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Marcos Menocal
Miércoles, 25 de mayo 2016, 07:21
El Racing tiene el próximo domingo dos rivales; uno, el Reus y, otro, la estadística. Los cántabros viajan el próximo viernes dispuestos a firmar una remontada que no se ha producido en las últimas siete temporadas desde que existe este formato de fase de ascenso ... y así evitar una repesca cuyos datos no son nada esperanzadores. En dicho periodo, de los catorce campeones de grupo que no lograron ascender a Segunda División de forma directa en la primera eliminatoria, tan solo seis lo consiguieron posteriormente al superar las dos rondas siguientes. Los otros ocho se quedaron en Segunda B.
Por eso y porque realmente el cuerpo técnico cree «a muerte en los jugadores», los verdiblancos no han cambiado nada del plan previamente establecido para el partido en Reus, pese al demoledor resultado de la ida (0-3). La expedición entrenará hoy y mañana a puerta cerrada en El Sardinero y el viernes, a primera hora, partirá para la localidad tarraconense. La confianza que Munitis confesó ayer en este mismo periódico espera transmitírsela al grupo para cambiar el rumbo del destino. El espejo en el que mirarse es el Llagostera, precisamente la víctima del Racing hace dos temporadas en la famosa ronda de campeones.Los gerundenses protagonizaron el único antecedente calificado como remontada y que puede marcar el camino a los racinguistas. El modesto equipo catalán cayó ante los cántabros en su duelo directo (0-0 y 1-0) y se fue a la repesca. En la primera, el cuadro le emparejó con el Avilés.El resultado en el campo asturiano fue de 2 a 0 y en Gerona, el Llagostera remontó y se impuso por 3 a 0. Pero su hazaña aún fue más allá; en la segunda y definitiva, eliminatoria su enemigo fue el Nastic, que venció a los gerundenses por 2 a 1. De nuevo, en el partido de vuelta, el Llagostera endosó a sus vecinos un 3 a 1 que les llevó por primera vez en su historia a Segunda División. La épica protagonizada por el humilde club catalán sirve como motor de la esperanza que el racinguismo tiene depositada en el partido del domingo.
Entre los campeones de grupo que en las últimas siete campañas no superaron la primera eliminatoria y que luego obtuvieron el premio final hay nombres históricos. En la 2008-2009, el Real Unión logró el ascenso a Segunda. Un año más tarde fue el Alcorcón. En las siguientes dos temporadas no ascendió nadie. Sin embargo en el curso 2012-2013 fue el Real Jaén, otra entidad con solera, la que subió a la categoría de plata. Hace dos años fue el Llagostera el que se llevó la palma y el pasado ejercicio fue el Huesca. Destaca el caso del Cádiz, que jugó en los últimos diez años la fase de ascenso como campeón de grupo en dos ocasiones y otras dos sin serlo y no ascendió en ninguna de ellas. Esta temporada afronta su quinto play off y en el partido de ida solo pudo empatar a cero con el Racing de Ferrol en el Ramón de Carranza. Los gaditanos son un ejemplo de lo que le puede suceder a un equipo cuando el destino se ceba con él y lo condena al pozo de la Segunda B. Un histórico sumido en su propia impotencia.
Antes, aún más difícil
El play off cambió su sistema en la temporada 2008-2009 con el fin de dar una cierta ventaja a aquellos equipos que durante la Liga fueran los más fuertes y acabasen primeros en sus respectivos grupos. Entendible y justo. De una liguilla compuesta por cuatro conjuntos cada uno salido de un grupo distinto de la categoría se pasó a una eliminatoria entre campeones con premio para el que la superara y una posterior repesca para el que la perdiera; el formato actual.
Los cuatro equipos que formaban cada uno de esas liguillas contenían un primero, un segundo, un tercero y un cuarto clasificado en la Liga regular y cada club debía de pertenecer a uno de los grupos de la Segunda B. Los dos primeros jugaban finalmente una final y solo el campeón ascendía. Sin duda un filtro aún más meritorio y exigente que el actual.
El Racing en sus 113 años de historia ha militado tres temporadas en la Segunda B. En 1991 participó por primera vez en el sistema de liguilla junto al Alavés, Osasuna Promesas y San Sebastián y salió campeón con ascenso incluido. En 2014 hizo lo propio con el nuevo formato ante el Llagostera y hoy en día se enfrenta de nuevo al delicado play off.
Nadie en el club quiere adelantar acontecimientos y centran su energía en obrar el milagro en Reus. No obstante, de no remontar la eliminatoria ante los catalanes, el rival que a los racinguistas les correspondería en la primera ronda de la repesca sería un equipo que haya accedido al play off como cuarto clasificado en la Liga; es decir, Cádiz, Toledo y Lleida, porque el Logroñés, al ser del mismo grupo que los cántabros está vetado. Los gaditanos empataron a cero con el Racing de Ferrol y se jugarán el pase en Galicia; los manchegos también empataron sin goles ante el Real Murcia y solo el Lleida golpeó primero al ganar por 1 a 0 al Barakaldo en la ida. Si no quedasen cuartos, el rival del Racing sería un tercero y actualmente el Hércules y el Sevilla Atlético llevan ventaja.
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