prensa) y las chicas de taquillas se están multiplicando. Nosotros venimos para ayudar en lo que podamos», indicó Diego.
Pese a la larga espera, el buen talante reinó en los aledaños del estadio y entre sonidos de bocinas de los coches que pasaban cerca y los chistes más o menos brillantes de alguno de los aficionados se fue cumpliendo el trámite. En la fila se dio una mezcla de lo más variopinta; por un lado, los socios y abonados que durante toda la temporada no han faltado a su cita racinguista. Los había también de esos fijos discontinuos que durante el periodo en el que la crispación social fue insostenible no aguantaron el ritmo y arrojaron la toalla; se echaron a un lado para ahora volver. «He estado un par de años sin ser socio, pero ahora hay que apoyar al equipo», reconocía un seguidor al tiempo que sacaba el abono para él y para su hijo. Y en esa primera cola de cuantas quedan por formarse hasta el domingo, también estaban los nuevos. «Mucha gente es la primera vez que viene al estadio por que los veías que leían el cartel de las zonas del estadio y preguntaban que de dónde eran las localidades», aseguró Víctor Diego.
Familias enteras, grupos de amigos que compraron de una tacada «diez entradas o más», equipos de fútbol base... Algunos al más puro estilo de los días previos a los conciertos de las superestrellas se repartían las horas de espera. «Veía que algunos estaban un rato y luego les venían a dar el relevo».
La premisa está clara. «Hay que llenar El Sardinero», insistió el vicepresidente. El poder que tiene el estadio santanderino ha quedado patente en las tardes en que el Racing lo necesitó. Dos han sido las promociones de ascenso a doble partido que se han jugado en su interior, una a Primera y otra a Segunda, y en ambas se logró el objetivo. La primera en 1993 contra el Espanyol en un día que pasará a la historia como el llenó más espectacular de los Nuevos Campos de Sport. La otra, hace dos temporadas contra el Llagostera. «Es normal que queramos que la afición llene las gradas y apoye a los jugadores. El Racing se enfrenta a un equipo muy similar en números y en estilo de fútbol, pero que juega en un campo con 5.000 personas. No es lo mismo hacerlo ante 20.000 y esa es nuestra diferencia», recalca Diego.
Invitaciones en marcha
Desde el pasado 21 de abril están a la venta los abonos para presenciar el play off con independencia de que dure un partido como todo racinguista sueña o se extienda hasta tres, si no supera la eliminatoria contra el Reus. Hasta ayer se habían vendido 3.000, pero todo hace indicar que la cifra crezca exponencialmente en los días que restan hasta el sábado. En un claro intento de que los aficionados no tengan excusa para comprarlo, la directiva fijó un precio asequible: toda la fase de ascenso por la mitad del coste que supondría la compra de una entrada para cada eliminatoria. Es decir, quince euros el abono o cinco si, por el contrario, se prefiere adquirir una localidad por cada partido. Es probable que los seguidores racinguistas esperasen a saber cómo y con quién se jugaría los cuartos su equipo para acudir a las taquillas. Por eso, en la jornada de ayer, con todos los datos en la mano se decidieron a invadir el estadio.
El club también ha comenzado a invitar directamente a clubes de la región y ha cursado invitación, bajo el lema ¿Por qué no vuelves a El sardinero?, a aquellos aficionados indecisos que durante una larga etapa se han ausentado en el estadio.
Desde hoy y hasta el próximo sábado las taquillas permanecerán abiertas de forma ininterrumpida de 10.00 a 20.00 horas.
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