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Los racinguistas celebran el gol (de penalti) de Aquino.
El Racing, otra vez entre los 'grandes'
Fútbol | racing

El Racing, otra vez entre los 'grandes'

Sergio Herrero

Miércoles, 12 de octubre 2016, 17:56

Aunque sea momentáneo, este viernes el Racing volverá a estar entre los grandes. Donde siempre debió estar. La victoria del miércoles coloca al equipo cántabro en el sorteo de la siguiente ronda de la Copa a la espera de que uno de los clubes más poderosos de España rinda visita a los Campos de Sport de El Sardinero.

Con más suspense del necesario por el importante número de ocasiones desperdiciadas, el Racing dejó en la cuneta al Amorebieta y sigue su camino por el torneo del KO. La apuesta tuvo premio. En los prolegómenos. En la grada. Durante el descanso... Los aficionados echaban cuentas. Real Madrid y Barcelona, por supuesto, eran los grandes favoritos. La elección casi dependía de las simpatías de cada uno. El Atlético de Madrid, "no estaría mal", comentaba una seguidora en Tribuna Central. El Sevilla recuerda a la machada de 2013 y a la opción del Athletic de Bilbao la cercanía y la posibilidad de una buena entrada en los Campos de Sport le hacen ganar votos. Celta y Villarreal son los posibles rivales que menos motivan. Puestos a pedir... El caso es que los grandes volvieron a ser protagonistas en El Sardinero. Porque el Racing siempre ocupó un lugar entre ellos.

Los jugadores del Amorebieta se hacían fotos y charlaban sobre el césped de los Campos de Sport contemplando un estadio que nunca sonó a Segunda División B. El caso es que, en el arranque del partido, a los vascos les superó el ambiente, el objetivo, el escenario o quién sabe qué. Durante más de media hora los azules fueron un muñeco de trapo en las manos de los fieros racinguistas. Temblaron las piernas y las costuras.

Por momentos, a los habitantes de los Campos de Sport de El Sardinero no les hizo falta pensar en si en la próxima ronda vendrán Messi, Cristiano Ronaldo, Griezzman o Aduriz. Los cracks, en los mejores minutos racinguistas, ayer iban de verdiblanco. Dani Aquino levantaba a la platea; Héber protagonizaba las pesadillas vascas; Álvaro Peña dirigía la banda con acierto; y el resto del equipo funcionaba alrededor de ellos como un reloj suizo.

Sin embargo, volvió a quedar patente el pequeño debe de este equipo. Porque aunque los de Viadero pongan el modo rodillo a funcionar, las numerosas ocasiones no aseguran botín en la meta rival. Sólo de penalti y cómo no, de las botas de Dani Aquino, el Racing pudo dar pábulo a su superioridad. Héber se desató en Tajonar y aceleró este miércoles en El Sardinero. El gallego desbordó a Javi Moreno y éste le derribó dentro del área. El resto de la historia la escribió un señor de Murcia que ostenta la vitola de máximo artillero racinguista. Fiel y puntual a su cita con el gol. Mandó la pelota a la derecha de Villanueva, se atusó la cresta mohicana y señaló a la grada para dedicar la renta a su inseparable Teti Granero, que se mordía las uñas en Tribuna Principal.

El tanto llegó en el minuto 21, pero el Racing podría haber marcado bastante antes. Incluso en la primera jugada de la contienda. Un balón al espacio de Leo Bontempo lo agarró César Díaz y su disparo lo despejó el meta visitante. El portero tuvo que repeler también una doble ocasión de Sergio Ruiz y Óscar Fernández.

Ya en ventaja, los cántabros pudieron aumentar la renta tras una gran jugada de Héber en la que partió la cintura de su marcador en dos ocasiones, pero el lanzamiento final se marchó muy cruzado. Aquino, poco después, mandó por encima del larguero un buen centro de Óscar Fernández. El Racing no remató al moribundo, como sí hizo con Osasuna B, y el Amorebieta volvió del más allá para poner el suspense en la grada local. Un remate al palo de Obieta y un posterior tiro que salvó Raúl Domínguez fue el escaso bagaje ofensivo de los vascos en la primera mitad, aprovechando los peores minutos cántabros.

Todas las armas

Tanto tiene que ir el cántaro racinguista a la fuente a la de Cacho, por supuesto que el equipo de Viadero está concienciado en emplear todas sus armas. Un detalle. Cuando todos los jugadores estaban colocados sobre el césped para la reanudación, en el lateral zurdo verdiblanco, un hueco. Leo Bontempo aún regresaba de darle una toalla al recogepelotas del extremo izquierdo montañés. Un improvisado sistema anti-resbalones para los saques de banda del argentino, que son como córners botados con la mano.

En los primeros minutos del encuentro, el colegiado no señaló un posible penalti por mano de Samuel Llorca dentro del área verdiblanca. Tampoco hubo demasiadas protestas por parte visitante. Estaba visto que el miercoles por la tarde lo de las penas máximas era cosa de tres. Javi Moreno para cometerlas, Dani Aquino para ejecutarlas y Villanueva para intentar pararlas. El centrocampista del Amorebieta volvió perder en velocidad, esta vez contra Sergio Ruiz, y derribó al futbolista cántabro. Tal vez dudoso. Ocurrió hasta en el mismo minuto que el de la primera mitad, aunque el desenlace esta vez fue muy diferente. El murciano intentó lucirse emulando a Panenka y el guardameta evitó la sentencia, pese a que la expulsión de su compañero por doble amonestación había dejado el camino prácticamente libre a los cántabros hacia la siguiente eliminatoria. Con Javi Moreno fuera del césped se acabó el cupo de penaltis y el árbitro no señaló uno bastante más claro de Rubén González sobre Aquino poco después.

Actuación de Heber

La actuación de Héber mereció convertirle en protagonista, como en la anterior eliminatoria frente al Llagostera o el pasado sábado en Pamplona. No fue su tarde de cara a gol. Dispuso en los últimos minutos de una ocasión similar a la de la primera mitad, pero, tras dejar atrás a un rival, su tiro volvió a cruzarse demasiado.

El Amorebieta se jugó las pocas fichas que le quedaban a la intensidad, la dureza y a alguna jugada aislada a balón parado. Lo corto del resultado mantuvo con vida a los vascos hasta el final. O casi. Hasta que el Racing completó la sentencia que debería haber llevado a cabo bastante tiempo antes para evitar el suspense. Un balón robado por Bontempo provocó el segundo tanto. Al final, un pase de Sergio Ruiz atrás para César Díaz hizo el resto. El manchego le puso el sello al pasaporte a la siguiente eliminatoria. Entonces sí, los racinguistas empezaron a hacer sus peticiones al bombo. Qué pase el siguiente.

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