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Javi Pinillos,DelfínCalzada, Sergio Camus, FranRincón, Laro Setién, SergioRuiz,RaúlDomínguez y Manuel Mantecón, cariacontecidos en el banquillo de Somozas.
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El Racing cierra este sábado (16.30 horas) en Boiro la serie de partidos ante modestos gallegos que ha abierto una crisis de resultados en el equipo de Viadero

Aser Falagán

Sábado, 12 de noviembre 2016, 09:42

Hace ahora exactamente treinta años las radiofórmulas, que así se llamaban entonces, repetían machaconamente un estribillo y una fanfarria: la de Fai un sol de carallo, la que el vigués Antón Reixa consiguió convertir en éxito y hacer sonar en los pubs de toda España una canción en gallego. Aquel tema hablaba de modernillos en la Galicia caníbal y rural, la misma que ha fulminado en menos de dos semanas el optimismo de un Racing al que ahora le tiemblan las piernas. La Ponferradina de Munitis y la Cultural ya habían hecho dudar a los verdiblancos, pero ha sido la sucesión de duelos frente a modestos gallegos, la que se abrió con el Somozas y la visita del Coruxo y termina esta tarde (16.30 horas) en Boiro, la que ha inaugurado la crisis.

Los Limones cantaban que perder en Ferrol es lo normal; el Racing ha comprobado que en el Vigo de Os Resentidos lo suyo es empatar y ahora sólo falta saber qué pasa en La Coruña. Más en concreto en Boiro, una ciudad volcada al mar como lo era el Santander de otros tiempos, y que suena más a remo que a fútbol. Este sábado será además por un par de horas la capital de esa Galicia caníbal en lo futbolístico que con los también coruñeses del Somozas al frente ha abierto una vía de agua en un barco que parecía en plena champa hacia el ascenso.

Viadero y los suyos, o los que siguen en pie tras las dos primeras batallas gallegas, inaugurarán este sábado una nueva etapa de su periplo galaico con muchas expectativas y un buen puñado de incertidumbres, tantas como las que han llevado al entrenador a modificar un sistema que parecía inmutable.

Cambio de sistema

Los cuatro partidos sin perder han hecho bueno el tópico de que el fútbol es un estado de ánimo, pero de paso han constatado que sin intensidad antes se utilizaban expresiones más elocuentes y malsonantes no se gana a nadie y han propiciado lo que parecía un anatema: que Ángel Viadero cambie de sistema en plena temporada. Lo última vez que lo hizo no fue en 1986, pero bien podría parecerlo. Dos puntos en cuatro jornadas invitan a buscar un cambio, máxime cuando los malos resultados han dejado entrever las primeras discrepancias, otra ley que se cumple en el fútbol con la misma fiabilidad que los principios de la termodinámica.

Para atajar la situación Viadero aplicará la fórmula holandesa. toda la semana ha ensayado en La Albericia un 4-3-3 y este viernes hablaba ya abiertamente antes de salir de viaje de cambio de sistema. Costará algún desajuste y el de Canalejas lo sabe. Tanto que estos días se le ha visto corregir mucho más a sus jugadores de lo que se había convertido en habitual, consecuencia lógica del nuevo plan de campaña y de la escasa intensidad que ha mostrado el equipo en las últimas jornada, como reconocen los propios futbolistas. Viadero hablaba con naturalidad del cambio, como corresponde a un entrenador que debe corregir las deficiencias y adaptar al equipo tanto a los rivales como a sus propias necesidades, pero del mismo modo el cambio de sistema suele ser sinónimo de que algo no marcha como debería. Así lo comprobaron el año pasado Pedro Munitis y Gonzalo Colsa, que lo hicieron en varias ocasiones sin dar con la fórmula para ascender.

Condicionado también por las bajas, y a la espera de que a fin de año llegue el central en el que ya trabaja el club, el técnico santanderino trata de dar más equilibro al equipo y afianzar una defensa muy sólida en los dos primeros meses de competición, pero que más adelante ha evidenciado desajustes. De ahí que haya reforzado el centro del campo con mayor presencia y un eje defensivo puro como el canterano Alberto, que debutará así como titular esta temporada. Igual de significativa resulta la previsible ausencia de Caye Quintana del equipo titular en una plantilla con varias bajas y con tres teóricos delanteros, aunque todo indica que Dani Aquino, que tal vez tenga que bajar menos al centro del campo a buscar el balón, será la única referencia fija o nueve puro.

Con esa puesta en escena saldrá el que aspira a ser un nuevo Racing al Municipal de Barraña, un campo con capacidad para 1.400 espectadores e inédito para los verdiblancos, que en su segunda campaña consecutiva en la división de bronce siguen conociendo nuevas localidades y estadios. Se despedirá así por unas semanas de esa Galicia caníbal que ha estado a punto de devorar el Racing. La canción hablaba de la movida gallega; pero para movida la que le esperará a Viadero si el equipo naufraga de nuevo en Boiro.

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